Confusiones

Capitulo 4.

Goku y las quintidiosas.

Quieres ir con nosotras hoy?.-preguntó una de sus amigas, ese llamado logró sacarla de sus pensamientos. -eh?, por supuesto!.- fingiendo un gesto de alegría contestó, lo mejor sería ignorar todo eso, lo mejor sería no relacionarse más con ese extraño chico y ya se le ocurrió un perfecto plan.

para cuando escuchó los gritos de fuerza y los golpes a muchos objetos se preguntó en qué momento terminó en ese lugar. Frente a ella aquella escuela se presentaba, observando a través del vidrio de la puerta a los estudiantes golpearse unos a otros, entrenando o quien sabe que, tragó hondo sin saber en lo que se estaba metiendo, pero si algo debía de aclarar era ese mal entendido.

la mujer abrió las puertas. La hermana de gokú parecía haberla visto desde el interior y reconocido. Ese rostro de mal genio seguía presente en ella cuando la encontró, posiblemente nino no le caía bien del todo.

-sigue, no te quedes ahí parada.- después de soltar un suspiro de pesadez se dirigió a ella, no hubo saludo de por medio y fastidiada por ese trato nino no tuvo más remedio que entrar sin decir algo al respecto si quería salir de ahí rápido.

la apartó de lo que debía ser la escuela en si, en el segundo o tercer piso del edificio la residencia de esa familia se encontraba e invitó a la chica de cabello rosa a tomar asiento cuando ya se encontraron en la sala.

-esta escuela la fundó mi tatara abuelo, desde entonces ha estado en manos de mi familia.- tomando primero la palabra explicó a la chica de cabello rosa. -mi hermano es la estrella actual, ha ganado torneos tanto locales como a nivel nacional, así que a pesar de ser tonto destaca en algo.- dijo y ofreció una taza de té a la chica.

-eso es genial, supongo.- exclamó nada admirada por eso, pues ya se había dado una idea de eso y la hermana del chico pareció notarlo con solo un vistazo.

-no puedo enviarlo a un instituto o algo parecido, han ocurrido muchas cosas y lo único a lo que puedo acudir es a un tutor personal.- siguió explicando la chica de veinti tantos años, nino no pensó en decir la verdad en ese entonces, el escucharla se hizo primordial.

-quiero mantenerlo en casa si es posible, siempre se mete en problemas, el otro día llegó con un par de heridas muy grandes, ni siquiera supe cómo pudo hacerse semejante cosa.- bastante molesta dio aquél conocido detalle a la chica que solo desvió la mirada.

-bueno, si estás interesada; entrégame el formulario, de lo contrario pasarás un infierno con él, todos se cansan y renuncian, así que piénsalo bien.- al decir eso recordó su motivo inicial, no trataba de ser una tutora, aunque ahora que se presentaba la opción simplemente no podía negarse.

-si aceptas te pagaré 3 veces más de lo que usualmente se paga por este trabajo.- siguió hablando la chica, algo que no estaría dispuesta a aceptar, aunque antes de que pudiese decir algo, una figura bastante conocida salió de un pasillo.

-nee-san, puedes darme algo de comer, tengo mucha hambre...- con pasos lentos y una rostro apagado se acercó a la sala. -ya te dije que estás castigado!.- de un fuerte grito respondió a las peticiones de su hermano, tienes prohibido salir y también haré mucho más estricta tu dieta, no pienso seguir aguantando tu inmadurez!.- regañó fuertemente, pero eso solo sirvió para que prestara más atención a su entorno, entonces su mirada se posó enteramente en la chica que charlaba con su hermana y pestañeó más de una vez al verla.

-itsuki-san?.- preguntó, algo que para casi todos era imposible de hacer, ese chico lo había logrado.

si pudiera describir aquel encuentro, fácilmente podría decir que ese fue el primero momento en que se conocieron, la cabellera falsa que sobre ella colgaba, los accesorios y su forma de actuar fácilmente la hubiesen convertido en su hermana, Nino, ese debería ser su nombre, no obstante, para ese chico no hubo alguna clase de dificultad en cuanto a reconocerla se trataba, incluso, aunque lo haya mencionado una vez pudo repetir ese nombre, el que debía ser el suyo propio.