6. Brilla Sólo Para Mí

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Como era de esperarse, Lucifer y Alastor se habían despertado muy tarde. Para cuando por fin decidieron levantarse de la cama, eran casi las 2 de la tarde.

La conversación de la madrugada había afectado bastante el comportamiento de ambos. Por un lado, Alastor estaba más cariñoso que antes. Era él quien se acercaba a tocar al rubio, acariciarlo o besarlo. Y por otro lado, Lucifer se sentía... raro.

Estaba disfrutando mucho de la atención y el cariño que Alastor le daba, pero había una cosa que no lo dejaba tranquilo: Traer a colación el recuerdo de su caída lo había hecho pensar mucho en Lilith. No era como si no pensara en ella todos los días, claro, pero es que ahora... La sentía tan presente... Y lo peor de todo era que no podía dejar de comparar los mimos de Al con los que Lilith solía darle.

Pensó en recurrir a Ozzie por consejo, pero al final desechó la idea. Sabía lo que el Señor de la Lujuria iba a decir. "Ya basta Lulu, olvídate de ella". No. Él apenas estaba descubriendo lo que era el amor real. No podía entender lo que Lucifer sentía por Lilith.

Pensó mucho en ella mientras flotaba en la piscina, pero justo cuando creía que había aclarado su mente y decidido que no podía dejar de lado su amor por su esposa, salió del agua y su estómago se contrajo de la alegría que le produjo ver a Alastor recostado en el camastro, con los ojos cerrados y escuchando música con sus nuevos audífonos.

Ese hombre ni quisiera se esforzaba, su simple presencia hacía que el corazón del rey de los demonios se acelerara.

Lucifer había ido a sacarlo de su meditación para pedirle que entrara a la piscina con él. Le sorprendió un poco escuchar un atisbo de guitarras distorsionadas en los audífonos de Alastor. Parecía que el señor "los viejos tiempos eran mejores" se estaba rindiendo ante la música moderna.

Para sorpresa de Lucifer, Alastor se había levantado del camastro y, con todo y su cara de duda, se había quitado la camisa. Lucifer no hizo ningún comentario al respecto, pues no quería incomodarlo, sabiendo que seguro para Al era muy extraño estar en público semidesnudo.

Ambos hombres notaron que unas personas que pasaban cerca no pudieron disimular su curiosidad por la enorme cicatriz en el pecho de Alastor. El moreno se sonrojó un poco e hizo un lento movimiento que indicaba que iba a cruzar sus brazos sobre su pecho para esconderlo, pero Lucifer fue más rápido y lo abrazó. Y no dejó pasar la oportunidad de comentarle lo guapo que se veía. Luego de eso, Alastor parecía mucho más cómodo y pudieron pasar un rato muy agradable nadando juntos.

Además, ahora Lucifer disfrutaba mucho poder abrazar a Alastor bajo el agua, con la excusa de que se había cansado de nadar y no alcanzaba a pisar el fondo.

Habían comido en la pequeña barra de comida rápida junto a la piscina, bebieron un par de tragos, y volvieron a subir a la habitación para darse un baño.

Antes de que Lucifer pudiera decir o hacer algo, Alastor se había puesto a llenar la bañera y, como quien no quiere la cosa, había comentado que era curioso que esta era lo bastante grande para que cupieran los dos al mismo tiempo.

No era curioso, considerando que seguramente esa suite estaba destinada a parejas en su luna de miel, pero Lucifer no se iba a poner técnico con esos detalles.

Por un momento, pensó que Alastor entraría a la bañera con el traje de baño puesto, pero el alma de Lucifer abandonó su cuerpo cuando lo vio desatar el cordón de los boxers y dejarlos caer en el piso del baño.

Quién sabe por cuánto tiempo Lucifer se quedó ahí, mirando la entrepierna de Alastor como un idiota.

La noche anterior solo había tenido oportunidad de dar un vistazo rápido y a media luz, y ahora Alastor se lo estaba mostrando frente a frente y a plena luz del día. ¿Y qué sintió al ver el pene de Alastor en esas condiciones? Bueno, de todo. Estaba nervioso, impresionado, un poco envidioso.

Fue Un Placer (Radioapple)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora