III. Nobody hates me

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Okey de vuelta a mi "amado" hogar, adoro las bienvenidas y más cuando es Kocho diciéndome "Por eso todos te odian" por ejemplo ahora.

- Por eso todos te odian Tomioka-san - Exclamó la pilar con su falsa sonrisa.

- A mi nadie me odia Kocho - Respondí con indiferencia, a mí nadie me odia o tal vez nada más Iguro y Shinazugawa.

Pero ellos no cuentan, Shinazugawa se parece al perro que me mordió siempre siempre está molesto e Iguro se enoja con cualquiera que este cerca de Kanroji.

- No lo niegues Tomioka-san, entre más rápido lo aceptes menos dolerá - Murmuró Kocho con falsa dulzura.

- Kocho no es por asustar pero detrás de ti hay una bestia peluda - Exclamé mientras señalaba el pequeño gato detrás y como si hubiera encendido un interruptor la pilar salió volando.

Literalmente salió corriendo como si su vida dependiera de eso no pude evitar reírme cuando ví que casi se caía.

- No sabía que sabias reír - Se escuchó una voz suave casi inexistente.

Dirigí mi mirada a la voz y pude ver al pilar de la niebla, Muichiro Tokito... Aún me sorprendía la fuerza y valentía que tiene el pequeño pilar yo a su edad me escondía detrás de Sabito.

- Es divertido ver a Kocho huir - Respondí con la cabeza ladeada mientras veía como el niño parecía querer reír.

- ¿Qué forma tiene esa nube? - Preguntó mientras veía el cielo.

- Le encuentro forma de carita feliz - Murmuré mientras miraba al niño, por un momento puse ver un pequeño brillo en sus ojos... Algo en mi interior se removió ¿Me lo podía quedar?

- Yo también veo una carita feliz y me siento feliz - Susurró Tokito con un pequeño brillo mientras seguía viendo la nube.

Ni modo tocaba quedarse con el pequeño pilar, era tan pequeño necesitaba que lo cuidarán... Es un pequeño cachorro.

- ¿Quieres ir a comer? - Le pregunté con una sonrisa.

- ¿Podré comer furofuki daikon? - Preguntó mientras me veía, buscando ¿Aprobación?

- Claro que sí, podrás comer lo que quieras - Respondí mientras le daba palmaditas en la cabeza y tomaba su mano para ir a comer.

Quizás su vida no era tan mala como pensaba, ahora tiene un cachorro que cuidar.

En tu cara Kocho: No todos me odian, si todos me odiaran como explicas al pequeño cachorro que está aferrado a mi.

En tu cara Kocho: No todos me odian, si todos me odiaran como explicas al pequeño cachorro que está aferrado a mi

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The lost princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora