Todo inició en 1940...Una época prohibida y cerrada; Una era donde el amor estaba prohibido y los sueños eran simples ilusiones.
Yoongi era un hombre de 20 años, un simple hombre con una condición, viajando al lugar más tranquilo a su parecer... so...
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— Buenos días padre — saludo un pequeño de hebras castañas, sonriendo amablemente a aquel hombre envuelto en una túnica, observando como este mismo se encargaba de cerrar su biblia en el capítulo del próximo domingo
— ¿Has disfrutado de la misa Jimin? — preguntó al ver la curiosa mirada del joven en sus manos
— Hablar con dios es lo que siempre espero de mis semanas — confesó en una mentira que ablandó el corazón del padre — he venido a ayudarle como cada domingo padre
— Oh creo que has llegado un poco tarde — rio para sus adentros, tomando su libro — Hoy me ha ayudado un chico extranjero, creo que es asiático pero no diferencio su cultura — explicó, girando para así ver el cristo en la cruz y así persignarse bajo la mirada de Jimin
¿En qué momento ese chico pudo ayudar al padre?
¿Cómo había llegado antes que él?
En ningún momento de la misa pudo verlo, tal vez, se había concentrado en fingir, era el segundo domingo donde escuchaba de él en misa; Era curioso ver a un hombre de una nacionalidad distinta a la suya, intentando adaptarse a sus costumbres religiosas
Un asiático conviviendo con belgas, era irrelevante, pero admitía su persistencia
Bajo su mirada a sus zapatos pulidos y los movió un poco, esperando que los rezos del padre acabarán y así ayudarlo en lo más mínimo y complacer a su madre; Pero antes de que esto ocurriera escucho pasos por el templo, pasos torpes, giro su rostro y sus ojos se abrieron extrañados al ver al hombre de piel amarilla con flores en sus manos
Margaritas, eran margaritas
Volvió a subir su café mirada a su rostro y solo hasta ese momento pudo notar su oscura mirada en él, mientras sus mejillas se encontraban de aquel habitual color rosa, sus pasos se había detenido y notaba el nervio en sus manos
¿Sentía culpa por quitarle su pasatiempo más aburrido?
Era muy extraño
— Oh has regresado — habló el padre a espaldas de Jimin, colocando una de sus manos en su hombro — Jimin es el chico del que te hablaba, suele ayudarme en la limpieza de la iglesia los domingos — mencionó ejerciendo un poco de fuerza en el menor, sacando una fingida risa
— No es para tanto Padre — dijo, volviendo a llevar su mirada hacía el más alto
Creando un saltó en su corazón con solo su mirada y sus rasgos
— ¿Son las flores que te pedí? — preguntó el mayor, bajando de la tarima para así encontrar al menor y tomar las flores de sus manos, dirigiéndose a su nariz — son hermosas
