*Violeta Hódar*
Apoyo mi cabeza en el hombro de Chiara, sintiendo el calor de su cuerpo irradiando suavemente contra el mío. La calma tras la partida de Denna y Alex es casi palpable, como si el aire hubiera adquirido una nueva tensión, deliciosa y sutil. Su aroma, una nota dulce de vainilla mezclada con algo más fresco, me hace relajarme aún más. Pero al mismo tiempo, cada contacto, por ligero que sea, despierta en mí un calor que me inquieta.
Chiara me rodea en sus brazos y siento sus dedos moverse distraídamente sobre mi espalda, dibujando figuras sin ningún significado real. Formas invisibles que me tranquilizan, pero también, en cierto modo, me electrifican. Cierro los ojos por un momento, saboreando este momento íntimo y tranquilo entre nosotras, mi corazón late un poco más fuerte con cada movimiento de sus dedos.
- ¿Qué estás dibujando? - Susurro suavemente, mi voz apenas más fuerte que un suspiro.
Siento su sonrisa contra mi cabello. - Realmente no lo sé... Espirales, líneas... Es bastante aleatorio.
Me río suavemente y mi mano se desliza instintivamente hasta descansar sobre su rodilla. - Me hace un poco de cosquillas, pero me gusta.
- Ah sí ? - Su tono es juguetón y siento una ligera provocación en su voz. Apenas intensifica la presión de sus dedos y un escalofrío me recorre. - ¿Así?
No puedo evitar sonreír, mordiéndome el labio inferior suavemente. - Sí... exactamente así.
Nos quedamos así un momento, saboreando la ligereza del momento. El silencio entre nosotras no es pesado, sino lleno de promesas. Lentamente la miro y nuestras miradas se encuentran. Esos ojos claros que parecen estar siempre pensando, siempre observando, pero que, en este momento, son más suaves, casi vulnerables. No sé cómo, pero la conexión que hemos desarrollado es tan natural que se me hace muy sencillo descifrar cada una de sus miradas.
- ¿En qué estás pensando? - Le pregunto.
Ella aparta la mirada por un momento, antes de sonreír. - Nada importante... bueno, solo pensé... todo esto es un poco loco, ¿verdad?
Asiento. - Sí, un poco. Pero... - Busco las palabras, tratando de no sonar demasiado emocional, aunque en el fondo estoy revolucionada por todo lo que siento. - Pero a veces las mejores cosas de la vida son un poco locas.
Su sonrisa se amplía y siento sus dedos lentamente sobre mi espalda, como si estuviera pensando en algo más profundo. - Es cierto. Y creo que estoy feliz de estar un poco loca ahora mismo.
Se nos escapa una risita, ligera pero teñida de una tensión que ninguna de nosotras se atreve todavía a abordar. Mis dedos se deslizan lentamente por su rodilla y, sin siquiera pensarlo, dejo que mi mano subiera ligeramente por su muslo. La siento ponerse ligeramente rígida, pero no incómoda. Más bien parece sentir la misma tensión creciente que yo.
Nuestros ojos se encuentran de nuevo y puedo ver en sus ojos que ella siente lo mismo que yo. Este deseo latente, este deseo de acercarnos aún más, de cruzar esa línea que ambas parecemos resistir a cruzar de nuevo. El silencio se prolonga, pero está cargado de palabras no dichas, de deseos reprimidos.
- Vivi...- comienza, pero se detiene, como si no supiera cómo continuar.
- Sí ? - Respondo suavemente, alentándola a seguir.
Suspira levemente, como si intentara reunir coraje. - Sé que ya pasamos una noche juntas, pero... ¿no crees que todo esto va un poco rápido?
Inclino mi cabeza, acercándome a ella, mis labios casi rozan los de ella. - Tal vez, - susurro. -¿Pero eso realmente te molesta?
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En la distancia
FanfictionChiara, una joven compositora inglesa, decide volver a España para visitar a su familia. Violeta, una joven chef andaluza, decide abrir su nuevo restaurante en Menorca. Que somos capaces de hacer por amor?