Vacío

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Los fuertes gritos de una pequeña anciana fueron los primeros que se escucharon por el gran y luminoso bosque aquella mañana, como si la noche anterior ese mismo territorio no hubiese sido el lugar donde un asesinato ocurrió.

La mujer no dejaba de protestar, siguiendo a esas molestas adolescentes que le habían robado su ropa interior de encaje, caminando con algo de lentitud pero sabiendo que cuando alcanzara a aquellas dos infantes, estas le pagarían con creces.

-¡Mocosas del demonio! - gritó -hablaré con su madre sobre esto, ¿cómo pueden robarle sus ropas a una anciana como yo? ¡Que esté colgada no significa que se las esté regalando!

Las dos chicas rieron, pero la menor, al estar más concentrada en los gritos de la mujer que en por donde estaba caminando casi tropezó con uno de los matorrales, escuchandose de inmediato un pequeño quejido que no fue dicho precisamente por Yeojin.

Heejin al escuchar aquel ruido alejó con rapidez a su hermana de ahí, temiendo que se tratara de un animal salvaje que podría atacarlas.

Pero nada peligroso salió de los matorrales.

-¿Qué demonios? -preguntó frunciendo el ceño, Heejin era un ser curioso y al igual que su hermana era una beta, caracterizándose por ser algo temeraria... por no decir imprudente y hasta estúpida en ciertas ocasiones.

Y como no, haciendo un acto tan imprudente y estúpido, sin miedo alguno y tampoco midiendo las consecuencias, se adentro al matorral, en búsqueda de algo que ni ella conocía.

Yeojin la miró extrañada, la menor era algo más miedosa y al casi caer no se percató del ruido que salió de los arbustos.

- ¿Jin? - preguntó preocupada por su hermana y a al mismo tiempo nerviosa de que la señora Jeongyeon las alcanzara -Vamos, la anciana ya viene...

-Mierda. -escuchó a la mayor maldecir para luego verla salir de aquel matorral con una bebé en brazos.

Corrección.

Una bebé omega en brazos.

-¿Por qué se han detenido, pequeñas endemoniadas? -preguntó la anciana al -por fin- alcanzarlas -¿Acaso creen que tendré compasión de ustedes ahora? Su madre...

La mujer dejó de hablar al notar a la pequeña bebé que se encontraba acurrucada contra los brazos de Heejin, llorando silenciosamente.

Sin siquiera pensarlo Yeojin se puso en frente de la omega en un intento de protegerla.

Ella sabía que la anciana Jeongyeon, a pesar de ya estar vieja, era una alfa y buscaría dañar a la bebé al igual que todas las alfas y eso ni Heejin ni Yeojin lo permitirían. Ellas eran traviesas pero no eran malas niñas y por ninguna razón -y al contrario de la mayoría de la sociedad en Corea- aceptaban la caza de omegas.

-¿Es una omega? -preguntó la mujer con sorpresa y no era para menos, las omegas eran una raza casi extinta en aquel país.

Yeojin no se movió ni un centímetro, tratando de impedir que la mujer vea a la pequeña criatura que estaba acurrucada en los brazos de su hermana.

-No te le acercarás. -afirmó con decisión, la beta estaba algo asustada al enfrentar a una alfa pero su voluntad de hacer lo correcto era mayor.

Jeongyeon frunció el ceño.

-¿Acaso tú crees que puedes decirme que hacer o no? -Preguntó volviendo a alterarse -¿Donde está la madre de esa bebé? ¿donde la encontraron?

-Ella estaba entre los matorrales -habló Heejin sin dejar de estar a la defensiva -la acabamos de encontrar, su madre no está.

𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 | 𝐁𝐛𝐚𝐧𝐠𝐬𝐚𝐳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora