8. L A T E R C E R A F A S E

29 8 0
                                    




En cuanto reaparecimos en una amplia plaza, el monstruo resultó estar en el mismo lugar. Nosotros nos encontrábamos en un extremo del lugar, y él en el otro, pero en cuanto pusimos un pie allí, la bestia soltó un gran rugido, y embistió sin piedad contra nosotros... Aquello... iba a ser una carnicería...

—¡¡¡CORRED!!!

Sin dudarlo, me giré, y comencé a correr en la dirección opuesta del monstruo. Apunté a lo alto de uno de los edificios con mi gancho, y presioné su botón en el guante. De esta forma, con un gran impulso que me llenó de vértigo, subí en un instante hasta el tejado, aunque me costó frenarme, y casi me caigo por el otro lado.

—¡¡UAHHHHHH!!

Eché un vistazo rápido a la situación. En el otro lado, Mebia también había subido hasta otro edificio con su gancho, y Novah y Arua estaban haciendo un agujero en una de las alcantarillas con el láser de esta... Y luego... en cuanto a Ushiragi... Me quedé en blanco al verlo.

—E-...E-... ¡¡¿EHHHH?!!

El chico, con un buen par echados, ¡había salido corriendo en dirección al monstruo! ¡Con la katana desenfundada!

—(¡Este tío está más loco de lo que pensaba! ¡Detente, por favor!)

El monstruo no tardó en alcanzarlo ni un segundo. Y así, de esta forma tan fugaz, fue como el grupo de cinco pasó a ser un grupo de cuatro... O eso me temía, pero afortunadamente no llegó a pasar. Mebia y yo contemplamos la escena con todo lujo de detalles: Ushiragi activó sus propulsores y, con un rápido y elegante movimiento, esquivó el poderoso zarpazo del monstruo, extendiendo a vez su katana, y golpeando al titán, quedándose justo detrás de él.

—(¡¡GUAU!! ¡¡Impresionante!!)

Tras ello, el monstruo trató de golpearlo de nuevo inmediatamente, de revés, pero el joven volvió a esquivar el ataque, contraatacó con su katana. Yo estaba alucinando, ¡¿cómo estaba aquello siendo posible?! ¡Ushiragi estaba plantando cara al monstruo! ¡y además como si nada, a pesar de ser ciego! Estaban dando todo un espectáculo visual, donde ninguno de los dos parecía agotarse. Ushiragi incluso se estaba mostrando superior al monstruo, pero su katana no bastaba ni de lejos para hacerle un solo rasguño a la poderosa bestia.

Mebia y yo nos miramos. No sabíamos cómo reaccionar o qué decir, pero esta vino hacia mí con su gancho, agitada.

—¡Groy! —Me llamaba, mientras aterrizaba en mi tejado, con mucha más experiencia que yo. —¡¿Pero qué coño está pasando?! ¡¿Cómo es posible que...?!

—¡N-No lo sé! —Contesté, sin tener más idea que ella. —¡Ushiragi es super fuerte!

—¡Ya veo, ya! ¡Tenemos que ir con Arua y Novah para decidir qué hacer! ¡Ushiragi parece estar bastante seguro de lo que hace, creo que podrá aguantar bastante tiempo solo!

Asentí con la cabeza, pero entonces algo me llamó la atención de nuevo. Miré al cielo, pues no comprendía por qué había tanta sombra en el lugar... Resulta que una impresionante plataforma cuadrada se encontraba justo encima de nosotros, flotando a una elevada altitud.

—¡Hala! ¡Mira eso, Mebia! —Advertí, señalando con el dedo. ¿Y si aquello no era una plataforma, sino un cubo? Desde abajo solo podíamos ver la cara de su base...

—¡¿Crees que...?!

—¡Sí, estoy seguro. Eso de ahí es El Templo! —Anunciaba, mientras me quedaba mirándolo, asombrado. —¡Ahora lo hablamos con los demás, venga!

1 0   M I N U T O SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora