Aurora Yaxley tuvo la mala suerte de nacer en una familia de puristas y seguidores del Señor Tenebroso, quien permanece escondido hasta el momento de recuperar fuerzas para tomar de nuevo el mundo mágico. Una joven con decisión propia, con valentía...
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Se sentía aturdida y aburrida, ¿cómo es que esa se podía hacer llamar una cena? Miro de reojo a los presentes, su hermana Isla se ve tan aburrida como ella, bueno, en sus ojos se ve el aburrimiento, aunque está fingiendo pasarla bien. Melania solo comparte miradas coquetas con Draco, quien también las está regresando a la menor de las Yaxley.
Y cuando estaba apunto de tomar su copa para beber del vino, sintió su bolso arder.
—Mierda —soltó de golpe al ver como había tirado el vino en su túnica y en algo de su plato.
—¿Todo bien Aurora? —preguntó curiosa la señora Malfoy.
—Sí, sí... yo... hum, permiso, iré al tocador —musitó arrastrando la silla hacia atrás y ganándose una mirada curiosa por parte de Isla.
—Déjame te limpio esa mancha Aurora...
—Cuando regrese, madre —fingió una sonrisa y se giró sobre sus talones para caminar apretando su bolso, el cual parece que está por prenderse en fuego para caminar al baño.
Se encerró rápidamente y saco el pergamino para tomarlo entre sus dedos y comenzar a leer la nota.
«ADVERTENCIA, LEE ESTE MENSAJE SOLA.»
Rodó los ojos por la exageración de Fred (ya que reconocía la letra de cada uno de los gemelos) y miro a la puerta del baño, solo para comprobar que estaba sola.
«No estamos en la madriguera, pero aun así te salvaremos princesa.»
«Oh Merlín, George ya deja las cursilerías.»
«Ignora a Fred, como sea, te vemos en una pequeña plaza ubicada en Grimmauld Place al noroeste de Londres, nos vemos a las 21:00 horas.»
«Se puntual Rory.»
Aurora sonrió y enrolló el pergamino nuevamente en su bolso para guardarlo muy bien mientras en su cabeza se repetía una y otra vez que tenía que ir a la plaza en Grimmauld Place ubicada al noroeste de Londres. No sería difícil encontrarlo, ¿oh sí?
Miró su reloj de muñeca y ahogó un grito al ver que marcaba las ocho con diez minutos, ¿cómo es que lleva menos de dos horas en la Mansión Malfoy? Se han sentido como cinco horas de puro dolor y sufrimiento.
Sin saber muy bien que hacer o cómo salir de la mansión abandonó el baño en puntillas, se quitó de sus zapatillas de tacón y con mucho sigilo comenzó a caminar rumbo a las escaleras, rezándole a todos los magos y brujas poderosas para que no sea encontrada.
