Te quedaste aquí

17 5 0
                                    

17 de Agosto del 2023
Woking, Reino Unido

Sebastián se encontraba solo en la terraza de la Fábrica de McLaren, mirando el cielo nocturno que empezaba a cubrirse de estrellas. El aire fresco le despejaba la mente, pero no podía dejar de pensar en lo que había estado pasando últimamente. Oscar. Siempre Oscar Piastri.

Desde que Lando había regresado, la tensión no había desaparecido del todo, pero cada día Oscar se mantenía cerca, ya fuera para hacerle una broma o simplemente para quedarse en silencio a su lado, como si supiera exactamente lo que Sebastián necesitaba en cada momento.

Sebastián había sido claro desde el principio. No estaba buscando una relación, y mucho menos después de lo que Lando le había hecho pasar. "No quiero que esto se convierta en algo más," había dicho en más de una ocasión. Oscar siempre respondía con una sonrisa despreocupada, aceptando lo que Sebastián decía, pero nunca alejándose demasiado. Ahora, mientras veía las luces de la ciudad a lo lejos, Sebastián comenzaba a darse cuenta de algo.

Oscar nunca se había ido.

Cada vez que decía que no estaba listo, cada vez que intentaba poner distancia, Oscar permanecía ahí. No con presión, no con expectativas, solo... ahí. Como si entendiera que Sebastián necesitaba tiempo. Como si supiera que algún día las cosas cambiarían. Y ese pensamiento, aunque reconfortante, lo llenaba de una nueva sensación: valentía.

El miedo que sentía hacia Lando, el dolor que había cargado tanto tiempo, empezaba a desvanecerse. Oscar había logrado algo que nadie más había hecho: Sebastián estaba empezando a sanar, a sentirse como alguien digno de amor otra vez.

"¿Cómo es que nunca te fuiste?" pensó Sebastián mientras se recostaba en su silla. Había sido tan tajante con Oscar, tan claro al decirle que no estaba listo. Pero eso no lo había detenido. No de una manera insistente o molesta, sino de la forma más sencilla y sincera: permaneciendo a su lado, en los momentos buenos y malos, sin esperar nada a cambio.

Fue en ese momento cuando Sebastián entendió algo crucial. Había llegado la hora de dejar atrás el miedo, de enfrentar lo que tanto había evitado: a Lando. No porque quisiera hacerlo por Oscar o porque sintiera que le debía algo, sino porque sabía que nunca podría seguir adelante si no cerraba ese capítulo.

El sonido de un mensaje en su celular lo sacó de sus pensamientos. Era de Oscar, como no podía ser de otra manera. Solo decía: "¿Todo bien? ¿Necesitas que suba?"

Sebastián sonrió ante la pregunta tan simple y considerada. Oscar siempre estaba dispuesto a aparecer cuando lo necesitaba, y aunque el mensaje era corto, contenía mucho más de lo que se veía a simple vista. Él estaba ahí, esperando, dispuesto a subir si Sebastián lo pedía.

—"No es necesario, estoy bien" —respondió, aunque sabía que, de alguna manera, Oscar ya lo sabía.

Bajó la mirada y apretó los labios. Oscar había sido su ancla en medio de la tormenta, pero ahora Sebastián empezaba a sentir que era hora de enfrentar lo que había estado evitando. No era justo para ninguno de los dos seguir viviendo con la sombra de Lando rondando cada espacio.

Y aunque no necesitaba tener una gran confrontación, algo dentro de él le decía que tenía que hablar con Lando. No por él, no para hacerle entender lo que le había hecho, sino para cerrar ese capítulo de su vida de una vez por todas. Ya no podía seguir huyendo de su pasado cuando su presente —y posiblemente su futuro— estaba comenzando a parecer mucho más brillante gracias a Oscar.

Sin embargo, no se trataba solo de Lando. Se trataba de la persona que, sin pedir nada a cambio, había permanecido a su lado, esperando pacientemente a que Sebastián estuviera listo. Oscar nunca se había alejado, incluso cuando Sebastián le había dicho que no estaba buscando nada. Y ahora, se daba cuenta de que había algo más importante que resolver: tenía que hablar con Oscar.

Era hora de ser honesto. Con él, con Oscar, y consigo mismo. Ya no podía seguir escondiéndose detrás de las excusas o el miedo. No cuando Oscar había hecho tanto por él, simplemente quedándose ahí, sin pedir nada a cambio.

Sebastián guardó su celular y decidió que era el momento de bajar. La conversación con Lando podía esperar, pero la conversación con Oscar no.

Cuando llegó a la oficina, Oscar estaba sentado en su escritorio, concentrado en algunos papeles, pero levantó la vista en cuanto Sebastián entró. Su expresión pasó de curiosidad a una ligera preocupación cuando vio el rostro de su amigo.

—¿Todo bien? —preguntó con esa suavidad tan característica en él.

Sebastián asintió, pero fue directo al punto. —Oscar, necesito hablar contigo.

Piastri dejó los papeles a un lado y se inclinó hacia adelante en la silla, como siempre, dándole toda su atención. —Claro, dime.

—He estado pensando en todo esto —empezó Sebastián, algo nervioso, pero decidido—. Te dije muchas veces que no quería una relación, que no estaba listo. Y, de alguna manera, me di cuenta de que, a pesar de todo, tú nunca te alejaste.

Oscar lo observaba con calma, pero había un destello en sus ojos que indicaba que entendía hacia dónde iba la conversación.

—Siempre estuviste ahí, aunque te dije que no lo hicieras. Y eso... eso significa más de lo que puedo expresar. —Sebastián tomó aire, tratando de calmar su acelerado corazón—. Creo que... no sé, no es justo para ti que siga pretendiendo que no pasa nada entre nosotros.

Oscar lo miró con una leve sonrisa, como si ya hubiera sabido todo lo que Sebastián estaba por decir. —Seb, no tienes que decir nada que no quieras. Yo estoy aquí porque quiero estarlo, no porque espero algo de ti.

Sebastián negó con la cabeza. —No, no es solo eso. Lo que quiero decir es que me he dado cuenta de que... me importa lo que pase entre nosotros. Y ya no quiero seguir negando que algo ha cambiado. Tal vez no estaba listo al principio, pero ahora... creo que sí lo estoy.

Oscar se levantó de la silla lentamente y se acercó a Sebastián, manteniendo la misma calma que siempre había mostrado. —No hay prisa, Seb. Lo que sea que quieras, cuando estés listo, yo estaré aquí.

Sebastián sonrió, sintiendo cómo su pecho se llenaba de una calidez que hacía mucho no experimentaba. Ya no había nubes grises que lo cubrieran. Oscar había estado ahí, a su lado, cuando más lo necesitaba, y ahora, finalmente, Sebastián sentía que estaba listo para dar el siguiente paso. Quizás no sabía exactamente qué deparaba el futuro, pero una cosa estaba clara: Oscar no se había ido. Había esperado pacientemente, y ahora era el momento de dejarse llevar por lo que ambos habían empezado a construir juntos.

Sin que hiciera falta decir más, Sebastián dio el primer paso hacia el final de una etapa oscura, y el comienzo de algo completamente nuevo.

Esa noche, después de una larga charla con Oscar (como ya era costumbre), se recostó en la cama y comenzó a escribir. Las palabras fluyeron más fácilmente de lo que esperaba, plasmando en papel lo que sentía. Sin darse cuenta, la canción que componía para Oscar había comenzado a tomar forma, una especie de confesión sobre cómo lo había ayudado a sanar, incluso cuando él mismo no se daba cuenta.

"Te quedaste aquí...", escribió, y con esas palabras, finalmente se permitió reconocer que Oscar había sido una parte fundamental de su recuperación. Sin presionar, sin exigir, simplemente estando.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 19 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Como es que tu? ▬▬ Oscar PiastriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora