Entre la verdad y el miedo

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Jeonghan cerró la puerta detrás de Joshua con el corazón latiéndole en los oídos. No esperaba que Joshua apareciera de la nada, sobre todo después de tantas semanas de silencio. La tensión entre ellos seguía presente, pero había algo en la mirada de Joshua esa noche que hizo que Jeonghan supiera que las cosas no podían seguir igual.

Joshua permanecía de pie en medio de la habitación, claramente nervioso, pero decidido. Jeonghan, que siempre había sido el más calmado y compuesto, sintió que por primera vez no tenía idea de cómo manejar la situación.

—¿De qué quieres hablar, Shua? —preguntó Jeonghan, intentando que su voz sonara tranquila, aunque por dentro se sentía al borde del colapso.

Joshua levantó la mirada y tomó una respiración profunda.

—He estado pensando mucho, hyung. Sobre todo lo que ha pasado entre nosotros, sobre cómo han cambiado las cosas.

Jeonghan sintió cómo su cuerpo se tensaba

—Sé que lo arruiné —continuó Joshua, hablando antes de que Jeonghan pudiera decir algo—. Cuando te dije lo de Hana… pensé que estaba siendo honesto, pero no sabía lo mucho que te estaba lastimando.

Jeonghan lo observó en silencio, tratando de leer en los ojos de Joshua algo que le diera esperanza. Pero lo único que podía sentir era la angustia acumulada por semanas.

—Shua, no tienes que decirme esto. Ya entendí lo que pasó. Te gusta ella, y yo... —Jeonghan dudó, luchando con las palabras que le quemaban la garganta—. Yo solo soy tu amigo. Lo acepté.

Joshua negó con la cabeza, dando un paso hacia él.

—No es tan simple, hyung. No es solo eso. Yo pensé que sabía lo que sentía por Hana, pero cuando te alejaste… todo cambió.

Jeonghan sintió una chispa de esperanza, pero la reprimió de inmediato, recordándose que no debía hacerse ilusiones.

—¿Qué quieres decir? —preguntó en voz baja, temiendo la respuesta.

Joshua tomó una pausa antes de hablar de nuevo, como si estuviera reuniendo el valor para decir lo que había estado reprimiendo.

—Lo que quiero decir es que cuando no estabas cerca, sentí que algo faltaba. No solo como amigo, sino algo más… algo que no entendía hasta que me di cuenta de lo que significas para mí.

Jeonghan sintió cómo su corazón se aceleraba. Las palabras de Joshua eran lo que había estado esperando oír durante tanto tiempo, pero no podía dejar de sentir miedo. ¿Y si Joshua solo estaba confundido? ¿Y si todo esto solo terminaba en más dolor?

—¿Qué estás diciendo, Joshua? —preguntó Jeonghan, su voz más dura de lo que pretendía—. ¿Que de repente te diste cuenta de que sientes algo por mí? ¿Después de todo este tiempo?

Joshua asintió, aunque la duda y el miedo eran evidentes en su rostro.

—No estoy seguro de muchas cosas, pero sí sé que no puedo perderte. No sé si esto es amor, o si es solo miedo de estar solo, pero sé que lo que siento por ti es más fuerte de lo que he sentido por nadie.

Las palabras golpearon a Jeonghan como una avalancha, dejándolo sin aliento. Por un momento, todo lo que había deseado parecía estar al alcance de su mano. Pero el miedo seguía ahí, un temor profundo de que, si se lanzaba a esto, acabaría destrozado.

—Shua… —Jeonghan empezó, luchando por encontrar las palabras adecuadas—. No puedes decirme esto sin estar seguro. No puedo ser tu segunda opción, alguien a quien acudes solo porque estás confundido.

Joshua se acercó más, y antes de que Jeonghan pudiera retroceder, le tomó las manos.

—No eres mi segunda opción, hyung —dijo Joshua con una intensidad que Jeonghan no había visto antes—. Nunca lo has sido. Solo que… me tomó tiempo darme cuenta de que lo que estaba buscando estaba justo delante de mí.

Jeonghan quería creerle, quería dejarse llevar por las emociones que estaban arremolinándose dentro de él. Pero el dolor de las últimas semanas aún era demasiado reciente, demasiado crudo.

—¿Y qué pasa con Hana? —preguntó Jeonghan en voz baja, evitando los ojos de Joshua—. ¿Ya has hablado con ella?

Joshua asintió, soltando sus manos para meterlas en los bolsillos de su chaqueta. Parecía nervioso, pero determinado.

—Hablé con ella hoy. Le dije que necesitaba tiempo para resolver lo que siento… por ti. Ella fue comprensiva, pero yo… no puedo seguir con ella cuando mis sentimientos están aquí, contigo.

Jeonghan sintió cómo una lágrima rodaba por su mejilla. Había deseado escuchar esas palabras, pero ahora que finalmente las escuchaba, sentía una mezcla abrumadora de alivio y miedo.

—Esto no va a ser fácil, Shua —dijo Jeonghan, su voz temblando—. He estado enamorado de ti durante tanto tiempo, y lo que me duele no es solo que no te dieras cuenta antes… sino que tengo miedo de que te arrepientas después.

Joshua lo miró con tristeza, entendiendo el peso de sus palabras. Sabía que sus dudas y confusión habían herido a Jeonghan profundamente, y no podía prometer que todo saldría bien. Pero en ese momento, solo sabía que no quería perderlo.

—No puedo prometer que no habrá complicaciones, hyung —dijo Joshua suavemente—. Pero lo que sí puedo prometerte es que quiero intentarlo. Quiero estar a tu lado, no solo como tu amigo, sino como alguien que te quiere.

Jeonghan soltó un suspiro tembloroso. El miedo seguía ahí, pero también estaba el anhelo, el deseo de que lo que Joshua decía fuera real, que esta vez no terminara en más dolor.

—Está bien, Shua… —dijo finalmente, mirándolo a los ojos—. Vamos a intentarlo. Pero tienes que estar seguro, porque si te vuelves a ir, no creo que pueda soportarlo.

Joshua asintió, acercándose para envolver a Jeonghan en un abrazo. El calor del cuerpo de Joshua contra el suyo hizo que Jeonghan cerrara los ojos, dejando que las lágrimas que había estado reprimiendo finalmente cayeran.

Por primera vez en mucho tiempo, sentía que podía respirar, aunque sabía que el camino que tenían por delante no sería fácil. Pero, en ese momento, ambos sabían que querían intentarlo, juntos.

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I Wish You Were a Girl • [Jihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora