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⸺A-ahm... uff, mierda, Perú...⸺América suspira, entrecortado, apretando la sábana bajo su cuerpo entre sus dedos. Perú lo mira, atento, hambriento, deleitándose con la excitada expresión que poseía Estados Unidos en su rostro. Por su frente descendían gruesas gotas de sudor, sus ojos estaban entreabiertos, más oscuros de lo usual, sus labios se encontraban muy húmedos y con porciones rojizas por las mordidas que él mismo se proporcionaba. Estaba hecho un auténtico y hermoso desastre, y él era el causante y eso le encantaba.
Acuno en el interior de su boca los testículos del rubio, succionando intensamente fuerte y haciéndole apretar la expresión de su rostro, soltando una maldición al aire, bastante fuerte.
Los lamió un poco antes de arrastrar su lengua por la larga extensión del miembro hasta llegar a la punta y mimarla con devoción, dándole pequeños besos calientes y un par de succiones que hicieron levantar a Estados Unidos las caderas del colchón.
⸺Trágatela toda...⸺demandó América, llevando sus manos al cabello de Perú. Este sonríe levemente e ingresa solo una pequeña parte en el interior de su boca, haciendo sisear al castaño.⸺ Sé que puedes meterla más profundo, adelante...
Perú gime alrededor del grueso miembro su cavidad bucal, aumentando la profundidad con la que lo succiona. Los sonidos húmedos hacen que, para América, todo sea casi demasiado. Perú sumerge el gran miembro hinchado de América en su boca, hasta donde más puede, y, con las dos manos, abarco lo que no alcanza a entrar, masajeando con esmero y buscando hacer acabar al castaño en su boca lo más pronto posible.
Se moría por sentir el orgasmo de Estados Unidos en su boca, viajando por su garganta e inundando sus papilas gustativas con el amargo sabor de su esencia. Quería sentir esa caliente semilla derramándose a lo largo de su lengua como garganta quería que fuese abundante.
La sensación de ahogo y mareo al no poder respirar correctamente por las furiosas y nada complacientes embestidas de Estados Unidos a su garganta lo hacían sentir como si fuera una puta, pues sólo se excitaba mucho más.
Intentó llevar una de sus manos a su propia erección, buscando un poco de alivio, sin embargo, al notar aquel detalle, el norte americano gruñó, mirando a Perú con los ojos líquidos en lascivia y muy enojados.
⸺Si quieres correrte, hazme correr primero.⸺Le advierte, con la voz ronca como el infierno. Perú gimió en desaprobación, pero aquello le hizo querer hacerle terminar mucho más rápido, así que, tomando aire profundamente, logró meter un poco más de la mitad en su boca, sintiendo arcadas. La saliva se acumulaba en abundancia en sus manos, las cuales masturbaban a América efusivamente.
Siguió chupando más fuerte y empalando su boca en la gran dureza del más alto hasta que este movió abusivamente las caderas, dejándose caer del todo en la cama. Perú pensó, entonces, que se correría, pero América se sentó de repente y le empujó de los hombros, apartándolo por completo de su erección.
