Narra Ángeles
Había estado en esa misma mansión anteriormente tiempo atrás, pero esta vez era diferente. Había vuelto con otra mentira, pero era peor: me había ido de la escuela, bajo la maldición imperius, mintiéndole a Draco, diciéndole que los fuegos artificiales de los Weasley me habían mareado y que iría a recostarme.
¿Qué pasaría si se le ocurría ir a mi habitación? ¿Qué pasaría si Theo le preguntara por mí? ¿Qué pasaría si alguien en la escuela notara que no estoy? Sólo tres estudiantes sabían sobre mi nueva realidad; sin embargo, tenía la confianza en que ninguno diría nada.
Pude reconocer a algunos de los mortífagos en la mansión: los Malfoy, Bellatrix, Barty y el profesor Severus. Había muchos otros, todos hombres, a los que no llegué a reconocer del todo; a decir verdad, ni siquiera quería mirarlos mucho.
—Perfecto, la pequeña bruja sudamericana está aquí—dijo Bellatrix, fingiendo alegrarse de verme—. ¿Cómo has estado, niña bonita? ¿Qué se siente ser la nueva favorita?
—Por favor, Bellatrix—dijo Voldemort, moviendo su mano con desdén—. No seas así con la pequeña Rasmüssen, después de todo, ella podría matarte si quisiera y no le costaría ningún esfuerzo, ¿no es así?
No quise responder a ninguna de sus provocaciones, ni siquiera al propio Voldemort. Lo único que pude hacer fue mirarlos a ambos y asentir con tristeza.
Voldemort sonrió y nos hizo una seña a todos para que nos sentemos en la gran mesa de la mansión, al menos, le hizo esa seña a los demás, porque a mí me hizo quedarme parada junto a él, a su derecha, estando Nagini, su serpiente, a su izquierda. No sabía de dónde Voldemort la habría sacado, es decir, es una serpiente muy grande, ¿iría con ella a todos lados?
—Como todos saben, en el ministerio de magia se ocultan cosas útiles, interesantes, al menos para mí, para nosotros. Esta noche deberán ir a buscar una de esas cosas... Verán, hay una profecía que nos involucra a mí y a Potter directamente, y sólo uno de nosotros puede ver su resultado. No quiero que él la vea, así que deben traer esa profecía intacta, entera.
Todos asentían mientras escuchaban con atención. Ir a buscar una profecía al ministerio no parecía una tarea tan difícil... ¿Por qué estábamos aquí realmente?
—Potter estará allí, y no irá solo; me encargué de que vea en su mente algo que seguro va a interesarle. No bajen la guardia. Ellos protegerán la profecía e intentarán llevársela.
Al decir esto, Voldemort se levantó de su silla en la cabecera de la mesa, acercándose a cada uno de los mortífagos que allí estaban, buscando intimidarlos. Creo que el único que realmente le tenía terror allí, además de mí, era Lucius. Podía ver cómo sus músculos se habían tensado ante la presencia de Voldemort detrás de él. En contraste, Bellatrix sonreía extasiada.
—No pueden cometer ningún error—repitió el señor tenebroso.
Todos asintieron.
—Cualquier error puede costarles muy caro esta noche, así que, si yo fuera ustedes, tendría mucho cuidado... Sin embargo, no todo está perdido—dijo girándose hacia mí, con una horrible sonrisa—. La pequeña Ángeles irá con ustedes esta noche al ministerio. La e he entrenado para que esta noche demuestre lo que puede hacer... Sé que harás lo necesario para que la misión no falle.
Su frase "sé que harás lo necesario" me daba más miedo de lo que quería admitir. Sabía a qué se refería Voldemort cuando hablaba de lo necesario. Me había sometido a torturas horribles todo el verano, preparándome para este momento, buscando explotar al máximo la magia que poseía.
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Un millón de razones ⌇ Draco Malfoy
Fanfic- ¿Aún después de lo que te hice? - Sí, Draco... Aún después de lo que me hiciste. Ángeles va desde Castelobruxo a Hogwarts con dos advertencias: tener cuidado y mantenerse alejada de los Malfoy, después de todo, su madre, Amelia Crouch, la hermana...