Capítulo uno: Mensaje

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Iba a llegar tarde, otra vez

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Iba a llegar tarde, otra vez.

Su respiración estaba muy agitada, pero llevaba corriendo más de 10 minutos. Estúpido colegio, que tiene estúpidos edificios altos con estúpidas escaleras que lo hacen sufrir.

Miró el reloj en su mano derecha, iba 20 minutos tarde, excelente, era su primer día de clases y llegaba tarde.

Al ver la puerta de su aula bastante cerca suspiró agradecido, no estaba tan asustado porque el profesor que le tocaba ya lo conocía, era el mismo del año pasado. Así que suspiró con fuerza y tocó la puerta.

Esperando que el profesor Makoto le abriera, grande fue su sorpresa al ver a alguien completamente diferente.

Este no era el profesor Makoto, en vez de canas, había un cabello negro como la noche, que caía a los lados de una cara completamente perfilada. Unos profundos ojos negros eran acompañados con una tes pálida.

No, este no era su anterior profesor.

Ay, Naruto, qué te costaba llegar temprano.

Se reprendió mentalmente, mientras intentaba dar una leve sonrisa al hombre que estaba parado en la puerta. Su rostro no mostraba emoción alguna, sólo sentía como esos ojos lo escaneaban con la mirada.

—¿Puedo pasar? —preguntó con cuidado, mientras sus manos jugaban entre ellas. No conocía a este hombre y esperaba que no le cerrará la puerta en la cara.

—¿Usted es? —preguntó el hombre. Naruto aprecio la voz.

—Naruto Uzumaki, soy parte de la clase —dijo completamente avergonzado, una de sus manos fue a dar con su cuello y movió su cabello nervioso.

La persona frente a él lo miraba atentamente, su mirada se afiló.

—Llega tarde, alumno, por veintidós minutos —le dijo y miró su propio reloj. Naruto observó en silencio, con los nervios a punta.

Por favor, por favor, déjame pasar.

No quería molestar a su abuela con más citas de retraso, durante estos meses han estado más ocupados en la clínica, su abuela se iba una noche y regresaba después de dos días, completamente exhausta.

No me des citación, es mi primer día, por favor.

Se estaba mordiendo el labio de los nervios, porque no ayudaba nada que el hombre no respondiera, hombre que ahora sabe que será su profesor de lo que queda del año.

Después de unos minutos tensos con un silencio aún más tenso, el hombre se movió y dió acceso para que pasara. Naruto le sonrió sin poder contenerse y pasó a paso rápido por la clase, hasta que sus ojos se posaron en un asiento libre.

Sonrió mientras miraba a Hinata, quien también le estaba regresando la sonrisa, pero más sutil y tímida. Al llegar posó su mochila en la mesa y se sentó.

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