El emperatriz poseía una gran belleza, su apariencia era tan hermosa como la luna misma, telas oscuras cubrían su cuerpo, tonos dorados para mostrar su valor y detalles en rojo para empoderar sus orbes. Sin embargo, aquel emperatriz era sumamente fr...
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Quackity bufaba internamente mientras escuchaba a la Sagrada Corte Imperial discutir sobre política y otros temas que no le interesaban. Junto a él, la Emperatriz sostenía una expresión fría y severa. El joven de cabellos oscuros se sentía extremadamente irritado, anhelando que la aburrida reunión terminara para poder retirarse a su habitación. No obstante, al girar su cabeza ligeramente para mirar a Luzu, su disgusto se intensificó. Tras aproximadamente dos horas, la sesión concluyó; los asistentes hicieron una reverencia mientras los Emperadores se retiraban primero. Caminaron juntos por un breve momento y, sin mediar palabra, tomaron rumbos distintos. Ese era el plan, hasta que, de forma inesperada, el mayordomo de cada uno los interceptó.
— Recurrir a un método tan heterodoxo — Murmuró el sirviente personal de Quackity —. No obstante, su Alteza Imperial nos ha obligado.
El Emperador suspiro al entender que esto se trataba de un movimiento de su madre.
— ¿Cuál es la urgencia que requiere la presencia de ambos? — Preguntó, mientras el sirviente de Luzu se inclinaba ligeramente antes de aproximarse al hombre de cabello oscuro.
— Su Alteza Imperial ha convocado su presencia por un asunto de gran importancia relacionado con la sucesión al trono — El Emperador, con una mirada de extrañeza hacia el mensajero, gruñó interiormente, pero sin pronunciar palabra, procedió a seguir a los sirvientes con Luzu a su zaga.
Caminaban juntos por los jardines del palacio, envueltos en un mar de flores exóticas y fuentes de mármol. No obstante, la magnificencia del lugar no podía aliviar la tensión que sentían. Un silencio espeso y casi tangible se cernía entre ellos, erigiéndose como una barrera invisible. El eco de sus pasos resonaba, acentuando la brecha emocional que los separaba. Anhelaba decir algo, lo que fuera, para romper esa barrera, pero las palabras se negaban a salir. La Emperatriz, con su gracia innata y mirada perdida, parecía habitar otro mundo. El Emperador, sumido en una mezcla de frustración y melancolía, añoraba aquellos días de risas y charlas despreocupadas. El silencio actual servía de amargo recordatorio de lo que se había esfumado. Con cada segundo que transcurría sin un intercambio de miradas o palabras, crecía la sensación de aislamiento. Aunque el viento susurraba entre las hojas, no conseguía disipar la tensión suspendida en el aire. El Emperador deseaba fervientemente hallar el modo de reconectar con su consorte, pero por el momento, solo podía continuar caminando a su lado, sumido en un silencio que parecía eterno. Cuando finalmente llegaron, la Alteza Imperial sonrió e hizo un ademán para que tomarán asiento.
— Me complace enormemente su presencia — Susurró la dama mientras degustaba una taza de té. Quackity estaba a punto de intervenir, pero la mujer le indicó que guardara silencio —. Están al tanto de que, dadas las circunstancias actuales, he resuelto adoptar el concubinato. El propósito de esta decisión es asegurar un heredero y preservar la pureza de la línea real.
El azabache bufo, pero dejo que su madre continuará.
» Dado que el actual Emperatriz, Luzu Vlogs, no puede tener descendencia, he asumido personalmente la responsabilidad de seleccionar las opciones más adecuadas. Después de una rigurosa investigación de cada candidato, la lista inicial de cien se ha reducido a solo ocho finalistas, quienes ahora están bajo la supervisión directa de la Emperatriz — La expresión de Luzu pasó de la irritación a una paz instantánea, una calma tan profunda que ni su propio mayordomo podía discernir si presagiaba algo bueno o malo.
