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Los últimos días habían sido decisivos tanto para Heeseung como para Sunghoon, percatándose que mientras más pasaban el tiempo juntos, menos podían negar que aún persistían sus sentimientos por el otro

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Los últimos días habían sido decisivos tanto para Heeseung como para Sunghoon, percatándose que mientras más pasaban el tiempo juntos, menos podían negar que aún persistían sus sentimientos por el otro. El problema es que no estaban seguros si sería buena idea expresarlos.

Taesan estaba feliz de verlos juntos, cada que salían se sentía como un momento familiar; inconscientemente, había en ocasiones que llamaba a Heeseung papá, y aunque al principio les sorprendió su llamado, creyeron que era lo mejor porque al final de cuentas así debía de ser llamado, nadie le quitaría su derecho como padre.

También Taesan había notado aquella conexión que Sunghoon le había explicado cada noche que le preguntaba cada que lo arropaba para dormir. Era un niño curioso por naturaleza y su padre había sido
paciente en contestar cada una de sus inquietudes, sonriendo por lo parecido que era a Heeseung conforme los días pasaban.

Sunghoon reía cada que Heeseung aparecía en su casa, alegando que ya era un residente más en ese lugar porque podría estar ahí todo el día e inclusive había noches donde pasaba a dormir bajo su techo, discutiendo que ya era demasiado noche para volver a su departamento.

Esa noche no era la excepción, ya era pasada de la madrugada cuando Taesan ya se encontraba durmiendo en su habitación mientras sus padres estaban sentados en el piso de la sala acompañados con la chimenea y una botella de vino, hablando de cosas triviales y sintiendo el líquido recorrer su sistema a tal punto de sentirse relajados y somnolientos.

— ¿Tienes más fotos de Taesan en sus primeros meses de nacido? Quisiera tener más para mi colección. — Heeseung cuestionó al dejar su copa sobre la mesita, sacando su cartera donde tenía en los diferentes apartados fotografias que Sunghoon le había regalado.

Asintió. — Espera aquí, deja traerte los álbumes y agarras las que quieras.

Se apresuró rápidamente a su habitación, dirigiéndose al pequeño armario donde tenía las fotografías y rollos de vídeo guardados, era su pequeña colección privada donde atesoraba sus momentos favoritos de su hijo. Volvió a la sala con las cosas entre sus brazos y se sentó en el mismo lugar, extendiendo los álbumes por toda la alfombra.

— En la portada viene de qué edad a qué edad son las fotos, los clasifiqué por años así que eres libre de ver el que gustes.

— Tú realmente le diste un buen uso a la cámara como para revelar todas estas fotos. — Sonrió divertido, agarrando el primer álbum de portada roja.

— Hubo un momento en que me di cuenta que el tiempo pasa demasiado rápido, y cuando menos imaginaría Taesan estaría en la escuela graduándose con honores. Sé que aún es un niño pero también decía lo mismo durante los meses de gestión, a veces lo veo y sigo anhelado ver aquel bebé que se aferraba a mí en sus primeros días de nacido, por lo que tomé cada foto y vídeo que podía, verlo feliz se convirtió en mi propia felicidad, y cuando llegaba cansado del trabajo o que no sabía ni a dónde correr, reproducía sus vídeos de bebé, veía sus fotografías y me recordaba que todo lo que hacía era por él, por su bienestar y felicidad.

⿻  𝐋ove 𝐍ever 𝐅elt 𝐒o 𝐆ood  𝇁𝇃𝇂  𝐇𝗲𝗲𝗵𝗼𝗼𝗻 ‹𝟹 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora