𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 | 𝐁𝐛𝐚𝐧𝐠𝐬𝐚𝐳

Dependencia

Hanni miro la luna de su habitación con tristeza, sintiéndose culpable por todos los problemas que había causado.

—¿Ya no podrá salir de la casa? —pregunto Heejin en un intento de hablar bajo para que Hanni no la escuchara, pero fallando totalmente —¿cómo fue que Momo se enteró de ella?

—No lo sé, mocosa —suspiró Jeongyeon mientras cocinaba con un aura de pena en sus ojos —No sé que hacía Hanni ahí pero aún no la molestaré con preguntas, dejaré que se tranquilice por un tiempo... después de todo se enfrentó a Tzuyu completamente sola.

Yeojin hizo una mueca.

—Debimos haber estado con ella —dijo sintiéndose culpable —Nos ha estado evadiendo de hace ya un tiempo pero nosotras siempre pensamos que era por la edad o algo que las omegas debían pasar, lamentamos lo sucedido señora Jeongyeon.

La mujer negó.

—No es su culpa —aseguro —y sinceramente tampoco es culpa de Hanni ni de Tzuyu. Chou no puede evitar pensar así de las omegas, le enseñaron eso desde pequeña, llena de odio e ira.

—Eso no justifica lo que hace —gruñó Heejin —Ni su crianza ni nada... Hanni no merece esto.

La omega dejo de escuchar y ya cansada de no entender la conversación cerró la puerta de su habitación, encerrándose en esta.

La señora Chou la había llamado un monstruo. Un sollozo escapó por sus rosados labios, ¿por qué la mujer que cuidaba a Minji con tanto amor la había tratado de matar?

Escondiendo su carita contra sus manos se sentó frente a su ventana, llorando silenciosamente para así no preocupar a su abuela Jeongyeon.

Hanni recordaba la sensación de terror, lo recordaba tan vivamente que su cuerpo entero temblaba de miedo. Si cerraba los ojos podía sentir la respiración de la loba contra su cuello, ver sus filosos colmillos y escuchar los gritos de Minji, rogando para que no la dañaran.

Minji...

¿Acaso ella también la iba a odiar? ¿Al igual que Tzuyu y Momo, ella trataría de matarla?

—Hanni —escucho un susurro que logró hacerla despertar de sus pensamientos, observando la habitación con algo de miedo —Hanni, por aquí.

Con precaución se acercó a la ventana y la silueta de la mismísima Minji la recibió, parada frente a su casa con las mejillas y nariz rojas por culpa del frío.

—¿Qué haces? —Susurró Hanni con sorpresa —Minji...

—Vine a verte —interrumpió la alfa —tenía que revisar si estabas bien.

La castaña negó con la cabeza.

—No creo que la señora Chou este feliz de verte en mi hogar, debes irte —ordenó.

—No me iré —negó Minji —no hasta poder verte.

Con los nervios a flor de piel Hanni miró en dirección a la puerta de su habitación pero al parecer nadie había sentido el olor de Minji.

—No puedo bajar —afirmó —Jeongyeon dijo que no era bueno para mí salir de la casa hasta que las cosas no se calmen.

Minji asintió comprensiva y luego sin decir más empezó a trepar sobre el árbol junto a la casa de Jeongyeon, dispuesta a entrar a la habitación de Hanni.

—Camina para atrás si no quieres que te aplaste —ordenó al estar ya a la altura de la ventana en donde se encontraba la omega, posicionándose para saltar.

—¿Qué estás haciendo? —susurró Hanni pero aun así no obedeció —Te vas a romper algo.

Minji sonrió de lado.