Entre dudas y certeza

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Las semanas que siguieron después de aquella intensa conversación entre Jeonghan y Joshua fueron un torbellino de emociones. Ambos intentaban encontrar estabilidad en medio de la incertidumbre, pero el vacío que la distancia había creado entre ellos seguía siendo palpable.

Jeonghan no podía evitar sentir que cada día sin hablar con Joshua lo desgarraba un poco más. Estaba agotado de mantener las apariencias, fingiendo que todo estaba bien cuando por dentro su corazón estaba en un constante estado de caos. Seungkwan y DK, quienes lo mantenían distraído con bromas y conversaciones ligeras, podían notar que algo andaba mal, pero respetaban su silencio, esperando que Jeonghan hablara cuando estuviera listo.

Una tarde, mientras descansaban después de la práctica, Jeonghan recibió un mensaje de Seungcheol.

"¿Podemos hablar un momento?"

Aunque el tono del mensaje era neutral, Jeonghan sabía que Seungcheol, como el líder y amigo cercano de ambos, había notado el cambio en la dinámica entre él y Joshua. Con un suspiro resignado, accedió a reunirse con él en una de las salas vacías del estudio.

Cuando Jeonghan entró, encontró a Seungcheol sentado en una de las sillas, con una expresión preocupada.

—¿Cómo estás, Jeonghan? —preguntó Seungcheol, sin rodeos.

Jeonghan sonrió levemente, pero era una sonrisa débil, sin la usual energía que solía irradiar.

—Estoy bien —mintió, aunque ambos sabían que no era cierto.

Seungcheol lo miró con una mezcla de compasión y seriedad. Siempre había sido el tipo de persona que sabía cuándo presionar y cuándo dejar las cosas ir, pero en ese momento, parecía decidido a obtener respuestas.

—Mira, sé que no quieres hablar de esto, pero todos hemos notado cómo han cambiado las cosas entre tú y Joshua. No tienen que decirme qué pasó, pero como líder, y como amigo, me preocupa verte así.

Jeonghan bajó la mirada, incapaz de sostenerla. Sabía que tenía razón, pero poner en palabras lo que sentía le resultaba demasiado doloroso.

—Es complicado, Cheol —dijo finalmente, con la voz apenas audible—. Yo… lo único que puedo decir es que hay cosas que no puedo controlar. Y eso me está matando.

Seungcheol frunció el ceño, claramente preocupado.

—¿Te refieres a Joshua?

Jeonghan asintió, sintiendo que las lágrimas se acumulaban en sus ojos. No quería llorar, no quería mostrarse vulnerable, pero la presión de las últimas semanas lo estaba destrozando.

—Me duele estar lejos de él, pero también me duele estar cerca —confesó, su voz temblando—. No sé qué hacer, Cheol. No sé cómo manejar lo que siento.

Seungcheol se levantó de la silla y se acercó a Jeonghan, colocándole una mano en el hombro.

—Hannie, no tienes que hacerlo solo. Todos estamos aquí para apoyarte. Y Joshua también está pasando por lo mismo, ¿sabes? Lo veo. Está perdido sin ti.

Jeonghan soltó una risa amarga.

—Eso es lo peor de todo. Yo soy el que está confundido, el que no puede ser solo su amigo. Y él… él está enamorado de otra persona. ¿Cómo puedo competir con eso?

Seungcheol lo observó en silencio durante unos segundos antes de hablar.

—No se trata de competir, Jeonghan. No puedes forzar lo que Joshua siente, pero tampoco puedes seguir negando lo que sientes tú. Ambos tienen que ser honestos, incluso si eso duele.

Jeonghan asintió lentamente. Sabía que Seungcheol tenía razón, pero eso no hacía que la verdad fuera más fácil de aceptar.

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Mientras tanto, en el otro lado del dormitorio, Joshua estaba experimentando sus propios momentos de duda. La distancia entre él y Jeonghan lo estaba destrozando más de lo que había anticipado. Aunque había intentado concentrarse en Hana, algo dentro de él seguía sintiéndose incompleto.

Una tarde, después de otro ensayo agotador, Joshua decidió que ya no podía seguir reprimiendo sus sentimientos. Necesitaba respuestas. Agarró su teléfono y escribió un mensaje a Hana, quien había estado preguntándole en los últimos días cuándo podrían verse.

"Necesito hablar contigo. ¿Podemos encontrarnos esta noche?"

Hana aceptó de inmediato, y acordaron verse en el café donde solían reunirse. Cuando Joshua llegó, ella ya estaba allí, esperándolo con una sonrisa. Sin embargo, su sonrisa se desvaneció cuando notó la expresión seria en el rostro de Joshua.

—Joshua, ¿está todo bien? —preguntó, preocupada.

Joshua se sentó frente a ella, sintiendo un nudo en el estómago. Nunca había sido bueno para este tipo de conversaciones, pero sabía que debía ser honesto.

—Hana, hay algo de lo que necesito hablar contigo —comenzó, evitando su mirada—. Sé que hemos pasado mucho tiempo juntos y… me importas mucho, de verdad. Pero siento que no he sido completamente sincero contigo. Ni conmigo mismo.

Hana frunció el ceño, claramente confundida.

—¿De qué hablas?

Joshua respiró hondo, reuniendo el valor para continuar.

—Lo que quiero decir es que… no estoy seguro de lo que siento ahora. Últimamente, he estado pensando mucho en Jeonghan y… no sé si puedo seguir adelante contigo sin resolver lo que siento por él.

Hana lo miró con una mezcla de sorpresa y comprensión. Aunque las palabras de Joshua la herían, podía ver la confusión y el dolor en sus ojos.

—Joshua, yo… lo entiendo. No es fácil, y no quiero que te sientas obligado a nada. Si necesitas tiempo para aclarar tus sentimientos, tómalo.

Joshua sintió una oleada de alivio al escuchar esas palabras, aunque sabía que la situación seguía siendo complicada.

—Gracias, Hana. No quería lastimarte, pero tampoco quiero seguir fingiendo que todo está bien cuando no lo está.

Hana asintió, aunque había una tristeza en su mirada.

—Espero que encuentres lo que estás buscando, Joshua. Y si alguna vez necesitas hablar, aquí estaré.

Joshua le sonrió con gratitud, sabiendo que lo que había hecho era lo correcto, aunque doliera. Sabía que el siguiente paso sería aún más difícil: enfrentarse a Jeonghan y a los sentimientos que había estado reprimiendo durante tanto tiempo.

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Esa misma noche, mientras Jeonghan estaba acostado en su cama, tratando de conciliar el sueño, escuchó un suave golpe en su puerta. Confundido, se levantó y abrió, encontrándose con Joshua al otro lado.

—¿Puedo entrar?—preguntó Joshua, con la voz apenas audible.

Jeonghan, sorprendido por su repentina visita, asintió lentamente y lo dejó entrar, sin saber que la conversación que estaban a punto de tener cambiaría todo.

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I Wish You Were a Girl • [Jihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora