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« Una Entrada Triunfal »


El tiempo parecía haberse detenido. Los seis demonios, sumidos en sus pensamientos, se giraron al unísono al escuchar el sonido de unos tacones resonando en el suelo de madera. La puerta se abrió de par en par y Lilith hizo su entrada, radiante y desafiante como siempre.

Vestía un traje de seda negra que se ajustaba a su figura como una segunda piel, y su cabello oscuro caía en cascada por sus hombros. Detrás de ella, Legion y Azazel la seguían, ambos con una expresión impasible.

Los demás demonios no pudieron evitar quedarse boquiabiertos. Lilith era una visión, pero su belleza estaba eclipsada por la tensión que emanaba de ella y de los dos demonios que la acompañaban.

- Bueno, bueno,- dijo Belial, rompiendo el silencio. - Si es la mismísima reina del infierno. ¿Cómo le fue en su misión su majestad? - dijo gracioso

Lilith se sentó en una silla y cruzó las piernas. -Todo salió según lo planeado querido Belial,- respondió con una sonrisa enigmática.

- Y estoy seguro de que fue una experiencia muy... educativa,- agregó Abadon, con una insinuación en su voz.

Lilith lo miró fijamente. - Más de lo que te imaginas querido Abadon.

- Que bueno verlos a todos, Agares tan guapo como siempre - dijo lanzando un beso al aire

Los demás rieron por la expresión de horror de Agares

- Abadon siempre carismático - dijo y Abadon le guiño un ojo

Miro hacia el rincón

- Abraxas, mucho tiempo sin verte

- Lo mismo digo Lilith - respondió esté

Ella barrio con la mirada la instancia

- Abigor mi amigo perdido - dijo señalando, a lo que él respondió con una risa

Azazel se aclaró la garganta. - Dejemos las bromas a un lado. Tenemos trabajo que hacer.

- Exacto, - dijo Legion. - Satanás está más cerca de conseguir lo que quiere. Debemos actuar rápido.

Lilith rodo los ojos pero tenían razón

Los demonios se reunieron alrededor de la mesa y comenzaron a discutir sus próximos movimientos.

- Y entonces cuál es el plan - dijo Bael

- No te preocupes, - dijo Lilith con confianza. - Ya tengo un plan.

Y así, los demonios se preparaban para la batalla final. Sabían que el camino que les esperaba sería difícil y peligroso, pero estaban decididos a triunfar.

Lilith condujo a los demás demonios a través del bosque oscuro hasta llegar a una pequeña caverna oculta. Encendió una antorcha, iluminando las paredes cubiertas de extraños símbolos y runas.

- Aquí es donde todo comenzó, - dijo Lilith, su voz resonando en la quietud de la caverna. - Fue aquí donde Satanás me encerró, y sus lacayos osea las putas brujas me sellaron haciendo mal su trabajo, creyendo que moriría.

Se sentó en una roca y comenzó a contar su historia. Habló de cómo Satanás, en su sed de poder, había traicionado a sus propios aliados, encerrándolos en las profundidades del infierno. Lilith había sido una de las primeras víctimas, condenada a una existencia solitaria y dolorosa.

Lilith explicó cómo había utilizado sus poderes para escapar de su prisión y cómo había reunido a los demás demonios para luchar contra Satanás.

- Y ahora, - dijo Lilith, levantando la esfera de cristal, - tenemos la oportunidad de vengarnos. Con esta reliquia, podemos derrotarlo de una vez por todas.

Los demás demonios escucharon atentamente a Lilith. Sus palabras resonaron en sus corazones, despertando en ellos un sentimiento de ira y determinación.

- Satanás pagará por lo que nos ha hecho,- dijo Belial con voz ronca.

- Lo destruiremos,- agregó Abadon.

- Y crearemos un nuevo mundo,- concluyó Lilith. - Un mundo donde los demonios sean libres.

La atmósfera en la caverna se volvió eléctrica. Lilith, con la voz temblorosa de la emoción, prosiguió con su relato.

- Recuerdo como si fuera ayer - comenzó, - cuando aún era una aliada incondicional de Satanás. Estábamos en su despacho, discutiendo estrategias, cuando me pidió que saliera un momento. Algo en su tono de voz me hizo sospechar

Lilith hizo una pausa dramática, dejando que la tensión se acumulara.

- Así que me quedé escondida, escuchando detrás de la puerta. Y lo que escuché me destrozó. Satanás estaba hablando con Paimon, dándole órdenes de eliminar a tus legiones, Bael. Te consideraba una amenaza, una piedra en su camino hacia el dominio absoluto.

Un silencio sepulcral se apoderó de la caverna. Bael, con los ojos inyectados en sangre, se levantó de un salto. Su rostro estaba contorsionado por la ira.

- ¡Ese maldito! - rugió Bael. - Siempre supe que no podía confiar en él. Pero nunca imaginé que iría tan lejos.

Los demás demonios se miraron entre sí, conmocionados por la revelación. La traición de Satanás era aún más profunda de lo que habían imaginado.

- Y así es como decidí abandonarlo - continuó Lilith. - No podía ser cómplice de sus crímenes. Juré vengarme de él por lo que me había hecho.

Lilith se volvió hacia los demás demonios. - Ahora sabemos por qué nos odia tanto. Por qué quiere eliminarnos a todos. Pero no lo permitiremos. Juntos, lo derrotaremos, si el no encuentra a Gaia todo está bien.

Los demonios asintieron con determinación. La traición de Satanás había fortalecido su vínculo. Ya no eran solo aliados, eran una familia.

***


Hii

(Cap en corrección)

Lilith La Historia Jamás Contada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora