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— ¿Alguna noticia o movimiento extraño del infierno?

Gabriel caminaba de un lado a otro mientras agarraba un par de portafolios con papeles desordenados dentro. Cera lo seguía detrás mientras suspiraba pesadamente.

— No, se ha notificado que Lucifer y el Overlord de la radio han estado en su habitación desde hace varios días por el celo del rey. — justificó la falta de actividad — Dudo mucho que algo más haya pasado en el infierno.

Gabriel la miró en silencio, sentándose en la silla mientras abría el primer portafolio con el perfil de una nueva alma en el cielo. Alguien que tiene un fuerte sentido de la justicia, su alma al parecer quiere justicia por haber muerto a manos de un violador. Gabriel negó y la dejó a un lado, ella no vale su esfuerzo.

Cera veía como apartaba perfil tras perfil, no estando para nada satisfecho con lo que veía.

— Qué estén tranquilos no significa que no sepan nada.

Cera apretó los labios. Hace poco la habían suspendido de sus tareas por la poca responsabilidad que tuvo, bien pudo haber mediado en la pelea de Gabriel y Lucifer para que no arruinaran la torre por completo. ¿Quién sabía que esos dos iban a romper hasta el último cristal celestial? ¡Esos cuestan mucho dinero!

Asintió, dando la razón de mala gana.

— Aún si no es el caso... Ellos aún pueden sospechar.

— ¿Y qué es lo que harían solo con sus sospechas? ¿Ir a la oficina de padre y acusarme con él? — se burló — Todos saben que está entregado por completo a oír oraciones en general. ¿Por qué molestarse en salir para tratar asuntos de su hijo el rebelde enamoradizo?

Cera frunció el ceño.

— No tienes porqué decir falacias de D-os. — se enojó — Por muy grande que seas siendo arcángel, que no se te olvide que él puede convertir tu existencia en polvo.

Gabriel alzó una ceja.

— Si tan siquiera te hubieras portado así cuando expulsó a Emily, quizás ellos no tuvieran una segunda arma en el infierno.

Cera bajo la mirada ante la mención de la otra.

— Solo busca a alguien que sea capaz de comandar a los exterminadores, es una mala suerte que Adán siga muerto.

Cera tuvo una idea.

— Hay alguien... Pero se retiró luego de la muerte de Adán ya que no quería relacionarse con el infierno.

Gabriel sonrió.

— Venganza para un corazón roto es suficiente motivación para una guerra. ¿No creés?

Cera bajó la mirada.

¿Por qué todos están siendo usados como simples peones en una tabla de ajedrez? Pero... ¿Quién es la reina?

— Traeré el perfil de Lute. — ella desapareció tan rápido como dijo eso.

Y Gabriel... Sonrió tranquilamente.

— Dos días, solo faltan dos días... Lucifer.

La obsesión nunca trae nada bueno. Especialmente para aquellos desafortunados que se creen superiores, quizás un poco de humildad le salve la vida. ¿No?

▪️▪️▪️

Adán estaba moviéndose incómodo en la caja. En la que lleva encerrado seis días sin saber que rayos pasa en el exterior, y ya estaba comenzando a desesperarse. Azrael no había hecho ni un solo ruido en todo ese tiempo. ¿Qué habrá estado haciendo? Se preguntaba, pero, como ya se había acostumbrado a estar encerrado, se la había pasado durmiendo en todo ese tiempo.

Intenta Poseerme. [RadioApple] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora