« Una Traición más : los Hermanos »
Lilith, con voz grave y solemne, dirigió su mirada hacia Abadon y Agares.- Y ahora, voy con los hermanos,- comenzó, - hablaremos de vuestra traición. Se os desterró del Cielo, se os acusó de herejía y se os condenó al Infierno.
Una oleada de tristeza y rabia recorrió a los hermanos. Recordaban vívidamente aquel día, cuando los arcángeles, con sus espadas llameantes, los habían expulsado del paraíso.
- Pero la verdad,- continuó Lilith, - es mucho más oscura de lo que os imagináis. No fuisteis desterrados por herejía, sino por orden directa de Satanás.
Un silencio sepulcral se apoderó de la caverna. Abadon y Agares intercambiaron miradas incrédulas. No podían creer lo que estaban escuchando.
- Satanás siempre había envidiado vuestros poderes, - explicó Lilith. - Vuestra capacidad para manipular el destino y predecir el futuro era una amenaza para él Temía que un día pudierais revelarle al mundo sus verdaderas intenciones. La maestría del poder del elemento fuego, y de la electricidad era uno de sus miedos.
Lilith continuó:
- Así que urdió un plan para deshacerse de vosotros. Convenció a los arcángeles de que erais una amenaza para el orden celestial y los incitó a expulsaros. Incluso ordenó a sus legiones que os persiguieran y que, si era necesario, os dieran muerte.
Abadon y Agares se apretaron los puños con fuerza. La ira los consumía. No podían creer que Satanás hubiera sido capaz de traicionarlos de esa manera aunque pensaban que estaban preparados para oír la verdad, pero era muy amarga.
- Pero no os preocupéis, todo cambiará - dijo Lilith, poniendo una mano en el hombro de cada uno. - nuestra venganza va a ser triunfal
Abadon y Agares asintieron con determinación. Había llegado el momento de poner fin a las traiciones de Satanás.
Lilith, con voz grave y solemne, dirigió su mirada hacia los presentes.
- Y ahora, hablemos de Abigor, - comenzó. - Un demonio poderoso, temido por muchos, pero también envidiado por muchos más.
Un silencio sepulcral se apoderó de la caverna. Todos sabían de los poderes de Abigor, de su capacidad para controlar los sueños y las pesadillas.
- Satanás, en su infinita ambición, siempre había envidiado los poderes de Abigor, aunque ya todos sabíamos que el es el demonio con mayor envidia y ambición - continuó Lilith. - Deseaba tener para sí mismo el control sobre los sueños de los mortales, para poder manipularlos a su antojo y que ocasionaran caos en su nombre.
Lilith hizo una pausa dramática, dejando que la tensión se acumulara.
- Así que urdió un plan para deshacerse de Abigor. Envió a Mammon, el demonio de la avaricia, a ejecutar sus órdenes. Mammon, siempre ansioso por acumular más poder, aceptó sin dudarlo.
Con un escalofrío que recorrió la espina dorsal de todos los presentes, Lilith continuó:
- Mammon, con sus legiones, atacó a Abigor. Fue una batalla épica, pero al final, los poderes de Mammon resultaron ser demasiado para Abigor ya que no solo Mammon tenía sus poderes si no también utilizo las legiones de paimon y las que le robaron a legión.
- Sin embargo,- continuó Lilith, - un demonio leal a Abigor logró rescatarlo en el último momento. - Lilith le guiño el ojo - No pudieron matarlo, pero sí lograron hacerlo desaparecer. Nadie en el infierno sabe a dónde fue a parar, pero se cree allá abajo que está escondido en alguna parte del Inframundo, recuperando sus fuerzas.
Un murmullo de asombro recorrió la caverna. Los demonios se sentían aterrorizados ante la idea de que Abigor pudiera regresar algún día, más poderoso que nunca.
- Pero no te preocupes, Abigor, - dijo Lilith, con una sonrisa enigmática. - Si algún día decides regresar, te recibiremos con los brazos abiertos.
Abigor, con los ojos llenos de determinación, asintió. Había llegado el momento de recuperar lo que le pertenecía.
- Abraxas
Lilith, con voz grave y solemne, dirigió su mirada hacia Abraxas. Sus ojos brillaban con una ira intensa, reflejando el dolor que llevaba dentro.
- Y ahora, hablemos de ti, querido Abraxas,- comenzó. - De tu gente, de tu hogar, de todo lo que perdiste por culpa de Satanás.
Un silencio sepulcral se apoderó de la caverna. Todos los presentes conocían la historia de Abraxas y su pueblo. Una raza antigua y poderosa, destruida por las hordas de Satanás.
- Satanás siempre había envidiado tu pueblo,- continuó Lilith. - Eran una raza sabia y poderosa, y representaban una amenaza para su dominio. Así que urdió un plan para destruirlos a todos.
Con un escalofrío que recorrió la espina dorsal de todos los presentes, Lilith continuó:
- Envió a sus legiones más feroces a atacar tu hogar y Paimon fue unos de sus aliados que estuvo presente. Fue una masacre sin precedentes. Tu pueblo fue exterminado, tus ciudades fueron arrasadas y tus legiones fueron aniquiladas.
Lilith hizo una pausa dramática, dejando que la imagen de la destrucción se grabara en la mente de todos.
- Y para humillarte aún más,- continuó, - el arcángel más leal a Satanás te enfrentó en combate singular. En una batalla épica, te derrotó y te arrancó las alas,- todos miraron a abraxas sorprendidos ellos aún bueno la mayoría tenían sus alas - símbolo de tu libertad y tu poder. Ahora, tus alas cuelgan como un trofeo en el despacho de Satanás.
Abraxas apretó los puños con fuerza y golpeó la caverna haciendo que la tierra temblará. La ira lo consumía. No podía creer que Satanás hubiera sido capaz de hacerle tanto daño.
- Pero no sé preocupen luego de esta guerra Satanás quedará en el olvido junto con todos sus aliados leales - dijo Lilith haciendo una pausa - Se que piensan que será difícil sin sus poderes completos y también piensan que cuando Satán se los quito no volverían.
Ella soltó una carcajada mientras expandía el silencio
- Habla ya Lilith - le dijo Bael
Ella asintio.
***
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( Cap en corrección )
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Lilith La Historia Jamás Contada
FantasíaNecesito el perdón de mis pecados y la liberación del poder del pecado...