¿QUÉ ESTÁ OCULTANDO POTTER?

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Mientras se sentaban en el mismo café donde se reunieron solo un año antes, Harry y Draco no podían evitar recordar el camino recorrido. Habían compartido momentos inolvidables, entre risas y lágrimas, discusiones y disculpas. Su relación había crecido en fuerza y confianza, y ahora se sentían más unidos que nunca.

El café estaba tranquilo, con solo unos pocos clientes dispersos por la sala. La luz suave del atardecer se filtraba a través de las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor. Harry y Draco se sentaban en una mesa pequeña, cerca de la ventana, con sus manos entrelazadas sobre la mesa.

Mientras brindaban con una taza de café, Harry miró a Draco y sonrió. "¿Sabes qué?", dijo, su voz llena de emoción. "Creo que este ha sido el mejor año de mi vida". Sus ojos brillaban con felicidad, y su sonrisa era contagiosa.

Draco sonrió igualmente, sus ojos brillando con emoción. "El mío también", respondió, su voz suave y sincera. Su mirada se encontró con la de Harry, y por un momento, el tiempo se detuvo.

Harry se inclinó hacia adelante, su corazón latiendo con anticipación. “No se que me depara el futuro, pero sé que te quiero en el.”

Dicho esto, llevó una de sus manos a la mejilla de Draco y lo besó suavemente, sintiendo el calor de sus labios y la suavidad de su piel. Era un beso lleno de amor y pasión, un beso que sellaba su compromiso mutuo.

Draco correspondió el beso, sintiendo el mundo a su alrededor desvanecerse. Era como si solo existieran ellos dos, en ese momento, en ese lugar. Su corazón latía con emoción, y su alma se sentía completa.

"Yo también", respondió con una sonrisa en sus labios, su voz apenas audible. 

Después de disfrutar de su café, Harry y Draco decidieron abandonar el local y disfrutar del resto de la tarde juntos. Salieron a la calle, respirando el fresco aire de otoño, y comenzaron a pasear por las calles empedradas de Londres.

Mientras caminaban, hablaban de sus planes para el futuro, de sus sueños y aspiraciones. Harry compartió su pasión por su trabajo como Auror mientras Draco habló de su deseo de seguir ayudando a curar sus heridas luego de sus misiones (como ya tantas veces había hecho).

Luego de un rato de caminar sin rumbo fijo, decidieron cenar en un restaurante cercano. Se sentaron en una mesa decorada con velas y flores, disfrutaron de una deliciosa cena y una agradable charla.

Finalmente, después de cenar, decidieron regresar a la casa de Harry, el número 12 de Grimmauld Place. La casa estaba oscura y silenciosa, pero Harry la iluminó con un simple encantamiento.

Mientras se sentaban en el sofá de la sala, abrazados, Harry y Draco se sintieron en paz. Habían compartido tantos momentos juntos en esa casa, desde noches de pasión hasta momentos de tranquilidad.

Draco se recostó en el hombro de Harry, sintiendo el calor de su cuerpo y el latido de su corazón. Harry lo abrazó con fuerza, sintiendo la suavidad de su piel y el aroma de su cabello.

"Me encanta estar aquí contigo", susurró el rubio.

"A mi también", respondió el moreno con una sonrisa. "Esta casa es nuestro refugio, nuestro hogar".

Se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la calidez del otro. 

Luego, sin previo aviso, Draco se inclinó hacia adelante, una sonrisa pícara iluminando su rostro. 

Su mano descendió con una lentitud deliberada, trazando un camino de fuego a través del torso de Harry. 

Comenzó con unas caricias tentativas, sonrisas burlonas y miradas retadoras. Pero poco a poco, se convirtieron en una pasión arrolladora que consumía sus sentidos.

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