El sustituto y el protagonista están juntos. Dong Shi Niang.

Capítulo 25. Echó a correr.

Capítulo 25. Echó a correr.

Un "mèimèi" dejó a Xue Ya aturdido por un momento, pero luego reaccionó y se enojó. ¿Qué hombre estaría feliz de ser llamado hermanita, especialmente por He Xulan?

Que la dueña no supiera que era un hombre era comprensible, pero He Xulan obviamente lo hacía a propósito, realmente tenía malas intenciones.

Pero por más enojado que estuviera, He Xulan seguía siendo el amo y él solo un sirviente. Sin embargo, aquí no solo estaba He Xulan como amo, también estaba Cui Lingjing, así que Xue Ya rápidamente miró hacia él.

No solo miró, sino que dio un par de pasos hacia Cui Lingjing, claramente prefiriendo sentarse con él.

Cui Lingjing pareció algo sorprendido al escuchar "mèimèi", pero al ver a Xue Ya moverse hacia él y a He Xulan a su lado, su mirada se detuvo brevemente en Xue Ya antes de decir: "Ve a sentarte con tu hermano."

Al ver que Cui Lingjing también decía esto, Xue Ya finalmente caminó vacilante hacia He Xulan.

El banco frente al puesto era largo, así que si quería sentarse junto a He Xulan, tendrían que compartir el mismo banco. En ese momento, el aroma de las bolitas de masa hervidas llegó con el viento, despertando el apetito de Xue Ya. Pensando que He Xulan no lo mataría en público, se sentó a su lado.

La dueña preguntó sonriendo: "¿Los señores quieren las fritas o las hervidas?"

Cui Lingjing nunca había probado comida popular, así que miró a He Xulan. He Xulan echó un vistazo a las dos ollas y dijo: "Tres tazones de hervidas y uno de fritas."

La dueña obedeció y pronto trajo los cuatro tazones.

Xue Ya no había comido tangyuan en mucho tiempo, así que se emocionó al verlas, pero recordó que He Xulan y Cui Lingjing estaban a su lado y contuvo su mano de tomar la cuchara.

El eunuco disfrazado de mayordomo, con el pretexto de tomar los palillos, rápidamente probó con una aguja de plata las cuatro porciones sobre la mesa, ninguna estaba envenenada. Aun así, Cui Lingjing miraba la comida sin apetito.

Completamente opuesto a él estaba He Xulan, quien tomó la cuchara con naturalidad, revolvió el tazón y se llevó una bolita a la boca. La mirada de Xue Ya fue atraída involuntariamente, observó a He Xulan comer esa bolita y, hambriento, se lamió inconscientemente los labios. Luego miró rápidamente a Cui Lingjing, claramente preguntando con la mirada si podía comer.

Pero Cui Lingjing ni siquiera le prestó atención.

Cui Lingjing, al ver que He Xulan comía tangyuan, quería acercarse a él comiendo también, pero realmente no quería hacerlo y se quedó mirando preocupado el tazón de sopa frente a él.

Xue Ya, al ver que Cui Lingjing no le hacía caso, miró de reojo a He Xulan a su lado, y viendo que estaba concentrado en comer, extendió cuidadosamente la mano para tomar la cuchara y empezar a comer. Al principio miraba a escondidas a Cui Lingjing y He Xulan, pero luego ya no pudo prestar atención a nada más.

Las bolitas redondas y blancas llenaban el tazón, su aroma y vapor ascendían. Xue Ya mordía una y el relleno explotaba en su lengua. Comió varias bolitas en sopa y luego usó los palillos para probar las fritas, comiendo muy ocupado, con finas gotas de sudor en la frente y los labios rojos por el calor.

La forma de comer de Xue Ya atrajo la mirada de Cui Lingjing. Viendo lo bien que comía, miró dudoso las bolitas en su tazón y lentamente extendió la mano para tomar la cuchara, cuando de repente escuchó la voz de He Xulan.