1. Hechizo

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-Alteza – llamó el hechicero que había mandado traer del reino de Luminaria quienes eran los mejores y más grandes hechiceros de todo el mundo humano – Me temo que no podemos hacer nada por su próximo consorte.

-¿Cómo que no pueden hacer nada? Se supone que ustedes son los más poderosos – preguntó con frustración

-El principe Izuku recibió un hechizo que se suponía era para matarlo a usted alteza, ese hechizo debió de haber acabado con la vida del principe, pero como él es un hada, sobrevivió y me temo que los únicos que son capaces de hacer que despierte es un miembro de la realeza de las hadas.

-Izuku fue desterrado de su reino por el simple hecho de haberse enamorado de mí y casarse conmigo – continuó Katsuki, en su voz se notaba la desesperación

-¿Por qué Izuku? ¿Por qué te atravesaste yo debería... - No pudo terminar la frase porque fue interrumpido por un miembro de la corte del principe Izuku

-Si, Izuku no se hubiera atravesado, tu estarías muerto e Izuku sería quien estuviera sufriendo – la voz de Denki también sonaba frustrada – pero debemos intentarlo, debemos ir al reino de las hadas.

-Sabes que los humanos no somos bienvenidos ahí – hablo Katsuki consciente de la barrera que el rey actual de las hadas había colocado para evitar que Izuku regresará o cualquier otro quisiera entrar sin la autorización.

-Hay una forma, después de todo yo también soy un hada – Denki se acercó al peliverde inconsciente y tomo de su mano el anillo que portaba para colocárselo él – Izuku no queria que lo supieras, pero creo que es necesario pues a donde vamos es posible que seas cuestionado, pero con este anillo no podrán evitar que pidas un audiencia con la reina y si las cosas salen mal, este mismo anillo nos traerá de vuelta.

-¿Qué no queria que supiera?

-Izuku era el principe heredero de nuestro reino y fue su padre quien lo desterró, su madre fue quien lo motivó a quedarse contigo, donde él fuera feliz – confesó Denki

La revelación de Denki dejo al cenizo sin palabras, realmente no esperaba que Izuku fuera un principe además de que él nunca se presentó como tal, pero no había tiempo para indagar en eso, lo único que le importaba en este momento era hacer que su amado despertara de ese sueño.

-Partiremos enseguida – ordenó Katsuki acercándose a la cama donde yacía el peliverde – espérame, mi amor, pronto podrás despertar, lo prometo – murmuro dejando un suave beso en los labios y saliendo para alistarse

-Iré con ustedes – Eijiro el guardia real quien era el protector de Katsuki, le hablo a su novio.

Denki negó con la cabeza – Me encantaría que nos acompañaras Eiji, que conocieras el que alguna vez fue mi hogar estoy seguro de que te encantaría, pero, no el anillo del principe solo tiene la magia para abrir la barrera y dejar pasar a dos personas y así mismo para transportar solo a dos personas de regreso al reino.

-Entonces, ve con cuidado mi amor – susurro dándole un corto beso

Denki asintió y salió del palacio para encontrarse con el principe listo para partir, avanzaron rumbo a los límites del reino humano y el reino de las hadas, al llegar notaron el poder que emanaba de la barrera mágica, pero el anillo también brillaba, Denki estiro la mano para que Katsuki la tomara

-El anillo nos ayudara a cruzar, pero debemos hacerlo al mismo tiempo – comentó

El principe Bakugo no estaba acostumbrado, pero no era momento para ponerse exigente la vida de Izuku dependía de ese viaje, así que tomó la mano del rubio y ambos avanzaron hasta pasar la barrera que se abrió ante ellos sin problema.

Al cruzar, Katsuki quedo asombrado por la belleza del lugar, el bosque parecía brillar y tener vida propia, como si todo tuviera un alma, visualizó algunas criaturas mágicas como unicornios y pegasos.

Se dirigieron directamente al castillo, ignorando por completo la mirada de todos los que pasaban junto a ellos, al llegar los guardias se querían negar a dejar pasar al humano, pero Denki mostro su anillo y fue de tal forma que entraron al palacio, fueron conducidos hasta la sala del trono donde los reyes se encontraban en ese momento.

Los reyes estaban sentados en tronos hechos de cristales que brillaban en todo el lugar, el rey Hisahi observó a los recién llegados con una mirada severa, mientras que la reina parecía sorprendida de la presencia de ambos.

-¿Cómo es que entraron a nuestro reino? – preguntó molesto el rey - ¿Y qué es lo que quiere un humano y un desterrado?

-Alteza – saludo Katsuki sin hacer una reverencia después de todo él también era un miembro de la realeza – vengo a suplicar por la vida de mi esposo, el principe Izuku, ha sido hechizado y está en un sueño del cual no ha podido despertar, he buscado la ayuda de los más poderosos hechiceros del mundo humano, pero solo el poder de la realeza de las hadas puede despertarlo.

El rey observó a Katsuki con frialdad. – Ese traidor se ha buscado su propio destino al involucrarse con los humanos, ese es el castigo que se merece por abandonar su reino – hablo el rey con una voz firme sin una pizca de bondad - si ese es su destino, no pienso hacer nada para ayudarlo.

-¡Por favor! – Suplico Katsuki, no estaba acostumbrado a bajar la cabeza, pero por Izuku lo haría – No puede dejar que su único hijo permanezca en ese estado, él solo queria su felicidad,

El rey se levantó de su trono, molesto por la impertinencia del principe Katsuki – No pienso ayudar a un desagradecido, yo deje de tener un hijo el día que él eligió a los humanos, no pienso perder a mi reino por él – hablo con dureza haciendo un gesto con sus manos para que fueran retenidos por los guardias, Denki había tomado al principe Katsuki por el brazo para utilizar el anillo.

La reina corrió hacia los visitantes y se interpuso entre ellos y los guardias – ¡Basta! – gritó la reina una hermosa peliverde con un gran porte, miró a su esposo con la misma frialdad que él había tratado a los recién llegados y hace años a su hijo – Si tú no eres capaz de hacer algo por nuestro hijo, lo hare yo.

El rey la miró con incredulidad - ¿Qué estás diciendo, mi reina?

-Estoy diciendo Hisashi que no perderé a mi hijo ni permitiré que sufra por tu orgullo – aseguro, avanzando hacia Katsuki y Denki. - Si no puedes ver más allá de tu rencor, entonces también perderás a tu esposa. Izuku merece una oportunidad de vivir su vida felizmente, y yo haré lo que sea necesario para asegurarlo.

Katsuki y Denki miraron a la reina con gratitud - Vamos, llévenme a dónde está mi hijo – pidió la reina, ignorando la mirada furiosa de su esposo.

-Tu no iras con ellos – el rostro del rey era de pura ira en ese momento, levantó su mano para mandarle un hechizo, pero la reina sostuvo a ambos visitantes y los tres desaparecieron en una nube de polvo.

La reina, Denki, y Katsuki aparecieron en el límite del reino humano, justo fuera de la barrera mágica.

-Vamos mi hijo nos espera – comentó mientras esperaba que Denki y Katsuki señalaran el camino.

Durante todo el trayecto Denki y la reina se pusieron al día de todo lo que había pasado con Izuku y con el reino de las hadas, la reina observaba todo con curiosidad el reino humano era muy diferente al reino de las hadas, al llegar al palacio se dirigieron a la habitación donde yacía el principe.

La reina Inko se acercó a la cama donde Izuku permanecía en un sueño profundo. Su rostro se suavizó al ver a su hijo, y lágrimas comenzaron a salir por sus ojos.

- Izuku, mi querido hijo - murmuró Inko, acariciando suavemente su mejilla -no te preocupes, yo te ayudare a despertar

La reina coloco su mano sobre el pecho del peliverde justo donde había recibido de lleno la maldición, notó que esa magia era producto de un mago hada por eso los humanos no habían logrado romper el hechizo.

-Este hechizo es oscuro, muy oscuro - murmuró Inko.

Cerro sus ojos y comenzó a conjurar un hechizo antiguo que solo la realeza conocía, una luz blanca y verde comenzó a emanar de sus manos y esta comenzó a envolver el cuerpo del principe. Cuando la luz se disipo un leve gemido salió de los labios del peliverde, sus pestañas temblaron y sus dedos se movieron ligeramente.

Izuku abrió los ojos lentamente, la luz de la habitación era demasiada intensa para él, cuando su visión se aclaró lo primero que vio fue el rostro aliviado de su madre, con lágrimas en los ojos.

-Mamá... - murmuró con voz ronca, apenas audible.

Inko sollozó abrazando a su hijo con cuidado. - Izuku, mi querido hijo. Estás despierto.

Katsuki se acercó rápidamente, tomando la mano de Izuku. - Zuzu, amor mío, estás despierto

Izuku giró la cabeza hacia su esposo – Kacchan, ¿Qué sucedió? Lo último que recuerdo es...

-Te lanzaste frente a mí para protegerme de un hechizo - explicó Katsuki, su voz estaba afectada por las emociones - Estuviste en un sueño profundo, y solo tu madre pudo despertarte.

-¿Fuiste al reino de las hadas solo para despertarme? – preguntó su mente aún estaba confundida aunque poco a poco se aclaraba.

-Iría hasta el fin del mundo por ti mi amor – aseguró Katsuki

Hechizo de sueño eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora