Confesiones inesperadas

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El sol comenzaba a ocultarse sobre el horizonte, llenando el cielo de matices anaranjados y rosados. Jeonghan y Joshua estaban sentados en una cafetería que frecuentaban desde sus días de aprendices. Para ellos, este lugar representaba un refugio, un espacio donde podían desconectarse del ajetreo de los ensayos y las giras. Sin embargo, Jeonghan notaba que esa tarde Joshua parecía más inquieto de lo habitual.

—Hyung, tengo que contarte algo —dijo Joshua, con una sonrisa nerviosa en el rostro, mientras jugueteaba con su taza de café.

Jeonghan levantó la vista de su teléfono y arqueó una ceja, intrigado.

—¿Qué pasa, Shua? —preguntó con su habitual tono suave, intentando no mostrar el leve nerviosismo que sentía al ver a su amigo así.

Joshua tomó una respiración profunda y se inclinó un poco hacia adelante, como si lo que estuviera a punto de decir fuera un secreto que no podía compartir con nadie más.

—Creo que… me estoy enamorando.

Jeonghan sintió cómo su estómago se hundía de golpe. Forzó una sonrisa, aunque su pecho se apretaba.

—¿En serio? —dijo, tratando de sonar despreocupado—. Eso es genial, ¿quién es?

Joshua sonrió, ajeno al torbellino emocional que estaba viviendo Jeonghan en ese momento.

—Es una chica que conocí hace poco. Se llama Hana. Es divertida, amable… No sé, tiene algo que me hace querer pasar más tiempo con ella.

Jeonghan tragó saliva y trató de no dejar que su incomodidad se notara. Había escuchado a Joshua hablar de chicas antes, pero nunca con esa chispa en los ojos. Esa chispa que, durante tanto tiempo, había deseado que estuviera dirigida hacia él.

—Parece genial, Shua —murmuró, clavando la mirada en la taza de café frente a él, como si de repente el contenido de la bebida fuera lo más interesante del mundo—. ¿Y… ella sabe lo que sientes?

Joshua soltó una risa nerviosa y se pasó una mano por el cabello.

—Todavía no… No sé si debería decírselo. Quiero decir, tenemos una buena amistad y no quiero arruinar eso.

"Como nosotros", pensó Jeonghan, pero no lo dijo. En cambio, respiró profundamente y asintió con la cabeza.

—Bueno, si sientes que es lo correcto, deberías hacerlo. No pierdes nada con intentarlo, ¿verdad?

Sus palabras sonaban tan falsas para él mismo que casi le dolió decirlas, pero sabía que no podía hacer otra cosa. No podía ser egoísta. No cuando Joshua estaba tan emocionado por Hana. Sin embargo, en el fondo de su corazón, Jeonghan deseaba que él fuera esa persona que Joshua veía con esos ojos brillantes.

Joshua le dio un golpecito en el hombro y sonrió, aliviado.

—Gracias, hyung. Sabía que hablar contigo me ayudaría a aclarar las cosas.

Jeonghan apenas logró devolverle la sonrisa. Cada palabra que Joshua decía era como una pequeña herida que se abría más y más. Pero, como siempre, decidió guardar sus propios sentimientos para sí mismo. No quería arruinar lo que tenían.

Después de terminar su café, Joshua se levantó, su entusiasmo evidente.

—Tengo que irme, hyung. Tengo planes esta noche… con Hana —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Jeonghan asintió lentamente y lo vio salir de la cafetería. Cuando Joshua desapareció por la puerta, el rostro de Jeonghan cambió. La sonrisa se desvaneció, reemplazada por una expresión melancólica. Observó su reflejo en la ventana y susurró para sí mismo:

—Ojalá… ojalá fuera yo.

Sentía el peso de su amor no correspondido aplastándole el pecho. Siempre había estado allí para Joshua, como su mejor amigo, pero en ese momento, más que nunca, deseaba ser algo más. O, al menos, deseaba ser alguien más, alguien que Joshua pudiera amar de la manera en que él lo amaba.

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I Wish You Were a Girl • [Jihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora