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Sed

"Adeleheid. Si hay una sola cosa sospechosa sobre el Gran Duque, no le quites los ojos de encima. Si una sombra realmente acecha, serás capaz de reconocerla".

¿Por qué de repente me vino a la mente la conversación con el Padre? ¿Fue por el tono firme que dejó una fuerte impresión? O tal vez era la certeza en su voz, llena de confianza de que, incluso si otros no podían reconocerla, ella sería capaz de hacerlo.

—Ah.

Ella vaciló, perdiendo momentáneamente el contacto con la realidad. Valentín le levantó la muñeca y acercó la cara. Estaban lo suficientemente cerca como para que sus respiraciones casi se entrelazaran. Sobresaltada, abrió los dedos. Como si lo hubiera estado esperando, Valentín le mordió el dedo ensangrentado.

"......."

Estaba caliente, húmedo y un dolor agudo la atravesó. La picadura fue lo suficientemente intensa como para hacerla estremecerse. Presionó su lengua contra la herida, sondeando y royendo con los dientes. Aunque eran solo unas pocas gotas de sangre, tragó con entusiasmo, como si tratara de saciar una sed profunda.

El sonido de la succión resonó con fuerza en la habitación silenciosa. Adeleheid miró, algo desconcertada, lo concentrado que estaba en su dedo. Sus mejillas hundidas, sus ojos sombríos, su nariz afilada y su mandíbula cincelada.

Y sus pupilas, entrecerradas como las de un depredador, la miraban fijamente...

"La carne y los órganos permanecen, pero toda la sangre se ha ido. ¿No es eso lo suficientemente sospechoso?

De repente, una voz resonó en su mente y una visión apareció ante sus ojos. Los cadáveres de las ovejas, apilados como una montaña, el humo acre. El pueblo testificó al unísono que no era obra de bestias, sino de monstruos.

Sus pensamientos saltaron de nuevo, como pisar una plancha de hierro caliente.

"... Padre, si dices que no mires hacia otro lado...

"En la noche de luna llena, prepara un espejo y una hoja de plata".

Una espada. La fría respuesta le provocó escalofríos. Recordó la expresión en el rostro de mi padre cuando la había mirado en aquel entonces.

—Debes estar alerta, Adeleheid.

"......."

"Por muy amable que parezca, un monstruo no puede coexistir con los humanos. Sus pensamientos son diferentes a los nuestros, y por mucho que nos imite, nunca podrá entenderlos del todo. Para él, no somos más que una fuente de diversión".

"......."

"Debes saber esto. Debes recordarlo para distinguir. Cuando decida encantarte..."

Entonces, ¿cómo sucedió esto?

Cuanto más corrupto es algo, más hermoso es su exterior. Las cosas más malévolas están envueltas en un disfraz de benevolencia. Para engañar, cubre su lengua con miel dulce, afila sus garras para apoderarse de la carne tierna, y dondequiera que pise, ninguna vida puede crecer.

Al final, el punto de vista del Padre era claro. Si su esposo era verdaderamente una 'sombra', entonces no era humano, sino que simplemente vestía una piel humana. Si ella fuera engañada por su apariencia, no habría nada más que desesperación.

Y entonces, en ese momento...

—Ah.

Un dolor agudo la trajo de vuelta, y Adeleheid parpadeó sorprendida. Había estado perdida en sus pensamientos, olvidando su situación actual. Parecía que los afilados colmillos de Valentín habían abierto la herida. Tan pronto como Adeleheid gimió, Valentin la soltó rápidamente.

Mi esposo cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora