Lágrimas de despedida

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Suzuka se despertó en una habitación desconocida, rodeada de máquinas y cables. Se sentía confundida y con dolor en el pecho. De repente, recordó lo que había pasado: Moa se había ido.

Se sentó en la cama y comenzó a llorar, sintiendo un dolor profundo en su corazón. No podía creer que su amiga hubiera desaparecido para siempre.

De repente, escuchó una voz suave a su lado. "Suzuka, no llores". Era Moa.

Suzuka se volvió hacia ella, pero no la vio. "¿Dónde estás?", preguntó.

"Estoy aquí, contigo", respondió Moa. "Recuerda lo que te dije en el sueño, Suzu".

Suzuka se detuvo a pensar. Recordó el sueño que había tenido, en el que Moa se le apareció y le dijo que todo estaría bien.

"Me dijiste que todo estaría bien", dijo Suzuka, sonriendo débilmente.

"Exacto", respondió Moa. "Y así será. Confía en mí, Suzu. Siempre estaré contigo".

Suzuka asintió, sintiendo un poco de paz. "Te extrañaré", dijo.

"Yo también te extrañaré", respondió Moa. "Pero siempre estaré contigo, en tu corazón".

Y con eso, la voz de Moa desapareció, dejando a Suzuka sola en la habitación. Pero Suzuka se sentía un poco mejor, sabiendo que Moa siempre estaría con ella.

Suzuka se sentía mejor, sabiendo que Moa siempre estaría con ella. Pero aún así, no podía detener las lágrimas. Seguía llorando tan rotamente como una niña pequeña, sin poder controlar su dolor.

Se cubrió la cara con las manos y sollozó, sintiendo que su corazón se iba a romper en pedazos. La habitación se desdibujaba ante sus ojos, y solo podía escuchar el sonido de sus propios sollozos.

De repente, sintió una mano en su hombro. Era una de las enfermeras del hospital, que la miraba con compasión.

"Suzuka, está bien", dijo la enfermera suavemente. "Puedes llorar, es normal. Pero recuerda que Moa siempre estará contigo".

Suzuka asintió, sin poder hablar. Siguió llorando, pero ahora sentía una mano amiga en su hombro, que la ayudaba a soportar el dolor.

La enfermera se sentó a su lado y la abrazó, dejando que Suzuka llorara en su hombro. Y así, entre sollozos y abrazos, Suzuka comenzó a encontrar un poco de consuelo en su dolor.

La enfermera le acarició el cabello y le susurró palabras de aliento. "Todo va a estar bien, Suzuka. Moa siempre estará contigo, en tu corazón. Recuerda lo que te dijo en el sueño, ¿verdad?"

Suzuka asintió, recordando las palabras de Moa. "Me dijo que todo estaría bien", sollozó.

"Exacto", dijo la enfermera. "Y así será. Moa siempre te guiará, incluso desde lejos".

Suzuka siguió llorando, pero ahora sentía una sensación de paz que la envolvía. Sabía que Moa siempre estaría con ella, y que nunca la dejaría sola.

La enfermera la abrazó durante un rato más, hasta que Suzuka se calmó un poco. Luego, la ayudó a secarse las lágrimas y le dio un vaso de agua.

"Bebe un poco, Suzuka", dijo. "Necesitas hidratarte".

Suzuka bebió un sorbo de agua, sintiendo que su garganta se calmaba un poco. Luego, miró a la enfermera con ojos llorosos.

"Gracias", dijo suavemente. "Gracias por estar aquí conmigo".

La enfermera sonrió y la abrazó de nuevo. "Siempre estaré aquí para ti, Suzuka. No estás sola".

amor en la sombra de la enfermedad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora