Capitulo 1.

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Goku y las quintidiosas.

Caminaba tranquila, su cabellera rojiza resaltaba en lo más oscuro de la noche, y la oscuridad era cálida, tanto que dar aquel paseo nocturno era bastante agradable, para que soportar en su hogar, a sus hermanas o su tutor.

Hace bastante tiempo que las clases habían terminado, pero había salido con algunas amigas, había pasado por algunas cosas para la cena y ya no faltaba mucho para llegar a su hogar, posiblemente si hubiera tomado un taxi habría llegado mucho más temprano, pero ya sea porque no se indico esa opción o porque no vio pasar a ninguno, solo siguió a pie.

El tararear de una canción era lo único que acompañaba sus pensamientos, pronto su destino concluiría, lo sabía porque el edificio al que debía llegar se podía ver bastante cerca, no obstante algo le trajo un mal presentimiento, su dulce melodía cesó y las tinieblas se tornaron pesadas.

Notó que no había autos recorriendo esa calle. Todo pasó a tornarse extraño y silencioso como si el tiempo se hubiera detenido, no había nada, no había personas a parte de ella transitando por esa zona, había caminando sin ver ese escenario muchas veces desde que se había mudado, por eso mismo se alarmó.

pero un sonido al fin se hizo presente, un auto se acercaba uno cuya música era ahogada en su interior, melodías que solo un "delincuente" podría escuchar, le estremeció al momento cuando pasó a un lado de ella, iluminándola y cegándola momentáneamente con su luz.

Pudo notar como sus vidrios polarizados no dejaba ver nada en su interior, pero sabía que quien sea que fuese ahí la miraba perfectamente y comprendió que no pasaría nada bueno cuando ese vehículo se detuvo.

observó a unos hombres riendo burlonamente, descendiendo poco a poco del auto y más preocupación nació cuando ellos caminaron hacía ella, sin borrar aquel repulsivo gesto.

-hola muñeca, ¿por qué tan sola?.- uno de ellos se dirigió, pero ella no hizo caso ni mucho menos respondió, lo único que hizo fue dar media vuelta regresar a paso lento, no quería relacionarse con nada de eso.

-espera, a dónde vas!?.- le gritaron comenzando a seguirla, era obvio que cualquiera la admiraría por su belleza y cuerpo, era hermosa, pero las intenciones de aquellos hombres parecían querer ir más allá que solo contemplarla y cuando no supo que hacer comenzó a correr lo más rápido que pudo.

agitada seguía el rápido paso hacía un lugar seguro, una tienda, un restaurante o algo donde pudiese resguardarse, no obstante no había nada de eso, solo la acera extendiéndose hasta donde la vista le daba, se arrepintió de haber caminado, se arrepintió de haber comprado algo para la cena y de haber salido con sus amigas.

un hombre se adelantó y le cerró el paso, no pudo ver su rostro completamente, solo esa sonrisa que resaltaba fuera de esos ojos ensombrecidos, podrían haber sido 4 o 3 los que la rodearon después, quien sabe, no quiso contarlos, solo quería que si esto era una broma de mal gusto terminase ya, pero si algo era claro fue que no se trataba de un juego, lo supo cuando algunas navajas destellaron en las manos de aquellos hombres.

-déjenme en paz idiotas!.- tratando de ocultar su temor exclamó valientemente a esos hombres, quienes lo tomaron con burla claramente, mirándose unos a otros y aumentando sus risas repulsivas.

-esto será divertido.- fue el susurro que escuchó y todos y cada uno redujeron la distancia que había entre ellos y la bella mujer.

La desesperación aumentó de golpe, giró a ver a todos lados y no pudo ver a nadie, entonces decidió gritar, lo haría, estaba más que decidida, pero fue tarde y alguien cubrió su boca ahogando sus llamados de auxilio.

Soltó los víveres al tratar de liberarse, hizo todo lo posible por huir, pero para su mala suerte nada de eso daría resultado.

entrecerró sus ojos con fuerza, observando unas manos cerca a sus pechos, no quería nada de eso, pudo incluso preferir morir y las lágrimas que se comenzaron a desbordar de sus ojos lo corroboraban, solo rogó por una especie de milagro.

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