Sunghoon entró en su departamento y cerró la puerta detrás de él. Su encuentro con Jake aún lo tenía nervioso, pero al estar en casa, la ansiedad nuevamente lo invadía. Sabía que Heeseung estaba esperando. Lo que no sabía era que versión de Heeseung encontraría hoy, el esposo dulce o el hombre exigente que lo había marcado la noche anterior.
Heeseung estaba sentado en el sofá, los brazos cruzados, mirando su teléfono. Sin levantar la vista, ya parecía irritado. Sunghoon sintió un nudo en el estómago.
─¿Por qué tardaste tanto?─preguntó Heeseung con voz baja, pero cargada de sospecha.
Sunghoon tragó saliva, intentando calmarse. No podía decirle que había visto a Jake, mucho menos que habían hablado. Tenía que inventar algo rápido.
─El supermercado estaba más lleno de lo que esperaba... y... bueno, me tomó más tiempo encontrar todo─dijo, mirando al suelo mientras intentaba mantener la calma.
Heeseung alzó la cabeza y lo miró con los ojos entrecerrados. Aunque no dijo nada de inmediato, su silencio hizo que la presión aumentara en el pecho de Sunghoon. Finalmente, se levantó lentamente del sofá y caminó hacia él.
─¿Estás seguro de que es solo eso?─Su voz sonaba suave, pero había una amenaza en sus palabras.─Porque me parece que estás... nervioso.
─Estoy bien─respondió rapidamente, mientras intentaba deshacerse de la incomodidad─Solo quiero empezar a cocinar.
Sunghoon soltó el aire que estaba conteniendo y se dirigió hacia la cocina. Mientras sacaba los ingredientes, intento calmarse, pero Heeseung seguí observándolo. Se concentró en la tarea frente a él, ignorando a Heeseung por completo.
Sintió como los pasos de Heeseung se posaron sobre su cintura. El contacto lo hizo estremecer, pero no fue un estremecimiento de placer, sino de tensión. Heeseung lo rodeo con los brazos, sus manos empezaron a recorrer con suavidad su torso como si quisiera borrar los rastros de lo que había sucedido la noche anterior.
—Hoon, yo... lo siento por lo de anoche—murmuró en su oido, su voz baja y melosa—No debí tratarte así. No sé qué me pasó.
Sunghoon cerró los ojos al sentir como los labios de Heeseung rozaban su cuello justo sobre más marcas que el mismo había dejado. Aunque las palabras de disculpa sonaban dulces, una parte de él sabía que no estaba bien.
—No... no pasa nada—murmuró, aunque su propia voz sonaba poco convincente incluso para él.
Heeseung suspiró contra su cuello y lo abrazó con fuerza, apretando su cuerpo contra el de Sunghoon. Era un gesto que podría haber sido reconfortante, pero ahora solo le provocaba incomodidad. El silencio se alargó mientras Heeseung lo mantenía cerca.
—Me dolió verte así. Se que aveces soy...—Heeseung vaciló cambiando su tono a uno más suave—Se que aveces soy demasiado, pero no quiero hacerte daño. Eres importante para mí, Sunghoon.—Su mano subió acariciando lentamente su pecho y luego su cuello, donde las marcas seguían visibles aunque ocultas bajo la ropa.
Sunghoon tragó saliva, cada palabra penetraba en su mente, confundiéndolo aún más. No era primera vez que Heeseung se disculpaba, y tampoco era la primera vez que lo hacía sentir asi.
—Es que... he estado estresado. El trabajo, y lo demás. No es excusa, lo sé, pero aveces siento que eres lo único que me calma, y cuando no estás conmigo...—suspiró—Me vuelvo loco. Lo que pasó anoche no debería haber pasado.
Sunghoon seguía sin moverse, intentando procesar todo lo que estaba escuchando.
—No puedo imaginarme perderte, Hoon. Si me dejaras... no sé que haría—Sus palabras era casi una súplica.
Finalmente Heeseung lo giró suavemente para que lo mirara a los ojos. Sus manos se apoyaron en sus mejillas, sus dedos acariciaban su piel con ternura todo lo contrario a la brutalidad de aquella noche.
—Por favor Sunghoon, dime que me perdonas—sus ojos a menudo eran fríos pero ahora parecían llenos de una desesperación que Sunghoon no había visto antes.—No puedo soportar la idea de que me odies.
Sunghoon lo miró, sus defensas se desmoronaban lentamente. Sabía que estaba en un ciclo, pero la única forma en que podía salir del dolor era perdonarlo.
—Yo... te perdono, Heeseung.
La sonrisa que apareció en los labios de Heeseung fue rápida y victoriosa. Se inclinó hacia él, y lo besó en la frente.
—Sabía que lo harías. Sabía que no podrías estar enojado conmigo por mucho tiempo. Gracias, Hoon... Sabes que te amo ¿verdad?—susurró Heeseung con dulzura.
Sunghoon cerró los ojos con fuerza, intentando bloquear todo lo que su pareja decía, pero cada palabra seguía adherida a él.
Heeseung viendo el silencio de Sunghoon como una invitación, se acercó más, sus manos empezaron a deslizarse hacia la cintura del menor. Sus dedos presionaban con fuerza. cada toque reclamando propiedad. Sunghoon tembló, la culpa, el miedo y el deseo por complacer a Heeseung lo mantenían paralizado.
—Heeseung...—intentó hablar, peor su voz apenas era un susurro quebrado.
—No tienes nada que decir, Sunghoon—lo interrumpió Heeseung, su tono era suave pero autoritario—Solo deja que lo arregle, ¿si? No piensas en nada más, solo en mí.
Mientras sus labios buscaban el cuello de Sunghoon, dejando pequeños besos y mordiscos, sus manos continuaban desabotonando su camisa, revelando la piel suave de Sunghoon.
Las manos de Heeseung recorrieron su torso, deslizándose por su cintura con una firmeza que lo hizo temblar. Sunghoon, atrapado en el momento, aceptó sin más.
—Esta bien... solo por esta vez...—murmuró, permitiéndose ser arrastrado por la corriente, sin darse cuenta del juego de manipulación por parte de su esposo.
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𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄! 𝙝𝙚𝙚𝙝𝙤𝙤𝙣
FanfictionSunghoon y Heeseung han estado casados durante años. Al principio, su relación parecía un sueño hecho realidad, pero pronto Sunghoon comenzó a notar cambios en el comportamiento de Heeseung. -Basada en la canción ''Violence'' de Grimes. -Historia co...