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La primera noticia que recibió en la mañana fue: Alastor salió.  Simplemente se encogió de hombros, el hombre es un hombre ocupado después de todo, es un alfa que debe de tener muchas más cosas que hacer que solo estar con él yendo de un lado a otro. No es de su incumbencia lo que haga en Overlord de la radio, podría hacer muchas otras cosas en el hotel mientras no estuviera.  ¡Era mucho más fácil ir y ver qué hacía su princesa! La cual no habían visto desde que Ángel les contó el incidente en el estudio y la forma en que Lucifer había apaleado al polizón. Y aunque su hija lo reprendió, ella no dijo nada sobre si estuvo bien o no.

La segunda noticia que recibió ese día, fue al mediodía: El demonio de la radio regresará tarde. Nuevamente se había encogido de hombros, restando importancia. Continuó sus actividades con normalidad, yendo de nuevo al jardín de rosas en el que descansaba de los ruidos del hotel, ese es el santuario de su pequeña serpiente y de la sombra del Overlord. La normalidad siempre se mantiene en la vida del gran soberano, con o sin Alastor nada cambiaba. Todo era absolutamente normal en su habitación, en el jardín, en el valle de los perdidos, en las calles del infierno…

Todo estaba imperturbable.

¿¡Dónde está ese maldito Bambi!?

Lucifer gruñía mientras aparecían y desaparecían destellos en la palma de su mano. Brillando y apagándose como un encendedor manual, mirando un punto fijo mientras evitaba voltear a ver a las dos pequeñas criaturas que se habían vuelto demasiado cercanas para su molestia. ¡Esa sombra había tomado su habitación como su casa! Ya ni siquiera se va cuando es la puesta de sol. ¡Y solo se iba cuando el ciervo pasaba dentro para charlar!

Bufó por lo bajo.

— ¿Por qué me desespero? — se rió de sí mismo — El rey no debería esperar a nadie…

— En efecto, majestad.

Lucifer se sobresaltó cuando percibió las feromonas en la habitación. Se giró para ver de quien se trataba y encontró al tipo culpable de su desesperación. ¡Alastor estaba de pie en la puerta recientemente abierta!

Imbécil.

Lo atrajo a él con un ademán y lo sentó en una silla frente a él.

— ¿Sucede algo, mi señor?

Alastor ladeó el rostro, siendo observado por el rey como si quisiera encontrar algo sobre él que le sirviera como una excusa para comenzar una discusión… Es una lástima que Alastor se hubiera limpiado la ropa antes de ir al cuarto del soberano.

“Se ve molesto.”

Suavizó la mirada cuando las feromonas del rey eran igual a un árbol en llamas. Estaba furioso, es divertido para él ver cómo se contiene y no provocar una discusión. El rey no es alguien que pueda vivir sin emoción por mucho tiempo, por eso ha apresurado sus mandados para venir por él y quizás ir a dar un paseo por la ciudad hace un par de días.

— Nada. — dijo tajante.

— …

“Está definitivamente molesto.”

Sonrió divertido, el rey muestra orgullo aún cuando quiere hacer reclamos. Sin duda alguna es un alfa, preocupado por su imagen y opinión pública…

¿Por qué he de decirle que huele a perro muerto?

Lucifer desvío la mirada hacia el ventanal, ahí donde las dos entidades descansaban acurrucados el uno al otro.

Lucifer y Alastor. — …

— ¿Quieres ir a caminar? — propuso Lucifer.

— Me encantaría. — se puso de pie y ambos se apuraron para salir de ahí.

Intenta Poseerme. [RadioApple] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora