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El tiempo había pasado rápidamente, y Taehyung ya no era el niño inocente y tímido que solía ser. A sus 18 años, se había convertido en un joven alto, seguro de sí mismo, y admirado por su comunidad. Continuaba siendo una persona amable y respetuosa, pero también había comenzado a enfrentarse a las complicaciones típicas de la adolescencia. Aunque siempre había sido un buen seguidor de Dios, los dilemas y tentaciones propias de la juventud comenzaban a hacer su aparición.

Uno de esos nuevos aspectos en su vida era su relación con Jisoo, su primera novia. En la doctrina de los seguidores de Dios, tener una novia no estaba prohibido. De hecho, para aquellos destinados a ser sacerdotes como Taehyung, experimentar el amor terrenal era visto como algo positivo. Los líderes de la comunidad creían que conocer el amor permitía a los futuros sacerdotes entender mejor los sentimientos de los demás, empatizar y guiar con mayor sabiduría. Jongin, su ángel protector, observaba con calma y aprobación el desarrollo de esta relación, sabiendo que el joven podría aprender mucho de ella.

Jisoo era una chica simpática y alegre que había capturado el corazón de Taehyung desde el primer momento que se conocieron en la escuela. La atracción entre ellos había sido instantánea, y no pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a salir juntos. Para Taehyung, esta era una experiencia completamente nueva, y aunque disfrutaba de su compañía, también lo hacía sentir nervioso e inseguro sobre cómo manejar correctamente esta relación sin traicionar sus valores.

Jongin observaba todo desde las alturas, satisfecho de que Taehyung estuviera conociendo el amor de manera honesta y pura. —El amor verdadero lo acercará más a Dios —murmuraba el ángel, sintiendo que todo iba según lo previsto.

Por otro lado, Chanyeol había estado aguardando este momento con ansias. Sabía que la llegada de la adolescencia y la vida amorosa de Taehyung le proporcionaba nuevas oportunidades para tentar al joven y llevarlo hacia el pecado. Había permanecido en las sombras durante los últimos años, esperando el momento justo para intervenir de manera más directa.

—Es el momento perfecto —murmuró Chanyeol para sí mismo, viendo cómo el joven se relajaba en la compañía de Jisoo.

El sol comenzaba a ponerse, y el ambiente en el parque era tranquilo. Las hojas de los árboles se mecían suavemente con la brisa, y el sonido de las risas de las parejas jóvenes llenaba el aire. Jisoo se detuvo y miró a Taehyung con una expresión dulce.

—Taehyung —dijo con una sonrisa—, me alegra mucho que estemos juntos. Me haces sentir muy feliz.

Taehyung le devolvió la sonrisa, aunque en su interior sentía una leve inquietud. Sus sentimientos por Jisoo eran fuertes, pero había algo en él que lo hacía dudar. No era solo la emoción de estar con ella, sino una preocupación sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal en su nueva relación. Aunque nunca había cruzado límites inapropiados, sabía que sus pensamientos no siempre habían sido tan puros como quería.

Jongin, notando la incomodidad en Taehyung, se acercó espiritualmente a él, intentando transmitirle calma. —No hay nada de malo en amar a alguien, Taehyung —susurró en el aire—. Mientras seas honesto y respetuoso, todo estará bien.

Pero Chanyeol, que había estado esperando una oportunidad, intervino en ese mismo instante, plantando una semilla de duda en el corazón de Taehyung. —¿Y si te dejas llevar por lo que sientes? —susurró Chanyeol, con una voz que resonaba en lo profundo de la mente del joven—. Jisoo también quiere estar cerca de ti. ¿Por qué contenerte?

Taehyung frunció el ceño ligeramente, sintiendo la tensión interna entre el deseo y la virtud. Era joven, estaba enamorado, y la tentación de ir más allá en su relación con Jisoo estaba siempre presente. Aunque nunca había hecho nada que pudiera considerarse un pecado grave, las palabras de Chanyeol lo hacían dudar.

Esa misma noche, después de regresar a casa tras su paseo con Jisoo, Taehyung se tumbó en su cama, con la mente llena de pensamientos contradictorios. Estaba confundido, sintiendo el peso de una decisión que ni siquiera sabía que debía tomar.

Chanyeol, que había seguido a Taehyung hasta su habitación, sonrió desde las sombras, disfrutando de la confusión en el joven. —Solo es cuestión de tiempo —murmuró, sabiendo que el primer pecado siempre es el más difícil, pero una vez cruzado, todo se vuelve más fácil.

Al día siguiente, en la escuela, Taehyung y Jisoo se encontraron en los pasillos. Él todavía se sentía un poco incómodo después de las dudas de la noche anterior, pero Jisoo lo saludó con su habitual calidez.

—¿Estás bien? —preguntó ella, notando la seriedad en su rostro.

—Sí, solo estoy un poco cansado —respondió Taehyung, tratando de sonar despreocupado.

Pasaron el resto del día juntos, pero Taehyung no podía sacarse de la cabeza las palabras que había escuchado en su mente la noche anterior. Por primera vez, comenzó a cuestionar si debía seguir siempre el camino de la rectitud que había aprendido de niño. Era natural tener deseos y emociones, ¿no?

Esa noche, mientras Jongin velaba por él, Chanyeol se presentó una vez más ante el ángel de alas blancas, su rostro mostrando una sonrisa maliciosa.

—Veo que Taehyung comienza a dudar, ¿no es así? —dijo Chanyeol con sarcasmo—. Pronto caerá en mi red. Todo lo que necesito es un momento de debilidad, y tú no podrás protegerlo para siempre.

Jongin apretó los puños, manteniendo su compostura, pero sintiendo una creciente frustración. Sabía que Chanyeol tenía razón en una cosa: no podría estar con Taehyung en todo momento, y el joven comenzaba a entrar en una etapa más complicada de su vida.

—Taehyung tiene una voluntad fuerte, y su corazón es puro —respondió Jongin con firmeza—. No caerá en tus trampas tan fácilmente.

Chanyeol rió por lo bajo. —Veremos. Solo espero que estés preparado cuando finalmente lo pierdas.

La lujuria, un pecado que Chanyeol había planeado con cuidado, podría ser el punto débil de Taehyung. El deseo físico comenzaba a crecer en el joven, y cada vez le costaba más contenerlo. Aunque nunca había cruzado ese límite, Chanyeol estaba seguro de que no faltaba mucho para que el joven cediera a sus deseos.

Blame l Chankai ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora