Bajo el manto de la Luna ©✔

capitulo 02

—¿Viste a la chica rubia? — comentó leonardo mientras caminabamos hacia las gradas del instituto

  —No, no me interesa— respondi encongiendome de hombros

El fruncio el ceño.

  —pero si tanto hablabas de ella en como "coquetear"

  —Eso no significa que quiera algo serio, Leo —dije, rodando los ojos y haciendo una mueca.

Me senté en el último escalón, mirando mis pies mientras palmeaba mis bolsillos y sacaba una cajetilla de cigarros

  —Bueno, eso es cierto— se sentó a mi lado poniendo las manos a sus rodillas mirandome — . ¿Que hiciste ayer?

  —Conocí a una chica— respondi.

  —¿En cerio? — pregunto, levantando una ceja.

  —Si solo fui al puente y conocí a alguien. — dije encendiendo un cigarro

  —parece que no te interesa la rubia— dijo con tono burlón. Le di un suave golpe en la cabeza

   —Y eso no es asunto tuyo, señor curioso— declare, exhalando el humo y apartando el cigarro apagandolo con la plantilla de mi zapato.

Antes de continuar, note que alguien se acercaba con un atuendo de porrista subiendo los escalones con una amplia sonrisa

    —Leo y kile no vendrán a comer helados con nosotras —pregunto la chica rubia con las manos a las caderas

Al verla, Leo abrió la boca sorprendido

    —cl-claro— respondió Leo, sonriendo le di un codazo  haciendolo quejarse ya que la pregunta era para mi no para el.

   —No, no iremos gracias. — Fingí una sonrisa

  —Yo si ire— dijo Leo, lo mire con enojo

   —¿Que? Si quieres quédate tu ,yo iré — terminó de decir levantándose y colocando sus brazos alrededor de la chica, marchándose con ella

   —¡Si , claro a comer helados! — murmura ,molesto .

Mientras me levantaba de mi asiento y guardaba todo en mi mochila para luego ajustarla en mi hombro y bajar los escalones

¡Helados! gire un poco hacia atrás, recordando de donde había escuchado la palabra ( Helado)
¡Maldicion! baje rápidamente de los escalones , me había olvidado.

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Despues de ir a la heladería por los helados de chocolates , los sostenía con cuidado entre mis manos al cruzar la carretera me asegure de derramar nada, me agache un poco para pasar detrás de los árboles y dirigirme al puente o al río.

Pisando las hojas amarrillas. Llegue al puente donde estuve ayer y conocí a la chica de la silla de ruedas
al no verla , camine unos minutos más

Al llegar al río, ví que ella me estaba esperando en su silla de ruedas mirando hacia el agua rodeada de flores

   —hola— dije al acercarme, ella giro la cabeza y sonrió.

   —pensé que no vendrias— comentó mientras me miraba

Le extendi el helado que llevaba , que ya comenzaba a derretirse

   — Gracias.— respondió, tomando el helado

   —Perdona por el retraso, me retrase en el Colegio y casi olvido venir. — dije, sintiéndome un poco avergonzado.

Ella soltó una risa suave y me miro.

   —No te preocupes, lo importante es que estas aqui— dijo disfrutando de su helado de chocolate se veía tan adorable que no pude evitar sonreír

    —¿Que sucede? — pregunta curiosa

  —Nada.— respondi , desvío hacia mi helado que se deshacía rápidamente

   —¡Mira que hermoso esta el cielo! — exclamó señalando hacia el horizonte, mire hacia el atardecer que se pintaba de un suave tono naranja.

   —Si, es precioso— Asenti.

   —Solo llevamos dos días pero ha sido suerte conocerte aqui , junto a este río que nos une. —dijo sonriendo ampliamente . Me quedé un poco confundido por sus palabras

    —Porque?

    —Lo menciono porque nada es eterno, kile . A veces lo que vivimos es solo un destello de suerte— respondió, encogiendose de hombros . La observe unos infantes reflexiónando sus palabras —La vida es efimera ; cada uno de nosotros tiene su tiempo contado , como un reloj que, al marcar las doce, da un paso a un nuevo amanecer.

Ella término su helado, y yo también disfrute el mío con melancolía

  —Cuando llega la hora, el río se apaga y los árboles se marchitan , pero con el paso del tiempo , la naturaleza encuentra su camino hacia la renovación— dijo , mientras tomaba una piedra y la lanzaba al agua

   —Ahora entiendo. — respondi, sintiendo la profundidad de su sabiduria.