Rebel

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Touya le dio un sorbo a su taza de café mientras leía el periódico, su vida era bastante tranquila. Su amado esposo estaba a su lado leyendo algún libro como siempre lo acostumbraba, escucho que alguien bajaba las escaleras de aquella, uno de sus hijos se le acercó.

— ¿Puedo salir está noche?, uno de mis amigos cumple años y tengo que ir — dijo aquel joven de apenas 16 años llamado Yasuo.

— ¿A qué hora comenzaría? — preguntó el pelinegro.

— Empezaría a las diez de la noche — Yasuo se acercó a Touya — Por favor, déjame ir.

— Es demasiado tarde, no me gusta que salgas a esas horas porque es peligroso — Touya miró a su hijo — Es mejor que te quedes en casa.

— ¡No es justo! — reclamo Yasuo, miró a Keigo — ¡Por favor dile que me deje ir!

— Lo siento, pero si tú papá considera que no es buena idea entonces debes obedecer — respondió Keigo — Lo hacemos por tu bien.

— ¡Nunca me dejan hacer nada! — reclamó el joven para después subir a su habitación y azotar la puerta.

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Touya y Keigo se habían despedido de sus hijos ya que normalmente salían a cenar juntos por las noches, Yasuo estaba molesto por lo sucedido en la tarde y su hermana mayor Minji se aseguro de que ya no estuvieran cerca. Aquello no funcionó ya que su tía Toga había ido a cuidarlos. Definitivamente sus padres tenían todo calculado.

Toga intentó animar a los dos jóvenes.

— Vamos, sé que esto no es el mejor plan pero podemos divertirnos — dijo Toga.

— Tía, ¿Por qué papá es tan estricto? No nos deja hacer nada — preguntó con fastidio Yasuo.

— Realmente no lo entiendo, si cuando era joven era muy rebelde.

Ambos hermanos quedaron sorprendidos por la confesión de su tía.

— ¿Papá rebelde? Eso parece imposible, Si papá dice que algo está mal, nuestro otro padre lo apoya — dijo Minji algo sorprendida.

— Su padre y yo íbamos a la misma escuela, él pertenecía a una banda y era el típico chico ‘malo’, era rebelde y todos los profesores lo odiaban por ser tan despreocupación, Keigo su otro padre era bastante liberal, apoyaba ideales que ahora los mayores eran ‘inadecuados’— recordó Toga — Recuerdo que Touya enamoró a Keigo escribiéndole una canción, después de eso; Minji venía en camino.

Minji al escuchar las palabras de su tía solamente pido fruncir el ceño.

— Pero aunque les parezca extraño; sus padres  vivían de fiesta en fiesta, quizás por esas experiencias es que no los dejan salir.

— Me cuesta creer eso — Yasuo aún desconfiaba de aquellas palabras.

Toga saco su celular de su bolso y se dispuso a buscar algunas fotos, finalmente les mostró una en donde Touya estaba sobre un escenario tocando la guitarra, era un chico de cabello pelinegro que tenía varios piercings.

— ¿Ese es papá? — preguntó Yasuo.

— Si, antes tenía el cabello de otro color, no siempre fue pelirrojo.

— Pero sí papá odia los piercings — Minji venía aquella fotografía aún incrédula.

— Es extraño ya que su padre tenía varios.— Toga comenzó a buscar otra foto y finalmente la encontró, en esa fotografía el pelinegro mostraba su brazo el cual tenía un tatuaje el cual era el nombre de su aún esposo — Su papá siempre fue un hombre muy enamorado de Keigo.

Ambos chicos no podían creer lo que miraban, Toga siguió mostrándoles fotos hasta llegar a una fotografía que mostraba a sus dos padres abrazados mientras sonreía, Takami no siempre fue el intachable hombre que se preocupaba por los modales de sus hijos, en es a fotografía se podía ver a un joven rubio se aspecto liberal que al igual que su esposo tenía un piercing en el labio inferior.

— Sus padres se casaron a escondidas porque sus abuelos no les permitían salir juntos — Toga sonreía al ver los rostros de sus sobrinos — Así que la próxima vez que les prohíban salir; recuerdenles que ellos hacían de todo para molestar a sus padres.

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Hace algunos años…

Takami había salido de la ventana de su hogar para después correr a los brazos de su novio quien lo recibió con un cálido beso, ambos se besaron con desesperación.

— Touya… — nombró el rubio — Te extrañe… anoche no viniste a buscarme.

— Lo siento, pero fue porque estaba en algo importante, no más importante que tú pero es un ‘regalo’ — dijo el pelinegro.

Touya se quitó la chaqueta mostrándole a su novio que había marcado su piel para siempre, se había tatuado el nombre de su amado novio.

— Tou… eso es adorable — Keigo beso a su novio — Tendrás eso toda la vida, ¿Lo sabes?.

— Si, pero es porque estaremos casados toda la vida — respondió Touya. — ¿Ya te hiciste la prueba de embarazo?

Takami era un Omega y aún estaba en duda sobre si aquellas noches con su novio ya habían dado frutos.

— Aún no… quería estar contigo, no me siento seguro si la hago en casa y algunos de mis padres se entera.

— Bueno, vamos a mi departamento y ahí te haces la prueba, no importa el resultado… yo estaré para ti — Touya beso la mejilla del rubio.

— ¿Y qué haremos? Solo somos dos adolescentes calenturientos — bromeó el rubio ocultando su nerviosismo.

— Pues tendría que buscar un trabajo, quizás al principio sea difícil pero estoy seguro de que estaremos bien.

— Pero tu sueño es seguir haciendo música, no quisiera arruinar tus planes…

— Mi sueño es que seas mi esposo, y si tenemos un hijo juntos seré muy feliz, la música es importante para mí pero no me importa más que tú…

Ambos se besaron bajo la luz de la luna, aquella promesa que Touya le hizo a Keigo la cumplió, ambos se casaron y tuvieron dos hijos que amaban demasiado, al igual de que los sobreprotegian demasiado, pero ambos terminaron tan y como lo soñaron.

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