Esperanzas

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Lisa

Los días pasaron y Jennie seguía dando señales, pero ¿Por qué no despertaba?

-Buen día señorita Manobal, los resultados de la paciente Kim han cambiado, se ve una mejoría así que las probabilidades de que ella despierte son altas.

Algo que me llenó de alegría.

Luego de que el doctor saliera la habitación estaba en completo silencio, roto solo por el constante pitido de las máquinas que mantenían a Jennie con vida, me alegraba saber que ya había mejoría, solo tocaba esperar...

Sus dedos yacían fríos entre los míos, delgados, frágiles, como si en cualquier momento pudieran desaparecer, pero mi esperanza seguía, luego de aquellas señales no podía rendirme.

Supongo que mis plegarias fueron escuchadas.

Al principio pensé que había sido mi imaginación. Sus dedos apretaron suavemente los míos, sus labios se movieron como si intentara decir algo, sus pestañas temblaron, como si estuviera luchando por abrir los ojos.

-Jennie... -le susurré, casi temiendo romper el delicado hechizo que parecía envolvernos-. Si puedes escucharme, por favor, te suplico, despierta.

Pasaron los días, y las señales continuaban. Pequeños gestos que me hacían pensar que ella estaba cerca, tan cerca. Cada vez que se movía, cada vez que su respiración cambiaba de ritmo, sentía que el mundo volvía a tener sentido. Y entonces, una tarde, cuando el sol comenzaba a ocultarse, ocurrió. Sus ojos, aquellos ojos que tanto había extrañado, se abrieron.

Fue lento, como si a cada parpadeo le costara un esfuerzo monumental, pero lo hizo.

Despertó.

-Jennie... -mi voz se rompió al pronunciar su nombre.-Jennie, estás aquí, estás despierta.

Sus ojos me miraron, pero algo no estaba bien, su mirada, aunque enfocada, parecía vacía, desorientada. Me acerqué más, buscando alguna señal de reconocimiento, algún destello de la Jennie que conocía, pero no encontré nada.

-¿Dónde... dónde estoy? -susurró con voz ronca, como si las palabras fueran extrañas para ella.

-Estás en el hospital, bien Jennie?. Tuviste un accidente, pero estás bien ahora... -traté de sonar calmada, aunque por dentro estaba llena de dudas y miedos-. Soy Lisa, ¿me recuerdas, mi amor?

Ella me miró en silencio durante lo que pareció una eternidad, y luego negó con la cabeza.

-No... no sé quién eres, mi amor?. Solo... solo sé mi nombre. Me llamo Jennie, ¿verdad?

-Sí, te llamas Jennie -dije, obligándome a sonreír-. Está bien, vamos a tomar esto con calma. Lo importante es que estás viva, y que todo lo demás... bueno, lo demás vendrá con el tiempo, iré por los doctores, todo estará bien, sí?

Salí de la habitación, sentí que el suelo se desmoronaba bajo mis pies. Después de todo lo que habíamos pasado, después de todo el dolor y la espera, Jennie no recordaba nada. No recordaba quién era yo, ni lo que habíamos compartido. En ese momento, las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, pero las limpié rápidamente, salí en busca de los doctores, era muy importante que Jennie despertase, así que dejé mis sentimientos aún lado.

Los doctores confirmaron lo que temía. Jennie había despertado, pero su memoria estaba fragmentada. Sabía quién era, recordaba su nombre y algunos detalles básicos, pero todo lo que habíamos vivido juntas... había desaparecido. Le explicaron que era normal después de un coma prolongado, que los recuerdos podían regresar con el tiempo o tal vez no, que no había manera de saberlo con certeza.

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