•Contrato de matrimonio• (YiZhan)

Capitulo 6

Cuando los dos finalmente bajaron al comedor, la mesa de la cena había sido puesta  por mucho tiempo. Lao Yezi estaba en su asiento, mientras que a su lado estaba sentado un hombre de mediana edad y una mujer hermosa y digna. Xiao Zhan supuso que debían haber sido los padres de Wang Yibo.
Efectivamente, sin demora, escuchó a Wang Yibo gritarles: "Papá, mamá."

Xiao Zhan lo siguió a su lado, y tal como estaba antes con Lao Yezi, allí estaba nuevamente con esa sensación de incómoda cautela.
"Oh, ¿has bajado? Ven, siéntate aquí." Mo Suya dijo, llamándolos, y su mirada se detuvo en el cuerpo de Xiao Zhan. Sin embargo, la mirada no era maliciosa, tenía una sonrisa complacida. A pesar de esto, Xiao Zhan todavía se sentía un poco incómodo. Parecía que sintió qué estatus tenía cuando apareció en ese lugar, todo saldría como una broma.

Wang Yibo con Xiao Zhan a su lado, se abrió paso, simplemente por el deber de
presentaciones mutuas.
El chico torpe continuó diciendo: "Hola tío, hola tía. Soy Xiao Zhan."
"Toma asiento." Wang Cheng, hizo un gesto.
"Vamos, apresúrate y siéntate. Deja de estar parado." Mo Suya instruyó con una sonrisa.
Tanto Xiao Zhan como Wang Yibo se sentaron justo cuando Mo Suya habló: "Zhan , no
tienes que estar tan nervioso, ya que tú y Yibo estarán casados, solo piensa en nosotros como tu propia familia, está bien." A pesar de que ella dijo esas palabras, Xiao Zhan simplemente no pudo hacerlo. Solo pudo hacer lo mejor para mantener una sonrisa.

La cena estuvo bastante tranquila. Inesperadamente, no era solo Lao Yezi quien no estaba muy preocupado por el matrimonio de su nieto con un hombre. Wang Cheng y Mo Suya tampoco estaban preocupados por el asunto, incluso preguntaban sobre los planes de la boda.
"Entonces, Xiao Zhan, ¿ya tienes veinte? ¿Cuándo están planeando registrar el matrimonio?"
Mo Suya sondeó. Ahora que los matrimonios entre personas del mismo sexo son legales, la edad legal para el matrimonio también se revisó.
"Ya tiene veinte años, y voy a ir al Departamento de Asuntos Civiles la próxima semana." Wang Yibo declaró.
Al escuchar lo que dijo, los palillos en la mano de Xiao Zhan se congelaron, sus labios se
juntaron ligeramente, sellándose sin una palabra.
"¿Cuándo va a ser la boda? ¿Tienes alguna idea?" Mo Suya dijo: "¿Va a haber un banquete, o están planeando viajar al extranjero para casarse?"
"No me importa, pregúntale a él." Era cierto, a Wang Yibo realmente no le importaban esas
cosas, todo se dejaría a las preferencias personales de Xiao Zhan.

Esta oración, por supuesto, hizo que Mo Suya centrara su atención en Xiao Zhan: "¿Tienes
alguna idea, Zhan? No tienes que estar tan nervioso, no importa qué sugerencias tengas,
simplemente dinos."
"Yo..." sintió que su garganta se volvía ronca, "lo haré."
Él lo haría, porque le falta el poder para no hacerlo.
Después de que aceptó, se quedó un poco aturdido, algo que Wang Yibo también notó. No mucho después de que hubieran terminado de comer, tomó a Xiao Zhan y se fue.

En su camino de regreso al departamento de Wang Yibo, Xiao Zhan se relajó gradualmente.
Aunque ese lugar también lo hacía sentir bastante incómodo, en comparación con la casa de la familia Wang, era mucho mejor. En ese piso, solo tendría que enfrentarse a ese hombre, pero allí, tendría que enfrentarse cara a cara con toda la familia de ese hombre.
No era que estaba asustado de ellos, sino que no sabía cómo debía enfrentarse a
esos ancianos mientras ellos estaban frente a él, discutiendo y consultándole sobre la boda, ya que no deseaba casarse. Que él, de hecho, quería su propia vida, y no importa cuán amigables fueran durante esta situación, todavía no eran sus parientes. Su único pariente estaba de vuelta en esa pequeña aldea, el viejo al que llamaba, el abuelo.

Xiao Zhan colocó los dos estuches frente a Wang Yibo. Los padres del hombre, y el abuelo, por supuesto, le dieron esos regalos. Uno, era un par de colgantes de Jade, mientras que el otro, era un reloj de pulsera Patek Philippe.
Esos eran ciertamente regalos caros. Sin mencionar, cuánta gente deseaba tales cosas, sin embargo, en su corazón no había sentido de emoción, ni siquiera la más mínima pizca de alegría.