10. Los chicos no lloran 🌷

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❝Te pediría perdón si eso pudiera hacer que cambiaras de opinión, pero sé que esta vez he sido demasiado cruel, así que trato de reírme de esto y cubrirlo todo con mentiras porque los chicos no lloran❞.

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Faltaban solo diez minutos para que iniciara la pasarela y Renjun estaba nervioso.

Mucho. No era nuevo, en realidad siempre se sentía así cada fin de semestre. Presentar sus diseños ante sus compañeros era algo normal, ordinario, pero presentarlo frente a toda la escuela y personas externas que quisieran ver el show le traía una sensación de ansiedad, no podía dejar de mover sus manos o agarrar las mangas de su suéter para jalar las costuras mientras veía a las personas irse amontonando en el espacio.

Sintió la presencia de alguien en su espalda y un suave beso colocado detrás de su oreja, casi imperceptible, apenas un roce que le envió una onda de electricidad por todo su cuerpo.

Volteó, viendo a su hermoso modelo que lo contemplaba con una tenue sonrisa, sus ojos convertidos en medias lunas y una expresión tierna.

Oh, cómo amaba a ese hombre.

—¿Nervioso?

Renjun estiró sus manos, desdoblando sus puños para mostrarle sus palmas que temblaban. —Podrías decirlo.

Jeno tomó ambas manos, llevándolas a su boca para darles un beso antes de ponerlas en su pecho, encima de su corazón. —Todo saldrá bien.

Y no es que Renjun sea débil, pero aquella respuesta le hizo derretirse, casi literalmente si pudiera, en los brazos de Jeno, suspirando mientras posaba su oreja y mejilla en el pecho de Jeno, queriendo esconderse, queriendo quedarse para siempre ahí; los brazos del pelinegro rodeandolo, manteniéndolo seguro a la par que dejaba pequeños besos en la coronilla de su cabeza, el olor de su perfume llenando sus fosas nasales, y muy, muy seguro.

Era tan fácil.

Era fácil dejarse llevar, era fácil no pensar, era fácil amar a Jeno. No podía creer cuánto tiempo se habían perdido esto.

Sabía que estaban en la fase de luna de miel con apenas unas semanas de relación, pero todo se sentía increíble, longevo, lleno de esperanza.

Estuvieron unos minutos de esa forma, solo abrazándose cuando el encargado pasó a recordarles que los modelos tenían que prepararse y tomar sus lugares, alejandolo del calor que el pelinegro le proporcionaba.

Todo lo demás pasó en un borrón, no está muy seguro de en qué orden sucedió cuando Jeno comenzó a caminar por la pasarela y los aplausos se intensificaron.

El peso que se había asentado en sus hombros desapareció, dejándolo burlarse un poco porque ahora dudaba de su elección. No por Jeno, sino por los asistentes. Jeno era tan hermoso y bien parecido que le hacía preguntarse si los aplausos eran por su diseño o por Jeno.

De todas formas aquello no le quitó los ánimos, ver su creación, su diseño junto a la persona que amaba, le hacía inmensamente feliz.

Todo era perfecto.

Cuando subió junto a Jeno fue increíble. El extasis y la euforía inundando todos sus sentidos. Todo su esfuerzo convertido en este momento, todas las cosas que sucedieron, todos los altibajos personales y escolares, incluso los momentos tristes y dolorosos, sentía que todo había valido la pena.

Los chicos no lloran ☆ [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora