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Sunghoon abrió los ojos lentamente, parpadeando con la luz tenue que se filtraba a través de las cortinas. El frió de la mañana lo hizo estremecer, pero no fue solo el frió quien lo inquietó. Cada movimiento le recordaba la noche anterior, su cuello ardía por las marcas de los mordiscos al igual que alrededor de sus pezones y en su piel podían verse moretones en sus brazos y costados, donde Heeseung lo había agarrado con demasiada fuerza. 

Además sentía una sensación incomoda y desagradable en su parte trasera y en sus piernas. Los fluidos de Heeseung aun estaban presentes, una mezcla de humedad y calor que le hacia recordar lo sucedido. Las áreas de su cuerpo que su esposo había tocado estaban sensibles y adoloridas, cada vez que rozaba sus dedos en ellas soltaba un jadeo lastimoso.

Con cuidado se incorporo de la cama, sintiendo como su cuerpo protestaba, y se dirigió al baño. Cerró los ojos por un momento, tratando de no dejarse llevar por la mezcla de culpa, tristeza y dolor. Miró su reflejo en el espejo, las marcas eran aún más visibles bajo la luz del día.

Arrastró los pies hacia la ducha y abrió el grifo, dejando que el agua caliente cayera sobre su cuerpo. Mientras el vapor llenaba el baño. Sunghoon se abrazó a si mismo, tratando de encontrar consuelo en su soledad.

Pero las palabras de Heeseung resonaban en su mente ''Eres solo mío''.

Después de la ducha, se vistió con ropa que cubriera las marcas, aunque sabia que el verdadero dolor no estaba en su piel. Cuando salió de la habitación se encontró con Heeseung en la cocina, actuando como si nada hubiera pasado, con una sonrisa en sus labios y una taza de café en la mano.

─Buenos días, Hoonie─saludó su esposo con la misma calidez de siempre, como si los eventos de la noche anterior no tuviera consecuencia.

Heeseung se acerco, colocando una mano en la mejilla del pálido, acariciándola con suavidad.

─Lo siento si fui brusco anoche, amor. No quería lastimarte─dijo, pero en sus ojos no había ninguna pizca de arrepentimiento.

Sunghoon asintió, pero las palabras de Heeseung no lograban aliviar el dolor interno que sentía. Mientras Heeseung lo abrazaba y besaba su frente, Sunghoon solo podía pensar en las palabras de Jake.


Más tarde, despues de un incomodo desayuno con Heeseung, Sunghoon salió de la casa con la excusa de comprar lo necesario para la cena. El aire fresco del exterior le dio un pequeño respiro, y caminó hacia el supermercado con la cabeza baja.

Sunghoon caminaba por los pasillos del supermercado, tomó algunos vegetales y pasta, queriendo preparar algo sencillo que no lo obligara a estar demasiado tiempo en la cocina con Heeseung. Justo cuando doblaba en la esquina de la sección de lácteos, una voz familiar lo detuvo.

─¿Sunghoon?─preguntó Jake, su mirada de preocupación recorría el estado del menor.

Sunghoon se detuvo en seco, sintiendo un nudo en el estomago al ver a Jake. Rabian tenido una discusión acalorada sobre Heeseung la noche anterior. Jake no quería que Sunghoon estuviera con él, pero Sunghoon había sido firme en su decisión de quedarse.

 ─Jake...─saludó el pelinegro con un tono cortante, evitando el contacto visual y manteniendo su distancia─¿Que quieres?

Jake frunció el ceño notando la frialdad en el saludo de Sunghoon. 

─Solo quería saber como estabas...─respondió Jake, tratando de encontrar la mirada del otro─No te ves bien, Hoon. 

El pelinegro soltó un suspiro, cruzando los brazos ya impaciente. No estaba de humor para otra discusión.

─No es tu problema Shim─contestó con voz cortante─Ya hablamos de esto anoche.

Jake lo notó al instante y camino hacia a él, su expresión mostraba preocupación al ver el estado de Sunghoon. Aunque llevaba un suéter de cuello largo, un leve desliz dejaba entrever algunas marcas en su cuello, lo suficiente para que Jake se percatara.

─Sunghoon...¿que pasó?─preguntó el mayor al ver las marcas de su cuello sobresalir ─Anoche discutimos y ahora mírate...─añadió señalando con un gesto las marcas que sobresalían ligeramente de su cuello.

Sunghoon dio un paso atrás, ajustando el suéter con una mano para cubrir mejor las marcas. Su mirada evitaba a Jake, sintiéndose incómodo y vulnerable bajo la preocupación evidente del mayor.

─No es nada, Jake. Déjalo así─respondió Sunghoon con un tono defensivo, intentando poner fin a la conversación antes que Jake pudiera indagar más.

─Te lo dije anoche, Hoon─insistió Jake, dando un paso más cerca─Heeseung no es bueno para ti. Estas lleno de marcas y no puedes pretender que todo esta bien.

El menor apretó los dientes de frustración y vergüenza.

─No voy a dejar a Heeseung─dijo con voz débil─No importa lo que pienses Jake. Esto es entre él y yo.

El castaño lo miró con tristeza y algo de impotencia. Quería ayudar, pero también sabia que Sunghoon no estaba listo para aceptar su preocupación.

─Solo...cuídate ¿si?─dijo finalmente resignado─Si necesitas algo, sabes que puedes contar conmigo.

Sunghoon asintió levemente, aunque las palabras de Jake lo hicieron sentir aún más perdido. Cuando Jake se dio la vuelta y se alejó, Sunghoon se quedó solo en el pasillo, sintiendo el peso de la discusión y la confusión en su mente.


𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄! 𝙝𝙚𝙚𝙝𝙤𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora