๋࣭ ⭑⚝ One-shots ¡Tomjake!

꒰ ⊹ ✧ ˚. Amor en fuga🗡️ ✧ ˚. ⊹ ꒱

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El crepitar de las antorchas iluminaba los pasillos del palacio Hamilton, proyectando sombras alargadas en los muros de piedra. El príncipe Jacob Hamilton(jake), de cabello negro azulado, caminaba con pasos silenciosos, su rostro tenso bajo la luz tenue. Vestía su traje real, pero en su pecho pesaba la responsabilidad de un destino que no deseaba.

Desde pequeño, Jake había sido criado para gobernar, pero su corazón lo guiaba por un sendero prohibido. Los murmullos de la corte y las expectativas de sus padres, el rey y la reina, solo lo agobiaban más. Lo querían casado con una princesa extranjera, un matrimonio que fortalecería las alianzas del reino. Sin embargo, jake solo deseaba una cosa: estar con Tom.

Thomas Reed, su guardián, un hombre alto de mirada penetrante y cicatrices que contaban historias de batallas pasadas, era su único refugio. Habían crecido juntos, y lo que comenzó como una simple amistad había florecido en algo mucho más profundo. A escondidas, entre las sombras de la noche, se encontraban lejos de las miradas inquisitivas del palacio, pero sabían que no podrían ocultar su amor para siempre.

Esa noche, en los jardines reales, Jake y Tom se reunieron una vez más. El viento nocturno jugaba con el cabello de Tom, mientras sus ojos verdes se clavaban en los de Jake.

—Nos están separando —murmuró Jake, la angustia visible en su rostro—. Quieren que me case una princesa. Ya han anunciado las negociaciones para el enlace.

Tom frunció el ceño, cruzando los brazos sobre su pecho mientras una mezcla de tristeza y frustración lo invadía.

—No importa lo que digan los reyes o la corte. Lo que siento por ti es más fuerte que cualquier ley o tradición —respondió Tom, su voz firme pero cargada de emoción—. Estoy dispuesto a luchar por ti, Jake, incluso si eso significa desafiar al reino entero.

Jake lo miró, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que desafiar a su familia y a la sociedad sería una batalla casi imposible, pero ¿cómo podría resignarse a un destino que no incluía a Tom?

—Ellos nunca lo entenderán... —susurró Jake, acercándose a Tom y tomando su mano con suavidad—. Para ellos, el amor es solo una cuestión de poder y alianzas. Nosotros somos... insignificantes para ellos.

Tom apretó la mano de Jake con fuerza, como si en ese contacto pudiera encontrar la fortaleza que necesitaban.

—Nosotros no somos insignificantes —replicó, sus ojos ardiendo con determinación—. No me importa si nos rechazan. Si nos quedamos aquí, ellos siempre tratarán de controlarte, de dictar cómo debes vivir tu vida.

—¿Y qué sugieres? —preguntó Jake, su voz apenas audible.

Tom lo miró intensamente.

—Huir. Escapar de todo esto y comenzar una vida lejos de la corona. Solo tú y yo, donde nadie nos diga a quién debemos amar.

Jake vaciló, sabiendo lo que eso significaría. Dejar atrás su hogar, su familia, su vida como príncipe. Pero también sabía que sin Tom, su vida carecería de sentido.

Con un último vistazo al palacio que había sido su cárcel dorada, jake asintió lentamente, una chispa de esperanza iluminando su rostro.

—Estoy contigo, Tom. Hasta el final.

Juntos, tomaron el camino hacia lo desconocido, sabiendo que la sociedad los condenaría, pero dispuestos a luchar por un amor que ni siquiera los reyes podrían apagar.


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La luna llena iluminaba el camino mientras Jake y Tom avanzaban por los oscuros pasillos del palacio, ocultándose de los guardias. El plan era simple, pero arriesgado: tomarían dos caballos de los establos reales y se dirigirían hacia las montañas, donde ningún soldado se atrevería a seguirlos.