Capítulo 6

6 4 0
                                    

El día pasó de una manera normal, dentro de lo que cabe. La compañía de Emily en la comida o los descansos era un alivio a decir verdad. Me sentía mejor después de escucharla hablar de sus compañeros de clase, o de sus profesores y clases. Pero realmente me preocupaba. Tan solo era una niña, una muy inocente. Y yo ya sabía que le solía pasar a las personas inocentes en este lugar.

Llegó la hora del entrenamiento físico. Algo en mí me decía que esa clase iba a ser una tortura. Pero no sabía el que. Ya me había puesto el uniforme de entrenamiento. En ese momento se agradecían los diez minutos de preparación que daba Astrid. O como ella prefería que la llamáramos, Profesora Valey. A pesar de que en cinco minutos empezaría la clase, el vestuario estaba vacío. La mayoría estaban fuera hablando, o esperando a que saliese, no importaba realmente.

Antes de salir me miré en el espejo. El uniforme era muy simple. Camiseta negra y ceñida y una licra también negra. El cinturón y el chaleco con vainas para dagas eran opcionales. Y al menos eso último daba un toque de color al uniforme, aunque fuese uno morado oscuro. O uno aparte de mi pelo en mi caso. Entre mi piel pálida y mi pelo anaranjado, podría ser perfectamente la cosa más llamativa de esa clase. Hacía todo lo que podía por cubrirlo, no dejarlo crecer más largo que los hombros, intentar cubrirlo con alguna capucha... Pero en esa clase era imposible.

Me limité a no pensar en eso y decidí salir. En cuanto lo hice, una avalancha de chicas pasaron por mi lado corriendo y riendo. Era obvio que habían esperado a que yo saliese para entrar, no querían estar relacionadas conmigo.

Seguí mi camino, hacia donde la mayoría de los chicos ya estaban formados. Me aseguré de ponerme lejos de Lucas y sus amigos. Hasta ellos lo miraban preocupados, todos nos habíamos dado cuenta de su cambio repentino. Incluso algunos profesores lo miraban preocupados. Y su hermano lo estuvo siguiendo por los pasillos durante todo el día. Toda su aura era distinta, como si su magia hubiera cambiado. Cada vez que se me había acercado, me daban escalofríos y se me ponía la piel de gallina.

La clase empezó normal: calentamientos, hacer planchas, abdominales, correr alrededor del campo de entrenamiento. Era lo normal. Esa tarde habría entrenamiento cuerpo a cuerpo y con «espadas», si se las podía llamar así. Realmente eran simples varas de madera que tienen las mismas partes que una espada: El pomo, la empuñadura, la guarnición y la hoja. Aunque era todo mucho más simplificado. Solo podíamos agarrar las varas por el mango.

Mientras corríamos dando vueltas por todo el campo, teníamos de fondo a Astrid gritando a los que se quedaban atrás y a los que, a su parecer, iban demasiado rápido. Su forma de razonar es que como grupo, teníamos que adaptarnos unos a otros. No ser una carga y no hacer parecer a los demás una carga. Vamos, que si de por sí eras rápido estabas jodido. Y si eras lento también.

Sus métodos eran raros de cojones. No le caía bien a nadie. Ni siquiera le agradaba a los profesores. Solo había un grupo de alumnos que no la odiaban. Básicamente Lucas y su grupito. ¿Les gustaban sus métodos? No. ¿Les gustaba la clase? No. ¿Les gustaba que la profesora no les parara con sus acosos? Si. Me empujaban todo el rato, y si caía tocaba castigo. Ya era lo típico, pero ese día realmente estábamos a la cabeza del grupo. Tan solo Lucas y yo. Sus ojos delataban que no se iba a limitarse a unos empujones, como hacían de costumbre. 

Estábamos recibiendo mil gritos por parte de Astrid. Íbamos demasiado por delante de los demás.  Estábamos a unos metros de los últimos de la clase. Me centré en correr, manteniendo la distancia respecto a él. No podía ir corriendo y girando la cabeza. Como si estuviese otra vez detrás de la barrera, siendo perseguida por un séquito de monstruos que me podrían despedazar en cualquier momento. No podía permitirme más cuchicheos por los pasillos, no solo por mí. Por Emily. Si la seguían viendo cerca de mí, no tardarían en atacarla a ella también, y dudo que su hermano la defienda. No podía parecer débil ahora.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Magia prohibida --- Las crónicas de Nyatroth IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora