8. El aviso al rey

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Luminaria era un reino con el que Katsuki tenía mucho contacto, ellos antes de que conociera a Izuku eran los que tenían los últimos vestigios de la magia de las hadas, Luminaria fue el reino que en el pasado tuvo una alianza con ellas, pero cuando la traición llegó los muros se levantaron y las hadas que decidieron quedarse en el reino humano se convirtieron en hechiceros y su descendencia era la única que tenia magia.

Eldoria, gobernado alguna vez por Masaru y Mitsuki establecieron una relación entre ellos y Enji y Reí Todoroki, ahora ambos reinos eran gobernados por sus hijos, en el caso de Luminaria Touya era el actual rey, Katsuki acababa se hacer sus diligencias y estaba preparándose con su sequito para regresar a casa y de ahí partir al reino de Celestia, el reino de las hadas, ya comenzaba a volverse loco de pasar tanto tiempo sin su esposo.

Katsuki estaba casi listo para partir cuando un guardia de Luminaria se presentó

—Alteza, hay un mensajero de Celestia que desea tener un audiencia con usted — Comentó con una reverencia.

Katsuki se extraño y el panico inento apoderarse de él — Déjalo pasar.

Un fuerte vendaval se levantó de repente y el aire pareció vibrar, de la ráfaga emergió una figura, envuelta en destellos dorados y alas brillantes que se desplegaban majestuosas.

Hawks aterrizó suavemente, plegando sus alas detrás de él con elegancia.

—Alteza, mi nombre es Hawks, soy el enviado de la reina de Celestia —anunció con voz firme, aunque amable— Traigo un mensaje urgente de la reina Inko

—¿Qué ocurre? —preguntó Katsuki, asustado, no era normal que su suegra enviará a alguien a buscarlo con urgencia.

Hawks avanzó unos pasos más, sin inmutarse ante la tensión en la voz del rey, Inclinó la cabeza en un gesto de respeto antes de hablar.

—Es acerca del principe Izuku—respondió, manteniendo la voz serena — La reina cree que hay un peligro inminente que se cierne sobre él y sobre usted, no tengo los detalles Alteza pero es importante que vaya cuanto antes a Celestia.

Katsuki no pudo ocultar su preocupación por su esposo.

—¿Qué clase de peligro? —inquirió, dando un paso adelante— Si existe una amenaza, no me quedaré de brazos cruzados, protegeré a mi familia.

—Me temo que esa información la desconozco, solo se me ordeno llegar hasta usted e informarle—admitió Hawks.

—Partiremos de inmediato —ordenó, girando hacia su séquito—. Alisten los caballos, nos dirigimos a Celestia. Si alguien intenta lastimar a Izuku, será mejor que estén preparados para enfrentar mi ira.

—No será necesario los caballos, su sequito puede ir solo, si usted toma mi mano nos teletranportaremos

Katsuki dudó por un instante, observando la mano extendida de Hawks, pero ansiedad por llegar a lado de su esposo lo hizo confiar.

Así que tomó su mano — asegúrate de que lleguemos directamente al palacio de Celestia, no puedo permitirme retrasos.

—Por supuesto, Alteza.

Al instante, una poderosa ráfaga de viento los rodeó, levantando hojas y polvo a su alrededor. El aire vibró con la intensidad de la magia, y la realidad pareció doblarse en torno a ellos, en un abrir y cerrar de ojos, el mundo cambió. El paisaje de Luminaria se desvaneció, dando paso a la vasta extensión del reino de Celestia.

Katsuki soltó la mano de Hawks, mirando con preocupación hacia el majestuoso palacio.

—Llévame con la reina de inmediato —ordenó— No quiero perder un segundo más.

—Sígame, Alteza —respondió Hawks, desplegando sus alas y avanzando hacia la entrada principal.

Conforme se acercaban, las puertas del palacio se abrieron de par en par, como si hubieran estado esperando la llegada de Katsuki, hasta que llegaron a un amplio salón, donde los reyes se encontraban en ese momento.

—Katsuki —hablo Inko con suavidad — gracias por venir tan rápido.

Katsuki avanzó hacia ella, con la preocupación reflejada en sus ojos.

—¿Dónde está Izuku? ¿Qué está ocurriendo?

Inko se levantó de su trono y caminó hacia Katsuki, tomo una mano entre las suyas quería asegurarse que la protección celestial esté funcionando en el joven rey.

—Izuku está descansando en sus aposentos, pero su magia ha comenzado a fluctuar, debes estar con él en este momento.

—Llévenme con el — Pidió

Hisashi se puso de pie — Mi esposa ya me comento sus sospechas, mi hijo estará a salvo mientras esté en el palacio

—Se lo agradezco — comentó Katsuki antes de comenzar a caminar detrás de la reina hasta los aposentos del principe

Al llegar Katsuki se encontró una hermosa escena, jamás había estado en los aposentos de su esposo como príncipe de las hadas, sabía que como hada real ellos poseían todos los tipos de magia, pero a Izuku le gustaba más usar la magia de luz, así que su habitación era un lugar que reflejaba perfectamente su esencia, Katsuki sintió una cálida energía, las paredes estaban decoradas con hermosos grabados que parecían vibrar, habían enredaderas, por todo el sitio y hermosas flores de diferentes colores.

El techo de la habitación imitaba en ese momento el cielo nocturno aunque aún era de día, habían pequeñas luces que brillaban con suavidad imitando a las estrellas reales y en el centro una hermosa luna iluminaba las hermosas cortinas de gasa dorada que se mecían con suavidad, ocultando la cama del principe, que tenia doseles ornamentados tallados en madera con revieves de hojas y mas flores que brillaban como flores de luna.

Katsuki caminó hacia la cama, notando que el suelo era de una mullida alfombra en tonos verdes simulando el suave pasto, al abrir la cortina se encontró con una hermosa imagen, su amado esposo estaba dormido de lado, oculto entre las mantas y cojines en diferentes tonos de verde esmeralda y oro, todo complementaba a la perfección.

En un rincón de la habitación se encontraba una fuente de agua de donde caían gotas, dando una sensación de paz y por ultimó en el aire pequeñas motitas de luz se deslizaban por todos lados, como luciérnagas que parecían velar por el sueño del principe.

Katsuki se quedó un momento inmóvil, contemplando a Izuku, lo hermoso que se veía al dormir, la habitación estaba totalmente diseñada para relajar a su dueño, pero Katsuki tenia miedo, miedo por lo dicho por Hawks y la reina, se arrodillo frente a su esposo y le apartó un mechón de su cabello, su piel brillaba bajo la tenue luz de las luciérnagas

—Izuku... —susurró, inclinándose para besar suavemente su frente — Ya estoy aquí mi amor, yo te cuidare y te protegeré.

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Me había dado cuenta que no había puesto nombres a los reinos así que en este capitulo lo aclare, y amo describir las habitaciones, ¿quieren saber que es lo que planeo para la revelación del embarazo de Izuku?

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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