1 0 M I N U T O S

4. L A E M B O S C A D A

El joven monstruo salió corriendo hacia mí, gruñendo y mostrando sus colmillos con ferocidad. Me asusté mucho, no tenía nada con lo que defenderme... y, finalmente...

—¡¡Uaaaaaaaahhh!!

Algo se apoyó sobre mis hombros... pero no era el ser que tenía delante, se trataba de otra criatura que me estaba acechando por la espalda, sin que la hubiera notado acercarse. Sin embargo, no me atacó, tan solo me utilizó para impulsarse de un gran salto, y atacar a la otra bestia. Tenía una apariencia extraña, similar a un perro, con largas y finas extremidades, muy ligeras, y una boca enorme llena de afilados dientes. Se abalanzó contra el monstruo de pelaje blanco, y comenzaron a intercambiar brutales zarpazos y mordiscos, mientras yo observaba desde el suelo, algo aturdido. Parecía que estaban peleando por la comida (yo).

Aunque apenas podía correr, me puse en pie como pude, para alejarme de allí cuanto antes. Fue entonces que tuve que reaccionar rápido y echarme a un lado urgentemente. El monstruo blanco había abierto una especie de pequeña boca, y estaba disparando un extraño líquido viscoso, el cual derritió parte de la piel de su enemigo... y el asfalto de la calzada. Me alejé de allí por un callejón que tenía a mano izquierda lo antes que pude, con la respiración muy agitada, sin dejar de observar a aquellos dos en ningún momento. Ya tenía de nuevo la tensión muy alta.

Así que estos no venían a por mí directamente... Mientras iluminaba mi camino y rezaba por que no apareciera otro de aquellos repugnantes seres, me puse a pensar rápidamente en cómo sobreviviría a la verdadera amenaza... El monstruo principal iba a llegar en breve, eran las 11:32, así que tenía que buscar un nuevo escondite que fuera lo suficientemente seguro... pero ¡¿dónde?! El monstruo puede derribar edificios...

—¿Robo un coche? —Pensé, rascándome ligeramente la cabeza. —El enemigo es muy rápido, pero eso es cuando esprinta en línea recta... Si callejeara por las calles de forma muy rápida... Nada, olvídalo, tendría que conseguir las llaves del coche en cuestión primero, y no sé quién sería su dueño...

El callejón me llevó hasta un cruce, desde donde avisté a un par de criaturas voladoras en el cielo, gruñendo sin parar, pero volando juntas, lo cual significaba que también tenían alianzas entre ellas.

—(Ya veo... Así que no son monstruos únicos, hay varios de la misma especie también...)

Con cuidado, tomé la calle de la izquierda, pendiente en todo momento de no volver a ser sorprendido.

—(Veamos... Antes he sobrevivido ocultándome bajo tierra... Así que... ¡Ah! ¡Las alcantarillas! ¡Eso es! Aunque... Volvemos a las mismas, tendría que abrirlas primero... ¡¡Agh!! ¡¡Esto es muy complicado!!)

Entonces, mientras me perdía en mis pensamientos, escuché una especie de resoplido muy extraño detrás de mí, lo cual me puso alerta de inmediato, girandome con cuidado hacia atrás.

Pude observarlo con claridad con la linterna. Un aterrador ser de cuello largo me había estado siguiendo, con sus cientos de pequeños dientes, que babeaban a la par que sus ojos se clavavan en mí. Casi me caigo al suelo del susto, pero pude mantener la compostura.

—(A-Ah... A-Ah...)

A pesar de su horrible apariencia, no parecía hostil. No me había atacado... al menos de momento.

—(Joder... Joder, joder... ¡Joder! ¡¿Qué cojones hago yo hora!? ¡Ya está! ¡Estoy muerto!)

La criatura comenzó a ronronear cerca de mi oído, parecía que se estaba poniendo nerviosa. Eso me dio ansiedad a mí también. Sin embargo, en vez de quedarme ahí, esperando mi muerte, pensé... Quizá estaba interpretando el hecho de haberme detenido como una acción sospechosa, así que continué caminando por la calle, fingiendo naturalidad. Antes había estado haciendo eso, y no me había hecho daño.