No más

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Me estaba volviendo loco, ya no sabía que pensar

L- Todavia tengo una vida por delante, espero...

Dije entre susurros, estaba cansado, cada vez las cosas se ponen de mal en peor y no tengo la menor idea de que hacer, ¿que hago?, ¿Que estoy haciendo?

Estaba caminando a la parada del camión, afortunadamente encontré una manera transportar me  sin necesidad de que me lleve mi papá o que llegue tarde por ir a pie, no importa si tengo que gastar algunosy una traque o centavos, con que logre llegar.

Mientras estaba en el camión iba pensando en Cornelia y en como poco a poco me dejaba de hablar, incluso le mandaba mensajes y ni siquiera los veía, así que decidí que yo me acercaré a ella esta vez, cuando la vea la voy a saludar.

Al llegar a la escuela fui rápidamente a mi casillero Y dejé mis cosas, fui por los pasillos buscando el gimnasio ya que Cornelia siempre ensaya ahí.

Entre como si no hubiera un mañana y Vi a mi alrededor, había gente sentada y una que otra pareja hasta que la logre ver en el centro, estaba como siempre en sus ensayos muy concentrada y me acerque

L- ¿Cornelia?

Cornelia levanto la cabeza y me miró con algo de desinterés

Co- Hola Labrador, ¿Que quieres?

Se escuchaba molesta y fría y eso no lo hacía antes

L- amm, quería- saber cómo... Estabas

Cornelia todo los ojos a otra dirección y solo se levantó e intento ser lo más amable posible

Co- estoy bien gracias, ¿y tú?

L- bien, bien, y ¿Cómo te va?

Co- me va exelente, ¿Nos vemos en el almuerzo?

L- si claro

En eso ella se fue y me quedé pensando la manera cómo reaccionó

Por una razón extraña Roma no me ah molestado, como si de un día para otro todo fuera perfecto, creo.

En el almuerzo fui a la cafetería y buscaba a Cornelia encontrando la en una meja lejos de los demás.

L- hola de nuevo

Co- Hola Labrador, ¿cómo te fue en las clases?

L- pues bien de hecho, este día a Sido el mejor

Cornelia cambio su expresión al escuchar eso

Co- me alegro por ti

Nos quedamos en un silencio incómodo por unos minutos mientras empecé comer mis alimentos, hasta que Cornelia rompe el hielo

Co- ¿Te puedo pedir algo?

Me sentí un poco emocionado que hasta empecé a mover la cola

L- claro, ¿que cosa?

En eso se levanta y me hace una señal de que la siga, así que no lo pensé dos veces y la seguí.

Estábamos en silencio sin decir nada, yo estaba atrás de ella un poco alejado respetando su espacio, hasta que se detiene repentinamente haciendo que chocará con ella

Co- voy por algo que olvide en la cafetería, puedes ir a el salón 15, ahí me esperas por favor

L- claro

Se fue del pasillo y empecé a caminar para ir al salón ya dicho, después de unas vueltas logre encontrar el salón, abrí la puerta y tranquilamente me senté en la primera butaca que ví. No pasaron ni cinco segundos cuando me cayó miel en la cabeza y luego plumas, grité del repentino susto y mire atrás al escuchar unas carcajadas

R- ¡que imbécil, pareces una puta gallina! Por qué eso es lo que eres, una gallina

No dije nada y solo agache la cabeza, estaba apunto de llorar, pensaba que este sería mi día

CANINO un juego limpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora