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Estados Unidos soltó un pequeño gemido cuando sintió, de nuevo, aquel roce en su entrepierna. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero tenía demasiado sueño, no quería abrir los ojos.
O al menos así fue hasta que distinguió un gemido más... que no era suyo.
Abrió los ojos en el momento preciso en que todos los recuerdos de la noche anterior se desbordaron en su mente como una avalancha. Sobresaltandose un poco y abriendo los ojos de golpe, encontrándose con la suave cabellera de Perú acomodada sobre su pecho.
Movió las piernas un poco, notando de inmediato la razón de sus gemidos y los de Perú: ambos tenían las piernas enredadas, lo que por oviedad hacia que sus entrepiernas quedaran juntas y frotándose constantemente.
No le tomó mucho tiempo darse cuenta de que no podía moverse, pues los brazos del castaño estaban fuertemente aferrados a su cintura, dejándolo inmóvil.
Cerró los ojos con fuerza, tratando de plantearse la idea de lo que diría Perú y cómo podría reaccionar ante la historia nada trágica que él deseaba por contarle, pues quería que su peruanito entendiera el porqué de su actitud habitual y la de anoche.
No iba a ser fácil de contar, porque probablemente el manor se reiría de él. Pero Perú de verdad le gustaba... y quería intentarlo con él. Por más que eso le costara el autocontrol, deseaba que con Perú no fuera únicamente algo sexual.
Sintió un par de cosquillas en el cuello y miró hacia abajo, viendo que Perú parecía estar despertando, pues se movía inquieto. generando que su cabello le cosquilleara el cuello, quien no pudo reprimir sus impulsos y acarició ese cabello esponjoso delicadamente.
Perú pasó sus manos por el abdomen de Estados Unidos, poniéndolo nervioso.
⸺¿Perú?
Perú lo miró en ese momento y Estados Unidos temió que llegase a escuchar el inquieto y fuerte latido de su corazón, pues este se había agitado notablemente al ver la adorable cara del castaño recién despierto, con esos hermosos y perezosos ojos avellanas medio abiertos, sus labios exquisitos y rosas como siempre, y sus cabellos apuntando en todas direcciones, dándole una apariencia más que preciosa.
⸺Buenos días, Estrellitas...⸺ murmuró Perú mientras se arrastraba hasta quedar sobre el mencionado y le besó la mejilla. ⸺¿Cómo dormiste?
El rubio lo miró, estupefacto. ¿Acaso había olvidado lo que sucedió en la madrugada? Es cierto que deseaba que Perú recordara cada minucioso detalle como él lo hacía, pero, de cualquier modo, aún no sabía cómo lidiar con ello. No tenía idea de qué hacer o qué decir. ⸺B-bien...⸺ Se limitó a responder, forzando una sonrisa. ⸺¿Y tú, palomita?
Perú rió, sacudiéndose los hombros y confundiendo al mayor.
⸺Hace un par de horas estabas: "Perú, me gusta el control", "Peru, ¡cállate!", "Perú, eres muy inquieto", "Perú, Perú, Perú..."⸺ se burló el castaño enarcando una ceja. Estados Unidos se sonrojó por completo.
