Capitulo 2.

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Goku y las quintidiosas.

El mal tiempo despertó con ese amanecer gris, los vientos eran fríos y el cielo nublado, por alguna razón las clases se hicieron más extensas de lo normal, como siempre su atención en el aula es poca, aburrimiento era lo que persistía en ella y si se sintió curiosa por algo solo sería en lo que anoche aconteció.

se encontró alejada de todo, lejos de sus responsabilidades y deberes, de su familia en especial, porque en sus manos sostenía ese papel, ese formulario que contenía una sola dirección que podría terminar con sus dudas.

Ni ella sabía cómo terminaría aquella búsqueda, pero al fin los números coincidieron y el desfile conclusiones. Sus ojos celestes señalaban lo que parecía ser una escuela, no sabría decir con certeza lo que enseñaban allí, pero lo único que se le vino a la cabeza es que era una escuela de lucha, podía analizarlo con ver a los estudiantes de esa clase a. a través de la ventana.

Todo parecía relacionarse y algo le dijo que no se había equivocado, eso explicaría como pudo protegerla en tal situación, ahora el problema era dar con su paradero e incluso reconocerle, pues no sabía ada más a parte de su nombre o del color de sus ojos. , ella era una extraña en un lugar extraño buscando a alguien desconocido, tal vez no valía en realidad la pena y dudó de entrar.

Pero parecía que el destino estaba de su lado, porque algo aterrorizó a unos metros de ella, como si hubiera descendido instantáneamente de las alturas. El ruido que generó esos pies al impactar con el suelo llamó su atención y al girar a ver pudo localizar, esta vez apreciable con la luz del día y aunque bien podía estar equivocada aseguraba que era él, pues podía corroborarlo al esos ojos rojizos y la venda que cubría una aparente herida en su mejilla, misma que se habría hecho al salvarla.

-vaya, eso ha estado fácil.- habló el chico para sí mismo, al igual que la noche anterior aún traía un gorro sobre su cabeza, parecía haber saltado desde el segundo o tercer piso de ese edificio, pues una de esas ventanas estaba abierta . -bien, creo que debo irme antes de que se den cuenta.- murmuraba y girando a ver a los lados se preparaba para lo que parecía ser un escape, pero antes de que pudiese correr un llamado le hizo detener.

-¡disculpa!.- aquella voz se escuchó a sus espaldas, lentamente se giró y se encontró con la chica de cabello rosa y largo. -hola!.- después de ver hacía sus lados y saber que se dirigía a él contestó.

-me recuerdas?.- ella cuestionó acercándose al joven, que con algo de confusión la observaba detenidamente.

-eres la chica de anoche!.- respondió y ella se parecía un poco feliz.

-si, muchas gracias nuevamente por tu ayuda, te he estado buscando para entregarte esto!.- explicó y buscando entre su bolso extrajo los solicitudes y documentos que había dejado sobre el suelo en aquel incidente dispuesto a devolverlos, pero nuevamente las cosas parecieron complicarse .

-a donde crees que vas imbécil!.- con fuerte voz alguien gritó sobre ellos, precisamente por aquella ventana de dónde el chico había salido, de inmediato pudo notarse temor absoluto en el rostro del joven quien tragó hondo al ver a una mujer de cabellera azabache mirarle con rabia desde las alturas.

-no puede ser, ya se dio cuenta!.- fue lo único que pudo escuchar salir de sus labios, porque repentinamente el chico comenzó a correr sin terminar la conversación que se había dado.

-e-espera!.- gritó siguiendo los pasos de ese chico. -a dónde vas?!.- interrogó siguiéndolo.

-debo correr, si me atrapa me matará!.- fue su respuesta sin parar ni un momento, siendo seguido por la chica que había salvado. Corrieron por diferentes calles, cruzaron callesjones y parques, hasta que pareció enterarse que alguien corría detrás de él y ese alguien estaba agotado por tal desesperado viaje.

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