Epílogo.
Han pasado casi tres meses desde que salí de aquella torre, y las cosas han cambiado mucho a comparación del primer día, donde nos era difícil iniciar una conversación.
Ahora el hablar es de las cosas que mas hacemos, al igual que entrenar, cosa que me gusta mucho mas de lo que esperaba, aunque prefiero el arco a la espada, cosa que se me da mucho mejor que él, que siempre a preferido el combate cuerpo a cuerpo. A cambio de entrenar le gusta escucharme contar historias, o dar explicaciones de cualquier cosa que vea, desde un tipo de ave, o clases de flor. Aunque bueno, mentiría si dijera que no hemos peleado, y mucho la verdad, entres mas fácil nos es el hablar, el pelear también se fue normalizando. Pero al final logramos hacer las paces, a veces con una palabras de disculpa, otras con un detalle, y otras con un pequeño beso tímido en la mejilla o en sus labios.
Los besos aunque al principio eran escasos y tímidos, ahora lo hacemos con mas naturalidad y frecuencia, y una que otra vez, hemos ido un poco mas allá, pero aun no llegamos hasta el final, ya sea por nervios o por interrupciones. Al final solo terminamos con los rostros rojizos, y un sonrisa torpe. Pero eso no nos preocupa, ya que nos tenemos el uno al otro.
La noche aun me da algo de miedo, aun me cuesta dormir. A lo que él me abraza en silencio, y se queda despierto, acariciando mi cabeza, hasta que consigo cerrar los ojos, y en más de una ocasión me eh despertado a medianoche, y el sigue ahí despierto en silencio. después de verlo logro dormir hasta el día siguiente.
Aún seguimos en busca de un Mañana, pero ya no nos preocupa el cuando lo hallaremos pues, poseemos el ahora. Y el día de hoy, se levantó mas enérgico que de costumbre ¨hoy iremos al mar¨ dijo, y se apresuro en recoger todas nuestras cosas, y meterlos en la caravana.
Caravana que compramos juntos, con sus ahorros, y las joyas que tome del castillo, cuando regresamos de esa colina donde vi el amanecer por primera vez. Bueno no todas las joyas, ya que algunas las guardé en caso de una emergencia, aunque el prefiera que las conserve por que se me ven bonitas. Pero los vestidos ostentosos quedaron fuera de discusión, prefiero la ropa mas simple y cómoda.
Él, sigue siendo algo extraño, lo primero que me preguntó cuando se sintió cómodo, fue el como vivía en la torre, de donde sacaba la comida, y mi ropa, y las cosas de mi diario usar. A lo que solo pude responder ¨Magia¨ ya que la comida solo aparecía, al igual que la ropa, y cualquier cosa que llegara a necesitar, si una noche rompía o usaba algo, a la noche siguiente volvía a estar todo de nuevo como si nada. Aún de vez en vez, lo veo fruncir el seño preocupada por el futuro y por mi. En esos momentos solo lo rodeo con mis brazos, hasta que se tranquiliza, y besa mi mano.
El mar, lo siguiente mas hermoso, después de un amanecer, es el mar. Pero sin importar, lo que vea o adonde vaya, solo se que al mañana no se llega sólo...
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