Capítulo 12

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Al escuchar la conmoción, varios profesores, incluidos el profesor Aizawa se acercaron al lugar, viendo la escena de Monoma desmayado y congelado en la pared, mientras Todoroki y Bakugo se abrazaban.

–¿Alguien puede explicarme que está sucediendo aquí?– dijo el profesor enojado.

Ambos voltearon a ver al profesor, Katsuki estaba alterado, se veían alterados así que rápidamente se los llevó a la enfermería, ya que Bakugo estaba golpeado. No quería interrogarlos ahora, esperaría a que Recovery Girl los revise.

Todoroki no dudó en cargar a Bakugo hasta la enfermería, su reacción alteró a todos, no gritó, se quejó o insultó, solo se dejó hacer. Ahí es cuando Aizawa y Todoroki se dieron cuenta de la gravedad de la situación.

Cuando llegaron a la enfermería, Todoroki recostó a Bakugo en la camilla mientras Aizawa llamaba a Recovery Girl.

–Tienes golpes en la cara y los brazos, déjame revisarte– dijo la anciana pero fue interrumpida por él cenizo.

–Yo estoy bien, revise al bebé, por favor– habló el omega mientras acariciaba su vientre delicadamente. Al oír esto, Shoto tomó ambas manos del omega y soltó su aroma para tranquilizarlo.

Recovery Girl corrió para coger el equipo y prepararlo. Todos estaban nerviosos, incluyendo al profesor pero intentaron mantener la calma por Bakugo. Mientras lo revisaban la respiración del omega se aceleró y su aroma se amargó, por lo que su alpha lo acarició y empezó a susurrar palabras tranquilizadoras.

–Él bebé... está perfecto– dijo Recovery Girl con una sonrisa aliviada.

Todos en la habitación soltaron un gran suspiro. Bakugo sentía que le quitaron un gran peso de encima, se relajaron por unos minutos y finalmente el profesor decidió hablar.

–¿Qué sucedió, Bakugo?– dijo tranquilo, no quería alterar a su estudiante.

–Monoma me atacó, robó su quirk, luego el mío y empezó a golpearme– habló algo desorientado, recibiendo un suave abrazo de parte de su pareja.

Al notar esto el profesor se dió cuenta que no era el mejor momento para preguntar sobre lo sucedido. Dió un una pequeña caricia en la cabeza de ambos estudiantes.

–Tómense el resto de la semana para descansar. Cuando quieras hablar, Bakugo, sabes que estoy aquí para lo que necesites– afirmó el profesor con voz cálida, casi irreconocible para él.

El cenizo y el bicolor se sintieron profundamente agradecidos y aliviados, aun así, madie habló por el momento, solo se mantuvieron en silencio mientras que la anciana curaba las heridas del rostro y los brazos de Bakugo. Fue algo difícil, ya que este no quería soltar su vientre por nada del mundo, pero gracias a su alpha qué lo sostenía se dejó hacer.

Bakugo estaba decepcionado de sí mismo, si Todoroki no hubiera llegado entonces habría perdido a su bebé. Necesitaba su nido, necesitaba que su alpha lo abracé y le diera cariño.

–Recovery Girl, profesor Aizawa ¿Puedo llevar a Katsuki a nuestra habitación?– todos se sorprendieron por lo de "nuestra" habitación pero no iban a separar a la pareja, así que la anciana aceptó de inmediato.

–Vayan chicos.– habló el profesor nuevamente con vos dulce.– Iré a comprobar como están más tarde–

El bicolor asintio, sin decir más, cargó al cenizo y salió. Llevaba a Bakugo cargado todo el camino y fue sorprendente no escuchar quejas o insultos. No era buena señal, el cenizo debía estar afectado como para que no diga ni una palabra. Se encargaría de cuidarlo para hacerlo sentir mejor y que se sienta protegido, era su deber al fin y al cabo.

Llegaron a la habitación del bicolor, él colocó a un Katuski dormido en el nido, lo cambió con su ropa a algo cómodo y grande para después envolverlo en las sábanas y rodearlas con su olor. Cerró las cortinas, arregló un poco la habitación y después se puso ropa cómoda. Cuando dejó todo listo se recostó a lado de su pareja para envolverlo en un abrazo, protegiendo su vientre y besando delicadamente su cuello.

Ambos cayeron en un profundo sueño reparador. Casi pierden lo más importante de sus vidas, eso no se recuperaba fácil. Aún estaban juntos, así que no importaba que tan mal fueran las cosas, los tres estarían bien.

Los siguientes días fueron difíciles, Bakugo estaba extraño, no quería acercarse nadie más que a su alpha. Por suerte, sus amigos estuvieron ahí para animarlo, en especial, Kirishima. Todoroki estaba realmente agradecido, veía que Katsuki se sentía mejor cada vez que estaba con sus compañeros.

Después de un día donde todos cuidaron y complacieron al omega con video juegos y comida. Así, llegó la noche, Todoroki tenia claro que debía hablar con Bakugo.

–Katsuki...– llamó el bicolor a su pareja pero esta solo hizo un sonido de afirmación.

—Tenemos que hablar, omega– dijo de forma dulce, mientras acariciaba sus cabellos.

Dicho esto el cenizo abrió los ojos para centarse junto a si pareja mientras este acariciaba su cabello.

–Dime como te sientes, amor, por favor–

Loa ojos de Katsuki se sentían sin brillo, no parecía el chico explosivo y confiado de siempre, eso no le gustaba a Todoroki.

–Casi lo pierdo, Shoto, casi pierdo a nuestro bebé– dijo, mirando su vientre y acariciándolo suavemente. Sus ojos estaban llenos de lagrimas, intentaba con todas sus fuerzas no soltar alguna.

El bicolor reaccionó rápido y colocó una mano derecha encima de las del cenizo para dar un ligero calor.

–Nada sucedió, Katsuki, tú estás bien, el bebé está bien– afirmó acurrucando a su pareja –Lamento no haberte protegido, cariño, debí estar ahí para ti–

–No digas eso, Shoto, no es tu culpa– habló Bakugo seriamente, no quería que su pareja se sienta responsable.

–Tampoco es la tuya–

Dicho esto, Bakugo se calmó considerablemente, ya no respiraba de forma errática y su rostro se relajó. No había nada de que preocuparse, mientras estén los tres juntos, no habrá nada de lo que angustiarse.

Él Omega InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora