12: A MILLION REASONS (Baile De Navidad)

39 3 13
                                    

Narra Ángeles

- ¿Cómo no me lo contaste antes?

- No lo sé, Angie. Supongo que ellos estarían esperando el momento...

- João, la vida es eso que ocurre mientras esperamos el momento - reí, observando el lago negro- Igualmente, más allá de esta frase filosófica, no tenía idea de que a Pablo pudiera gustarle Circe.

- ¿Lo dices en serio? ¿No notaste la forma en que se miran?

- ¿Desde cuándo?

- ¡Desde siempre!

João y yo estábamos frente al lago, en la mañana, arrojando piedras buscando que reboten. Era un día frío, sin embargo, no lo suficiente como para que el lago se congele. No pude evitar reír por su respuesta, quiero decir mi mejor amiga estaba saliendo con uno de mis mejores amigos y no me lo había dicho, ¿puede alguien creer eso? Peor aún, no había notado ¡NADA! Deben haber tomado clases de actuación o algo. Yo siempre me doy cuenta de todo.

- Tendré que hablar con Circe más tarde, no puedo creer que me lo haya ocultado. No fue capaz de escribirme en todo este tiempo. Bueno, a decir verdad, tú tampoco...

Tenía que soltarlo en algún momento.

- De eso te quería hablar... Hoy es navidad, Angie, y quiero que sea una navidad diferente.

- Bueno, ya es diferente. Para empezar, estás en un país diferente al tuyo, en otra escuela... Las navidades aquí son extrañas, ¿no? Digo, en Buenos Aires estaríamos celebrando ni bien se hiciera la medianoche del 25 de diciembre...

- Sí, es cierto - sonrió, sin dejar de arrojar las piedras - Aquí también se dan regalos, ¿no?

- Sí. De hecho, alguien me dejó esto...

Era un collar con un dije muy extraño. El collar en sí era simple: era un cordón negro, corto, pero lo extraño era el dije que colgaba en él. Era un dije redondo que cambiaba de color cada cierto tiempo, pero no sabía qué significaban los colores, ni quién me lo había dejado. No pude seguir un patrón en sus cambios de color, pero era realmente hermoso. A veces, tomaba una tonalidad púrpura, para luego ponerse azul, o anaranjado. Supuse que fue Theo quien me lo dio, aunque me resulta extraño viniendo de él que no me haya dejado ni una tarjeta.

- Wow, ¿cambia de color? - preguntó João, asombrado, tocando el dije con uno de sus dedos - ¿Cómo hace eso?

- No tengo idea, todo en nuestras vidas es mágico, ¿no? Pero es lindo. En fin... ¿De qué querías hablar?

- Bueno... - suspiró, mirando al horizonte, como si buscara qué decirme exactamente -Es un buen momento para estar juntos, aquí, ahora, ¿no?

- Sí... Estamos juntos, sí.

- ¿Por qué nunca hablamos de lo que en verdad nos pasa?

- Supongo que se nos pasó la vida, ¿no es así?

Sonreí, ante la repetición de mi "frase filosófica", pero esta vez lo hice con algo de nostalgia. Tantos años de amistad, de sentimientos más allá de una amistad, y estamos hablando de ello ahora, cuando ya es muy tarde para ambos y cuando ya no tiene sentido hacerlo.

- Sí, pero, más allá de eso, que nuestros verdaderos sentimientos hayan sido tan obvios es lo que me hizo no querer hablarlo. Quiero decir, tú ya lo sabías, y yo también, ¿por qué deberíamos hablar de lo obvio?

- ¿De qué otra forma sabríamos lo que pudo haber sido?

- Puede seguir siendo, ¿no crees? - sonrió de lado, como si no acabara de decir una tontería.

Un millón de razones ⌇ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora