6. El cumpleaños de Mabel

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Stella estaba en su habitación, eligiendo entre dos blusas mientras la suave voz de Taylor Swift resonaba en el fondo. No era la primera vez que se preparaba con emoción para una ocasión, pero hoy tenía un brillo especial en los ojos. Después de todo, era el cumpleaños de Mabel, su mejor amiga de la infancia, y no podía esperar a celebrar con ella y el grupo. Mientras se arreglaba el cabello, sonrió al pensar en lo emocionada que estaría Mabel cuando llegara con su regalo.

El volumen de la música era lo suficientemente bajo para no molestar a Kai, aunque a Stella no le habría importado si él se quejaba. Aún así, el sonido ligero de pasos en el pasillo la hizo detenerse. Kai apareció en la puerta, con su habitual expresión de desconcierto ante la energía positiva de Stella.

—Te veo más alegre que nunca. —Comentó Kai, cruzando los brazos mientras la observaba, sorprendido de verla tan entusiasmada por algo.

—Hoy es el cumpleaños de mi amiga Mabel. — Respondió Stella, lanzándole una mirada rápida mientras terminaba de colocarse los pendientes.

Kai frunció el ceño, como si hubiera dicho una palabra maldita.

—Ugh... Odio los cumpleaños. Que te diviertas. — Replicó con desdén, girándose para salir de la habitación con una sacudida de su cabeza.

Stella, sin poder evitarlo, rodeó los ojos. A veces era difícil entender cómo alguien podía ser tan reacio a cualquier tipo de celebración, pero con Kai ya no le sorprendía.

—Gracias por el entusiasmo. —Murmuró para sí misma, pero no podía evitar soltar una pequeña risa.

Kai ya había desaparecido por el pasillo, probablemente rumbo a su cueva de juegos y pantallas, completamente desinteresado en el mundo exterior. Pero Stella no iba a dejar que su apatía le arruinara el día. Mientras ajustaba su vestido una última vez frente al espejo, se dijo que nada, ni siquiera la actitud de Kai, podría apagar su ánimo festivo.

Después de todo, hoy se trataba de Mabel, y Stella estaba decidida a asegurarse de que su amiga tuviera el mejor cumpleaños posible, incluso si eso significaba esquivar los comentarios sarcásticos de Kai por un rato más.

Stella respiró hondo mientras se miraba en el espejo una última vez. “Hoy será un buen día”, se recordó, ajustando el vestido y asegurándose de que todo estuviera en su lugar. La música de Taylor Swift seguía sonando suavemente, dándole ese toque especial a su preparación. No le importaba la actitud de Kai hacia los cumpleaños; este día no se trataba de él, sino de Mabel. Su mejor amiga desde la infancia merecía una gran celebración, y Stella estaba dispuesta a hacer que todo fuera perfecto.

Cuando finalmente estuvo lista, apagó la música y agarró su bolso, lista para salir. Mientras caminaba hacia la puerta, no pudo evitar pensar en cómo sería la fiesta. Conociendo a Mabel, seguro que habría montones de decoraciones, música a todo volumen, y claro, mucha comida, algo que Troy disfrutaría al máximo. Era casi una tradición que Troy llegara a cada evento preparado para devorar todo lo que hubiera disponible.

Al llegar a la casa de Mabel, Stella fue recibida por el bullicio de risas y conversaciones. El ambiente estaba lleno de energía, y la casa estaba decorada con globos de colores, luces colgantes y una gran pancarta que decía "¡Feliz Cumpleaños, Mabel!" en letras brillantes. A través de las ventanas, Stella podía ver a varios jóvenes, algunos charlando en el jardín, otros dentro, cerca de la mesa de aperitivos, que ya estaba comenzando a vaciarse, probablemente por cortesía de Troy.

Mabel apareció de la nada, con su característica sonrisa que iluminaba todo el lugar. Llevaba un vestido amarillo que hacía juego con su personalidad vibrante.

—¡Stella! — Gritó Mabel, abrazándola con entusiasmo. — ¡Qué bien que ya estés aquí!

—¡Feliz cumpleaños! — Respondió Stella, entregándole el regalo con una sonrisa. — Espero que te guste.

Frío o calorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora