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Estados Unidos reposó su cabeza en el hombro de Perú con los ojos cerrados, esperando que el éxtasis del momento se extinguiera por completo.
El problema fue que, cuando logró estabilizar su respiración, entró en razón: ¡Se había follado a su amigo! Y no a cualquier amigo, sino al amigo que le gustaba.
México estaría muy decepcionado de él si se enteraba. Eso no iba a ser nada bueno, mierda.
No se supone que debía dejarse llevar por las provocaciones de Perú y desatar su lado salvaje con ellas. Sabía que, en el fondo (y quizás no tan profundo), Perú anhelaba una cosa como aquella...Y quizás, había estado bien cumplir su fantasía (la de ambos, de hecho). Igualmente, el hecho de que haya perdido el control, de modo tal que ni siquiera lo llevó a la cama, le demostraba que no se encontraba del todo "curado".
Mierda.
Parpadeó un par de veces para enfocar su visión, encontrándose con la bellísima imagen del chico medio dormido, mirándolo con una lánguida sonrisa de autosuficiencia.
Maldita sea, quería hacerlo de nuevo.
Pero no. No estaba bien. Debía convencer a su cuerpo de que estaba satisfecho con una sola vez. Solo una, solo una, solo una, solo...
⸺Estrellitas...- Susurró el latino. Estados Unidos lo miró con la vergüenza a flor de piel. No era su intención dejarse llevar de ese modo, de hecho, lo tenía rotundamente prohibido. ⸺Quiero hacerlo otra vez.
Los ojos azules del norte americano se abrieron tan grandes, que temió que se quedaran de esa forma.
⸺No.⸺Contestó, completamente firme. Perú enfureció.
⸺¡¿Por qué?!⸺ demandó, moviéndose en protesta, lo que ocasionó que la hombría de América se deslizara por su interior, haciéndolos gemir a ambos.
⸺N-no sabés... lo que estás pidiendo...⸺ Balbuceó, con la intención de salir cuanto antes de ese culo caliente. Pero el más bajo no quería ceder.
⸺E-estoy completamente c-consciente de lo que te pido, Estrelliras⸺Susurró el castaño, meciendo letárgicamente sus caderas. Estados Unidos se retorció, cerrando los ojos y dejándose llevar por el momento. Perú amó la forma en la que la gran polla del rubio se endurecía nuevamente en su interior, haciéndolo sentir lleno. De repente, se percató de un detalle tan importante que lo dejó inquieto. ⸺¿Dónde están tus lentes?
Estados Unidos abrió los ojos con mucha dificultad, intentando procesar la pregunta para así intentar responderla.
⸺L-los dejé en el auto⸺ respondió, tomando en cuenta por primera vez desde que llegó a casa que los había olvidado allí dentro. Perú movió sus brazos atados y los puso frente al rostro del americano, con una súplica silenciosa en la mirada.
