7

22 0 0
                                    

David.

Salgo del baño, este tipo aún me seguía.

–¿A dónde vas?

–Quiero ir contigo a bailar con las chicas.

¿Cómo puedo deshacerme de este tipo?

–Me caíste súper bien, escucha, que tal si vamos por unas copas para las chicas así llegamos a la pista sin las manos vacías.–Me guiña el ojo.

Realmente el tipo me sabía convencer, quiero impresionar a Marina de todas las formas posibles, es buena idea llegar con ellas sin las manos vacías.

–Esta bien, acepto la propuesta.–Dije sin mostrar emoción.

Estoy a unos metros de la barra, Ketzaly tenía la cabeza agachada, a su lado estaba el gerente tomándola del brazo, Luis también se percató de la situación.

“¿Qué crees que estás haciendo? Sabes que no se permite beber durante las horas de trabajo. ¡Esto no es un juego!”, le dice, y puedo sentir la desaprobación en cada palabra.

Mi amiga se queda paralizada por un momento, la sonrisa se le borra del rostro mientras baja lentamente el vaso. Intenta balbucear una disculpa, diciendo que solo era un sorbo, pero el gerente no está nada impresionado.

”No me importa si era un sorbo o un trago completo. Si te veo hacerlo de nuevo, no tendrás que preocuparte por venir a trabajar aquí más. ¿Entendido?”

–A ver, ¿Usted quien es para decirle esas palabras autoritarias?–Luis se metió a la conversación.

–Soy Héctor el gere.–Luis lo interrumpe

–Shhhh Cállate por favor, no me interesa quien seas, yo soy Luis Palacios Rivera, ¿Te suena?

El gerente empieza a balbucear y tenía el rostro como si hubiera visto un fantasma.

–Por supuesto hijo del ex gobernador.

Una pequeña pausa para explicar esto en un pequeño párrafo: Los “Palacios Rivera” es una “familia ficticia” que están dentro de la política tienen poder en el país y más que nada su fama se debe a qué el papá de Luis fue gobernador del pequeño estado del país dónde habitan nuestros protagonistas de esta historia. Su fama es porque el papá de Luis llegó a secuestrar y matar a una pequeña banda de delincuentes que estaban aliados de un narcotraficante, por eso es que nuestro querido personaje David muestra desinterés aliarse como amigo a Luis porque de una manera lo enfrentó con cachetada de guante blanco sabiendo que se estaba enfrentado con el hijo del mismísimo diablo, Pero gracias a sus impulsos no sabe mantener la boca. Ahora sí volvemos con la historia.

–Si la vuelves a tocar y amenazar a mi amiga, es mejor que huyas del país, espero que después de esto no tengas problemas con ella, si es que me entero de que la despediste o le bajaste el sueldo, no la molestes.

Ketzaly.

¿Pero quien se cree este tipo para divulgar que somos amigos después del mal trato que recibí por parte de él?

–Si, señor no volverá a pasar.–Hector dejó de ser una perra a un perro regañado, ni lo volteaba ver a los ojos.

–Ahora por tus insolentes palabras hacia mi amiga quiero que este en mi mesa como una clienta más.

–¿Me está diciendo que deje libre su horario de trabajo?–Héctor por fin lo mira a los ojos.

–¿No hablé claro?

–Ket, necesito que te quites el uniforme y vayas con ellos a su mesa y disfrutes el resto de la noche con nuestros servicios.

–No quiero, aún quiero estar trabajando.–Respondí aferrada.

–Es una orden, no me hagas esto Ket.–Dijo Héctor con la cabeza agachada.

–Ketzaly, no hagas esto más incomodo y obedece, así estás un rato con las chicas.–Dijo David sin mirarme a los ojos.

–¡Dios! Lo hago no por cumplir órdenes, es porque me siento sofocada al lado de ustedes.

Voy directo al baño, me quito el delantal, subo las mangas de mi camiseta y me desabrocho los primeros botones de mi cuello. Por último me dejo caer el cabello hacia mis hombros y empiezo acomodarlo de costumbre.

Salgo del cuarto del baño, veo a Julián con la vista y el me ve con seriedad, aprovecho para enseñarle el dedo del medio con tanta agresividad, él solo agacha la mirada, si no hubiera hecho caso a ese trago, estuviera trabajando con tranquilidad y no sentirme humillada de el mismo hombre que me trató mal a después defenderme de otro tipo nefasto, si esta historia se hubiera tratado de un "enemies to lovers" donde una mesera común se enamora de un mafioso que al principio se odian a muerte pues ahí te lo paso, pero este no es mi caso y odio que tengan poder sobre mis decisiones, me sentí como si fuera una mujer de medio oriente dónde agacha la cabeza mientras que su padre y un viejo rabo verde estén negociando como si la mujer fuera un producto o propiedad.

Salgo del baño con la mirada en la pantalla del celular, escribiendole a Celia que me iba ir a casa, sin embargo antes de enviar el mensaje tropiezo de hombro a hombro con alguien.

Mis ojos suben poco a poco observando su cuerpo, su cuello, sus labios rojos y finalmente mis ojos se encuentran con los suyos. Una mirada que revela más de lo que las palabras podrían, siento que sube la intensidad de un deseo oculto, pero que se sostiene con la suavidad de la admiración.

–Diana.–Dije cortante.

–Te soltaste el cabello.

–Si, es que ya termino mi turno.–Dije algo nerviosa.

–Pensé que ibas a quedarte  toda la noche.

–No, siempre no.–Trago saliva.

–Con razón dijo David que te buscara en el baño para que estés con nosotros.

Su cabello, el vestido, su maquillaje, se ve tan hermosa, no podía negarme estar con ella. Quiero convivir más con Diana, ya pasó lo malo, ¿Qué más consecuencias podría atraer al lado de ella?

Accedí y caminamos hacia el lado VIP dónde andaban mis amigas, llegamos y saludo a cada integrante que estaban sentados alrededor del sillón, me senté a lado de mis amigas y Diana enfrente de mi, al lado de David y Ambar.

–Que bueno que estamos todos aquí, tenemos preparado un juego.–Dijo Luis el tipo que fue grosero y me defendió en una misma noche.

–No creo que las chicas sean atrevidas y valientes para jugar este juego, Luis.–David expresó fastidio en su voz.

–Nosotras no somos débiles, señor David –Respondió Marina con burla, ella está a lado de mí.–¿De que trata el juego?

–Verdad o Reto.–Responde Luis.

Debía suponerlo, algo más cliché no podría ser.

–Yo jalo, nomás porque David jugó diciendo que somos débiles.–Marina estaba tratando de provocar a David.

–No, nunca dije eso, simplemente dije.

–Hablas mucho David, escuchen, el juego tiene reglas.–Luis observa a todas.–Pero antes que nada les presento a mi amigo Jack.

Se acerca un chico de test blanca y cabello rizado.

–Se fueron mis amigos, wey.

–No te preocupes, aquí haremos un juego.

Estaban hablando entre ellos.

–¿Qué reglas van aplicar en este juego?–Pregunta Celia.

–Si, el juego consiste no solo rodar la botella, también hay un dado. La dinámica consiste en que una vez que ruede la botella la primera persona tendrá la oportunidad de escoger verdad o reto, para la segunda persona que le toque esa persona va tirar el dado y si no le sale el número seis no tendrá derecho de decidir.

Nos miramos entre nosotros, algunos habían entendido otros se veían confundidos.

–Un ejemplo sería en que yo giro la botella y si la botella escoge a Diana, mi amiga Diana tendrá derecho de escoger verdad o reto, después ella gira la botella y supongamos que la botella apunta a Ketzaly ella no tendrá derecho de escoger tirará el dado como una oportunidad y si no cae seis.–Explicó David.

–Exacto, si no cae seis entonces Ketzaly no tendrá el privilegio de escoger y la que va escoger es la que giró la botella o sea Diana.–Interrumpió Jack.

–Esta dinámica es interesante.–Dijo Celia.

–Concuerdo.–Dijo Matilda.

–Pero tampoco se pasen de listos.–Dijo David.–No queremos problemas.

–Tranquilo, trataremos de que todo sea dentro de la ética.–Dijo Jack.–Apenas nos estamos conociendo, no quiero caerles mal.

Observo Ambar dedicándole miradas a Diana, ella sonreía, también intercambiaban algunas palabras y solo se reían entre ellas.

–Tengo una pregunta.–Por fin abrí mi boca, en un segundo me arrepentí, pero quería interactuar en esto.–¿Quién empezará primero?

–Para ser justos en esto, van a rodar el dado y el quien le caiga primero el seis, será el primero en quien girará la botella.–Responde Luis.–Primero las damas.–Luis me extiende la mano con el dado.

Le doy un sorbo a mi tequila antes de lanzar el dado.

Cae el número dos.

Cecilia agarra el dado y lo sacude para dejarlo caer en la mesa redonda que está enfrente.

Cae el número cinco.

Ahora era el turno de Marina.

–Como es mi turno se lo regalo a David, porque no me importa si tengo el privilegio de escoger, yo le entro a todo porque soy valiente y atrevida.–Se nota que Marina se le están subiendo las copas.

–Dios, solo era un decir, no las estoy juzgando.–David estaba preocupado de perder la empatía de Marina.

–Solo sacude el dado, David.–Luis exclama con fastidio.

Cae el número seis.

–Suertudo.–Dijo Jack en seco.

David sacude la botella casi vacía a una velocidad turbulenta, poco a poco la botella deja de rodar, finalmente a punta a la dirección de Marina.

Es una mala noche para David al igual que para mí.

–¿Verdad o Reto?–Pregunta David.

–Como yo si soy valiente y atrevida.–David la mira fastidioso, a mí me causó risa, Marina no puede ser mas insoportable cuando la desafían de esa manera.–Escojo Reto.

Observo a Diana que está sorprendida de la decisión de Marina, también se está divirtiendo porque sabía que su amigo estaba sufriendo, por un momento nuestras miradas se encontraron, ella me dedica una sonrisa; sin embargo, mis ojos se desviaron a otra dirección.
Soy una cobarde o solo me puse nerviosa, o las dos cosas.

–Te reto a qué bebas una copa de champagne en menos de 30 segundos.–Comentó David.

–¿Y ya? Buuu súper aburrido.–Respondió Marina.

–Ese es el reto, cúmplelo.–David sirve una copa de champagne que estaba en una cubeta de metal.

Empiezo a motivar a mi amiga, después Ambar se acopla y al final todos estábamos animándola, bueno menos. Marina ya sentía el peso del licor pero aún podía estar en sus cinco sentidos.

Marina empieza a girar la botella con brusquedad provocando que la velocidad aumentara, después de unos segundos la botella frenó apuntándome como la victimaria y al pendejo de Luis.

–Tendrás tu oportunidad de escoger con el dado si es que te sale seis.–Luis mostró sus dientes con su fastidiosa sonrisa.

Resignada estaba de mi destino.
Sacudo el dardo y cae a la mesa.

Cae el número 3.

–Tsss mala suerte.–Luis me lo recalca.–Pero la verdad no sé que reto ponerte, no te conozco muy bien, no puedo pasarme de lanza ya que tú amigo me acaba de enseñar valores.

Jack se empieza a reír.

–Eres un dramático, Luis.–Dijo Jack con una sonrisa prepotente.

–Cállate Jack que tú no sabes cómo tratar a una dama.–Luis le responde.

–¿Ah? ¿Qué no sé tratar a una dama? A ver dile que la retas para besarme.–Jack me guiña el ojo.

Me reí del chiste que acaba de hacer este tipo insoportable.

–No, ella es mucho para ti Jack.–Responde Luis pero en su cara había arrepentimiento porque sabía que fue un comentario que le pegó en el ego a Jack así que el ambiente empezó a ponerse incómodo, sin embargo supo cómo arreglarlo y a la vez como chingarme sin que lo supiera.

–No te pases de raya.–Dijo David.

–Ya tengo el reto, escucha Ketzal.

–Ketzaly.–Corrijo fastidiada.

–Ketzaly, el reto es que te beses con  Ambar.

–¿QUEEE?–Saltamos de nuestro lugar, Diana, Ambar y yo.

Enfoques cruzados:Romance en el campo de juego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora