Capítulo VII

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Observaba la multitud de aves danzando en el cielo abarrotado en nubes tintadas en naranja anunciando el amanecer. El viento golpeaba con fuerza meciendo las ramas de los arboles arrancando las ojos secas que el otoño había marchitado. Fijó su atención en el suelo bajo sus pies, los adoquines húmedos por las ultimas lluvias que habían azotado la ciudad durante las ultimas tardes. 

Observaba sus zapatillas deportivas impecables ante la nula actividad que había realizado, pues aunque deseó ir a correr después de ejercitarse la presión en su pecho le impidió siquiera llegar al gimnasio.

Asemejaba el sentimiento con el de una ansiedad tumultuosa, pero erróneamente era mas satisfactorio. Las imágenes en su cabeza eran dulces y provocaban sonrojos exagerados elevando sus mofletes.

Los hoyuelos en sus mejillas se marcaban llamando la atención del que pudiera atención a su expresión, no recordaba las veces donde desvió su mirada al suelo ocultando la felicidad creciente que había sembrado el portugués en su interior. Se cubrió del frio aunque en un intento desesperado en ocultar sus emociones que se la vivían a flor de piel exponiéndole.

No pensó demasiado lo que hacía, pero alentado por la presión en su pecho se animó a llamarle. Y aunque no estaba en postura de decir que le necesitaba bien la emoción que se desarrollaba era similar a ello.

— Después de haberme dejado en medio de la lluvia pensé que no volvería a saber de usted. — La voz ronca del portugués sonó a través de su móvil, a juzgar por la hora creyó haberle despertado.

El alemán se encogió de hombros aunque el otro no pudiese verle y este solo pudo adivinar una expresión similar por el repentino silencio.

— Tu camioneta estaba a una cuadra. — Mordió su lengua al terminar la oración, pues el sonoro bufido que vino después respondió por si mismo.

— Era evidente que no había llevado auto. — La intención con la que este lo hizo quedó evidenciado cuando una sonora carcajada hizo girar a los otros corredores matutinos del parque.

Ligeramente avergonzado negó a la vez que continuó caminando llevando el teléfono sosteniéndolo con el hombros mientras ajustaba su reloj inteligente.

— Bueno, quizá no pensé en eso. Lo siento, si de algo sirve. — Se sinceró tranquilizando al castaño tras la línea.

— Está bien, no importa. Aunque el remordimiento le tiene llamando muy temprano. ¿Acaso no pudo dormir? — Habló por lo bajo mientras  se acurrucaba en las frazadas, el contrario logró escuchar el suspiró satisfactorio del hombre anunciando lo mucho que disfrutaba estar en la cama.

— Me desperté temprano, no pude conciliar mas el sueño así vine a trotar un rato pero.. — Fue interrumpido de forma abrupta.

— Me extrañaba y pensaba que podía invitarme. — 

— La verdad no pensé mucho antes de llamarte, pero aún así deberías despertar. Ya es hora. — Al sincerarse se avergonzó al meditar sobre el motivo de la llamada.

— Quizá el motivo original era despertarme, lo logró. Dejémosle así. Pero ahora.. — Este estaba ayudándole.

Toni sabía que este lo había intuido y aunque hubiese deseado negarse finalmente aceptó. Aquel se invitó solo y no tuvo el porque hacer la pregunta.

No tardó demasiado cuando apareció con ropa deportiva preparado para la rutina que pudiese esperarle luego. 

El menor de ambos sin decir nada se adelantó aunque envuelto en un peculiar silencio el cual indicaba que había demasiado por indagar, comenzó a caminar sobre la pista dejando que el otro caminara a su costado. Llevaba la mirada al frente tratando de mostrarse sereno aunque el cosquilleo en su abdomen le obligara girar a ver al más alto quien le sonreía cada que le pillaba observandole.

PECADO. [Cristiano Ronaldo x Toni Kroos.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora